Con tan sólo darse una vuelta por los foros y blogs de esta comunidad percibimos muy claramente que el nivel de cultura financiera de este país no llega a un mínimo que garantice la buena marcha de la economía. Todos conocemos numerosos ejemplos de primera mano. El del vecino/amigo/familiar que pierde decenas horas en informarse sobre las características técnicas del portátil de 500 euros que piensa en comprar desde hace meses, pero que no dudó en firmar una cipotecón a 35 años con cláusula suelo del 5%, es paradigmático. Pero hay otros muchos más cercanos a la economía doméstica, como el que acepta un crédito de Queteden S.L. (aporte aquí el lector una firma que concede préstamos rápidos y se suele anunciar los días laborables por la mañana en la tele) con un TAE del 30% o el que realiza pagos aplazados con la VISA a un TAE del 18%.
Incluso podría aportar mi propio ejemplo (podéis reiros, para eso lo pongo): Yo, una persona con estudios superiores, algún que otro máster, experiencia laboral en el extranjero, unos cuantos idiomas en mi haber, reconocido sentido común y sangre fría según dicen mis amigos y conocimientos económicos bastante por encima de la media para mi tramo de edad, me dí cuenta en 2006 que ampliar el plazo del pago de la hipoteca reducía la cuota mensual del préstamo sí, pero a costa de aumentar el ratio interés/capital en la misma. Ese día me quedé con cara de imbécil, me sentí el ser más imbécil de la galaxia y encima mi mujer se dio cuenta de ello... Menos mal que hice de tripas corazón y la curiosidad me llevó a investigar que estaba pasando. Ahora, tras haber estudiado mucho, la hipoteca se encuentra con un diferencial de sólo el 0.35% sobre el euribor, la cuota muy controlada y todo ello me derivó a descubrir esta maravillosa comunidad que es Rankia y que cada día me hace un poco menos ignorante en materia económica.
En fin, no hace falta escarbar mucho en la realidad de este país para caer en la cuenta de que debería al menos existir una asignatura cuatrimestral en el insituto donde se explicaran conceptos financieros básicos y, ya que estamos, a manejar una hoja excel. Estamos todos de acuerdo en que un problema de este país es que no existe cultura financiera, Tristán el subastero nos cuenta un cuento ejemplarizante al respecto. El problema es que a determinadas oligarquías financieras e industriales les interesa que sea así y por tanto no me hago ilusiones al respecto. Este problema básico es bien grave y creo va a seguir existiendo durante muchos años en esta sociedad hispanistaní.
Y sin embargo, tras leer el artículo del blog de W. Petersen advirtiendo de que las gangas inmobiliarias pudieran tener truco, he llegado a la conclusión de que este problema es menor comparado con otro aún más gordo. El problema gordo-gordo en mi opinión no es que la gente no sepa, sino que no está dispuesta a invertir un poco de dinero para aprender y dejar de ser ignorante en la materia. W. Petersen lo define perfectamente:
... y si no somos capaces de evaluar los problemas que podemos tener en un futuro, la solución es simple y relativamente barata, precisamos consultar a dos profesionales, uno sería un arquitecto técnico (aparejador) y el otro un abogado experto en temas inmobiliarios, es posible que la consulta a estos dos profesionales nos reporte grandes beneficios, o menor dicho ausencia de pérdidas y facturas con las que no contábamos, que por cara que nos facturen sus horas de trabajo ¿a qué precio serán, a 100, a 150 €¿ ¿Cuántas horas precisaremos 2, 3, 4 horas? Convendremos que si adquirimos una finca por los 85.000 € de antes, y nos tenemos que gastar adicionalmente 500 € en asesoría, la finca será igual de ganga o de cara por 85.000, que por 85.500 €.
En este ejemplo se trata de pedir consejo sobre una cuestión inmobiliaria, pero es extensible a todos los ámbitos. Un problema grave en España es que la gente en general no se gasta los cuartos en contratar un buen profesional que nos prevenga de sufrir un buen descosido. Lo vemos a diario en todos los ámbitos.
Poca gente contrató a un asesor financiero independiente antes de firmar la hipoteca, "se fiaba del banco". Muy poca gente acude a EAFIs a pedir consejo de inversión bursátil o sobre renta fija, "para eso está el diario salmón". Pocas parejas rotas ponen su proceso de separación en manos de buenos abogados desde el principio, prefieren acudir cada uno a un "amigo" que se lo haga gratis y luego todo sale como el rosario de la aurora tras un juicio salomónico que no satisface a ninguna de las dos partes. Y, como veo en mi barrio con tristeza, se abren muchos pequeños negocios que cierran a los pocos meses porque no se ha pergeñado mínimamente un estudio de mercado que puede hacer cualquier licenciado competente en marketing o empresariales, ni siquiera se ha consultado a algún profesional sobre una estrategia de comunicación para dar a conocer el negocio, no se invierte en buzoneo, no se ha contratado a un API para que busque el mejor alquiler disponible en la zona para el local, etc. En este país nos lanzamos a hacer y deshacer cosas muy gordas sin pedir asesoramiento a profesionales que tienen una visión privilegiada y precios más que competitivos. Racaneamos 100, 200, 500 euros pero pagamos alegremente seguros del hogar, de decesos, todo riesgo del coche, de vida, de accidentes, etc.
¿Acaso contratar a un buen profesional no sería como suscribir una póliza de seguro con amplia cobertura contra imprevistos a la hora de emprender un negocio, adquirir una vivienda o cambiar nuestra situación familiar o laboral? ¿Por qué no entra en los cálculos de la mayoría de la población invertir un poco de dinero en asegurarnos la buena marcha de la trayectoria seguida hasta ahora?
¿Por qué exigimos a los políticos que sean profesionales si nos resisitimos nosotros a a pagar a los profesionales que de verdad saben?
Así pues, y volviendo al título, creo que la falta de cultura financiera no es el problema de este país. El verdadero problema es que nos resistimos a rascarnos el bolsillo para aprender.