Lo he dicho en otras ocasiones y lo volveré a repetir en multitud de ocasiones. Tengo un inmenso respeto y reconocimiento hacia el sector del Seguro. Mucho. Y especialmente hacia aquellos que está en las trincheras comerciales del mismo, hacia los brokers, mediadores, agentes. Me consta, por motivos que no vienen al caso, la dureza de su oficio, el alto nivel de exigencia técnica del mismo y el bajísimo nivel de conciencia de su potencial mercado respecto a la imperiosa necesidad de su existencia. Soy lector habitual de los Blogs de seguros de Rankia (mención especial para AVANTE) y de otros externos, que me parecen sumamente educativos. Pero....
Pero, desde el respeto, no comparto esa cruzada en que muchos se han enrolado contra la Banca. Y es que frente al desembarco de dicho competidor a través de los operadores de Bancaseguros y de acuerdos de distribución, creo que la reacción esta siendo desmedida. Se demoniza al nuevo competidor, se jalea cada sentencia contraria a los intereses de la banca independientemente de que esté vinculada al ámbito de discusión que comento, etc. Y creo, sinceramente, que no se trata de eso.
En alguna conversación con ellos soy el primero que no traga y que denuncia determinadas prácticas. Por ejemplo, la que algunas señalaban como sistemática devolución del recibo del seguro sin consentimiento del cliente, habiendo saldo en cuenta, para contratar por la vía de hecho un seguro "bancario" (no se me ocurre burrada mayor) bien como práctica individual, bien como sistema programado por la Alta Dirección de la entidad. O, por citar otra, la surrealista de no hacer uso por parte de la Entidad Financiera del seguro de amortización vinculado a un préstamo al salirle más a cuenta reclamar al heredero. Y podía citar otras....
Sin embargo, no comparto, como digo, esos llamamientos a impedir la comercialización de seguros por parte de la Banca, a criticar la sujeción o no de la concesión de las operaciones y de las condiciones financieras de las mismas a la contratación de seguros "bancarios". Sinceramente lo veo perfectamente legal y económicamente lógico (otra cosa es que la competencia haga pupa). Y en este sentido tenemos muestras más o menos recientes de que no voy muy desencaminado.
- Hace escasos días la Audiencia Nacional acaba de admitir la legalidad de dichas prácticas, al desestimar el recurso dobre la Resolución de la CNC de 29 de mayo de 2009. Al igual que la Resolución, rechaza que se incumpla así el artículo 1 de la Ley 16/89, y admite que dicha distribución es legal, tal y como leo en Capital Madrid, no apreciando ni abuso de posición de dominio, ni práctica desleal con incidencia en la libre competencia. En definitiva, no admiten los argumentos de los recurrentes. (Ojo: no he tenido acceso a la lectura de la Sentencia, estaría agradecido si alguien pudiese colgarla, y he de reconocer que sólo hay un tema que me chirría y es que se admita también que la Entidad Financiera use vía distintas a la de reclamar a la de la aseguradora de su grupo el pago del seguro al devenir la contingencia. No lo entiendo, y me gustaría saber que razonamientos han empleado, ya que no acabon de ver que la CNC entrase en el tema, como por otro lado es lógico. Os recomiendo la lectura de este artículo.).
- El año pasado la CNC ha archivado la denuncia de una serie de Asociaciones de Corredores de Seguros contra un grupo de entidades financieras por ofertar bonificaciones en los contratos de préstamos vinculados a la contratación de seguros con mediadores integrados en dichos créditos. Su argumentación se centraba ya no tanto en condicionar como en la mera ventaja en los tipos frente a los que no los contrataban. La respuesta y fundamentos de la misma por la CNC ha sido clavada a la anterior.
No voy reproducir los argumentos que se recogen en la documentación que os anexo. Creo que son bastante claros y prefiero que los leáis de primera mano. Únicamente reseñaré tres o cuatro ideas breves, que alguna vez ya he comentado.
- Supongo que los mediadores saben que también desde el mundo del seguro, de los mediadores, se han condicionado la contratación de seguros a favor de determinados segmentos a la contratación de otros adicionales. Por ejemplo, en el mundo del Taxi (cosa que explica el nacimiento de alguna que otra compañía impulsada por los Taxistas ante el abandono del sector asegurador). Y también saben que la contratación paquetizada de pólizas ha sido usada por distintas compañías como herramienta comercial vía descuentos. Y, por si fuera poco, son conscientes de que determinadas aseguradoras han lanzado Bancos para competir contra los cocos del sector financiero, a través de los cuales distribuían sus productos. Que no les haya salido tan bien como a los Bancos es harina de otro costal, pero no deja de sorprenderme ese doble rasero (recordemos que la AN ya les ha metido algún meneo a las aseguradoras por concertar precios).
- Una de las raíces de la cuestión, estriba en mi opinión en la ausencia de cultura aseguradora por parte del mercado español. Se valora y se conoce más el crédito que el seguro. Resulta curioso como algunos empresarios sostienen que pueden funcionar sin seguros pero no sin créditos, por poner un ejemplo. Y de eso no creo que sean responsables precisamente los Bancos, más bien las aseguradoras.
- Me parece que deberían estar mucho más indignados y preocupados con compañías como Mapfre, que tras su gente que cuida gente, lanzan compañías como Verti(grupo Mapfre, aunque no lo pongan). No se si soy el único que al ver los spots en los que se identifica a la clientela ( a su clientela) con corderos detecta que no sólo los agentes tienen al enemigo en casa si no que encima se ríen de aquellos que confían en ellos y de su propia red.
- Para acabar, creo que pretender que los seguros masivos no se distribuyan desde el canal bancario es oponerse a algo inevitable, al signo de los tiempos. Mejor harían en defender sus nichos de mercado donde los bancos difícilmente llegarán, aquellos derivados de su alta especialización técnica, de su conocimiento profesional, del mercado y del cliente, al que jamás llegará ese comercial de banca de una pequeña oficina. la valía de los mediadores está y ha de estar mucho más allá de ponerse a discutir quien les ha robado su queso.