El caso es que me apetecía, y mucho, comentar una entrada de Presión Blogosferica, blog que ya os he recomendado con anterioridad. En ella, Ángel reflexiona sobre los MBA. Específicamente se pregunta hasta qué punto alguien debería hacer un programa de este tipo cuando ya cuenta con 12 o 14 años de experiencia. Concretamente sus palabras son:
siempre he considerado que un MBA proporciona una importante ventaja competitiva y una visión global de negocio considerable cuando uno está empezando, acaba de salir de la Universidad y se enfrenta por primera vez a la selva de la empresa. Pero hay expertos que consideran que un MBA es el equivalente a tres o cuatro años de experiencia empresarial relevante, por lo que no tiene demasiado sentido emprenderlo cuando uno ya lleva doce años en empresas de primera línea con puestos de responsabilidad.
A la conclusión que llega Ángel es que el MBA no se justificaría en estos casos por el tema formativo, habiendo según él métodos mejores (se remite a ejemplos como Personal MBA). En el fondo lo que latiría sería una necesidad de hacer contactos, de hacer networking, pero según Ángel, también habría otras alternativas con una mejor relación rentabilidad/coste, como determinados encuentros programados.
Lo cierto es que el post da para muchos temas interesantes, a ver si soy ordenado y no dejo nada (o lo menos posible) en el tintero.
1. Cuándo hacer el Master: En lineas generales, mi opinión es distinta a la de Ángel. Creo que, pasar de la Facultad al Master es un error. Es necesario un periodo previo de choque con la realidad, de escapar de la burbuja académica, de encontrarte con nuevas realidades. En mi opinión es necesario que pasen unos años, 2 o 3, de aclimatación al mundo laboral. Con ello conseguiremos, cuando nos incorporemos al Master una actitud más critica, contar con unos puntos de vista propios, entender como encajan las teorías en la realidad, o no. Evitaremos que acabe convirtiéndose en una prolongación de nuestra etapa universitaria, deglutiendo papila informativa insípida y que tal como entra se ira. Quizás, y digo solo quizás, exceptuaría algunos casos, como los que en su momento dieron origen a los primeros MBA. Un ingeniero recién titulado que quiere trabajar directamente en la empresa en ámbitos de gestión, o un médico, o un arquitecto...en esos supuestos esta claro que lo veo necesario, aunque aquí lo que se busca es enmendar una formación claramente deficitaria para las responsabilidades inmediatas que va a asumir, por bajas que estas sean.
Lo que me cuesta asumir mucho más es el típico Licenciado en Empresas que nada más acabar la carrera se hace un Master Generalista. Pudiendo estar equivocado, y salvando esos temas de casta-networking que todos conocemos, no creo que realmente le acabe aportando, a nivel formativo, gran cosa, salvo opinión mejor fundada. En muchos de estos casos, o bien es una negación para no quedarse en casa y darse cuenta de que se esta en el paro, o bien se esta muy despistado, o se busca conseguir en el fondo una beca de prácticas o similares.
Y entonces, dirá alguno, que pasa con el amigo de Ángel, que pasa con los que a los 10 o 14 años de experiencia deciden marcarse un Master. Pues creo que pueden tener, como a continuación expondré otras razones, otros motivos, más allá de lo que Ángel comenta, y por tanto me puede parecer valido.
2. Y es que en el post Ángel se centra en experiencia, networking y contenidos formativos. Yo iría más lejos. Junto con todo eso, el Master debe lograr que cambies tu forma de pensar, tu forma de ver las cosas. A nivel formativo, más importantes que los contenidos, que como bien señala Ángel son fácilmente accesibles hoy por hoy, son las herramientas para gestionar ese conocimiento, para aprender. Hablo desde el método del caso, a técnicas de role play, a...en definitiva algo muy distinto al academicismo de la Universidad española. En el Master más que respuestas, y siento caer en un tópico, más que respuestas nos deben enseñar a hacernos preguntas. En el fondo se trata de poner nuestra mente en marcha, de obligarnos a que nuestro cerebro funcione de un modo diferente. Y esto puede ser muy enriquecedor para quien lleva 12 o 14 años en el sector empresarial, y al que, el día a día, le impide pararse y reflexionar, o como hace el centrocampista levantar la cabeza y mirar. El tiempo que obligatoriamente se le dedica al master permitirá esa labor de oxigenación mental, de reseteo, de apertura de horizontes. Si a eso le unes que, es muy posible que haya técnicas concretas, contenidos, etc..que aunque conocidos el no los maneje en su sector, en su empresa y se los den resumidos y en píldoras, en vez de tener que documentarse por su cuenta, la posibilidad de hacer un Master con 12 años de experiencia no lo veo mal.
Por otro lado aquí estamos usando indistintamente las expresiones Master y MBA y recordemos que buena parte del mercado son programas no generalistas, especializados. Quizás en vez de un MBA debería optar por uno de ellos.
O al reves. Precisamente con esa experiencia que comenta Ángel, se suele dar el caso de que alguien con un perfil de responsabilidad técnica le encomienden tareas de gestión.
Resumiendo, que a los 12 años puede tener sentido.
3. Sobre los contactos lo cierto es que nunca he ido a una de esas reuniones que comenta Ángel. Pero de lo que tengo leído por ahí, me da la sensación de que hay de todo. Y sobre todo es un aquí te pillo aquí te mato, un totum revolutum muy heterogéneo, y a toda hostia, donde, si se quieren obtener resultados hay que invertir tiempo y capital emocional. Vamos, que nadie llega y besa el santo, porque precisamente las relaciones no son así.
Creo que el networking o los contactos que se pueden hacer en un postgrado pueden ser más naturales. Vas conociendo a la persona a lo largo de todo Master, haces trabajo con ella, sufres a los mismos ponentes, etc...todo eso une mucho y te permite conocerle bastante bien. Digamos que la diferencia entre esas citas ad hoc que comenta Ángel y un postgrado, a efectos de Networking, es la misma que la que hay entre el pub de fin de semana y tu clase de la Uni para ligar (al menos para mi).
Eso si, y en ocasiones veo fallos estrepitosos. Para que ese Networking en el posgrado funcione tiene que ser una clase homogénea dentro de su heterogeneidad. Un grupo donde convivan Directores Generales y recién licenciados, malo malo. Como mucho un escalón arriba y uno abajo, debiendo compartirse las metas profesionales/empresariales. Lo que si es sumamente enriquecedor es que convivan gente de distintos sectores, de variados departamentos de empresa o con una formación diferente.
La organización debe animar y favorecer esos contactos, dejando tiempo y programando trabajos para grupos , y por supuesto, y cosa que muy pocos hacen realmente, labrando un espíritu de grupo, de pertenencia, a través de un servicio postmaster que refuerce las vinculaciones de esa promoción entre ellos y con la Escuela.
¿Cómo lo veis?