Primer mes de nuestro plan y primera observación mensual
OBSERVACION MENSUAL ABRIL 2019
Fecha |
07-04-2019 |
Número de participaciones fondo renta variable |
64,825 |
Número de participaciones fondo renta fija |
0,00 |
Inversión RV a precio de coste |
10.799,84 |
Inversión RF a precio de coste |
0,00 |
Valor liquidativo RV |
11.195,93 |
Valor liquidativo RF |
0,00 |
Liquidez |
7.200,48 |
Valor liquidativo del Plan |
18.396,41 |
% Riesgo |
60,86% |
Precio medio de coste RV |
166,60 |
Precio medio de coste RF |
0,00 |
Precio medio de mercado RV |
172,71 |
Precio medio de mercado RF |
0,00 |
Resultado latente RV |
396,09 |
Resultado latente RF |
0,00 |
Resultado latente RV |
3,67% |
% resultado latente RF |
0,00% |
R (resultado latente RV en tanto por uno) |
0,04 |
O (objetivo de rentabilidad para el mes observado) |
0,09 |
La liquidez se ha incrementado 0,32 euros por la liquidación mensual de intereses de la cuenta corriente
Ninguna de las reglas de gestión del plan da señal de compra o de venta:
- El % de riesgo (60,86%) está dentro de la banda de fluctuación 45%-75%, por lo que no hay que comprar o vender ninguna unidad de inversión por este motivo.
- El % resultado latente RV (3,67%) está por encima del -6,00%, que activa la compra de una unidad de inversión.
- R (0,04) está por debajo de O fijado para la fecha en 0,09
- No ha habido ninguna venta por lo que no procede considerar recompras
Tal y como está diseñado el plan, muchos meses no habrá que hacer nada, como ha sucedido en el actual. Y es que el exceso de operativa es tan problemático como su ausencia, incluso más. Las inversiones son como una plantación de árboles. Una vez sembrados hay que vigilar la plantación periódicamente y tomar medidas si alguna circunstancia lo aconseja, pero la mayor parte del tiempo los árboles crecen solos.
Aprovecho la tranquilidad de no tener que explicar ninguna operación para responder a un comentario de Renon en la entrada anterior:
No acabo de ver claro tu planteamiento con la parte de renta fija del plan. Estamos de acuerdo que los bonos europeos están sobrevalorados y que es muy probable que no seguro que a corto y medio plazo se pierda dinero con los mismos. Ahora bien, también es probable que el fondo MSCI Word donde la ponderación principal es el mercado americano también esté sobrevalorado en estos momentos. Partiendo de esta hipótesis, considero que tanto la renta variable como la fija presentan un elevado riesgo actualmente. Por tanto, no entiendo que asumas únicamente un fuerte riesgo en renta variable.
En primer lugar, yo no he dicho en ningún momento que los mercados estén sobrevalorados. Podéis fatigar, que diría Borges, la entrada dedicada a analizar la situación del mercado al inicio del plan y las expectativas de rentabilidad que no encontrareis la palabra sobrevaloración de la que tanto se usa y abusa frívolamente en la literatura financiera.
En más de medio siglo de trayectoria como inversor, solo he visto una situación de sobrevaloración manifiesta y evidente en el mercado, la de 1999.
En realidad, no fue una sobrevaloración de todo el mercado sino de unos sectores muy concretos que contaminaban los índices de manera muy significativa. Por ello, de manera excepcional se produjo un supuesto donde “desindexarse” con fondos no contaminados por la locura colectiva (en España Bestinver), era una opción preferible a la inversión en el índice mundial. Es algo que hemos de tener presente para obrar en consecuencia si vuelve a producirse.
Es habitual que en acciones concretas se produzcan proyecciones de crecimiento desmesuradas y poco probables de materializarse en el largo plazo, pero en un índice muy amplio y heterogéneo su efecto negativo se diluye y contrarresta con otras que están castigadas por un pesimismo excesivo y que se recuperarán en algún momento. La única excepción clara en este sentido fue la de 1999.
Quien quiera aprovechar estas ineficiencias para mejorar la rentabilidad del índice (porque no tiene sentido hacerlo para al final sacar lo mismo) tendrá que ir a pescar a los procelosos mares del value investment. Y es posible que lo consiga, eso sí contando para ello con una buena dosis de suerte, porque no es tan sencillo, ni seleccionar al gestor más hábil (o más afortunado), ni aprovechar en la práctica estas situaciones en la medida que tienen tendencia a perpetuarse. En las caídas generalizadas derivadas de un cambio de expectativas sobre la situación de la economía se impone el “vende bien y no mires a quien”, con lo cual lo que ya estaba barato pasa a estar baratísimo, no a ver reconocido su valor intrínseco. Una vez más hay que subrayar la excepción de 1999, pero no es extrapolable como regla general, como comprobaron los inversores de Bestinver en 2008, y ello a pesar de haber detectado correctamente los riesgos del sector bancario y evitado la exposición a él.
Por ello, si invertimos con auténtica perspectiva de largo plazo, jugar a estar totalmente fuera de la renta variable en momentos determinados es una apuesta muy arriesgadas que en términos estadísticos hará perder rentabilidad como regla general, aunque en algunas ocasiones sea beneficiosa.
Ello no quita para que intentemos afinar con el porcentaje de riesgo que queremos asumir en función de nuestras expectativas. Mis expectativas al inicio del plan eran las señaladas como conclusión del citado artículo, añadiendo algunos subrayados:
En un mercado de fin de ciclo como el actual es improbable ver grandes subidas en los próximos años. Desde el punto de partida actual lo más probable en el largo plazo es un periodo de gran volatilidad y muy bajas rentabilidades en términos reales. Es menos probable, pero bastante posible en el supuesto de entornos económicos desfavorables, que las rentabilidades sean negativas en términos reales y es posible que incluso lo sean en términos nominales.
¿Cómo han repercutido estas expectativas en el diseño del plan de inversión? Modificando a la baja sus parámetros esenciales:
% de exposición inicial y banda de fluctuación. En un nivel neutro de expectativas sería del 65%. Teniendo en cuenta una expectativa de mayor volatilidad lo reducimos al 60%. La banda de fluctuación se mantiene en un 15% desde el porcentaje de exposición inicial, por lo que en el nivel neutro sería 50-80% pasa a ser del 45-75%
Rentabilidad esperada y rentabilidad objetivo. El nivel neutro es de una rentabilidad a largo plazo del 7%, resultante de una rentabilidad bruta del 7,50% de la que descontamos un 0,50% de costes de transacción. La rentabilidad objetivo la fijamos, como norma general, en un 50% por encima de la esperada, lo que nos da un objetivo del 10,5% anual acumulativo. Reducimos rentabilidad esperada al 6% debido a la expectativa de una rentabilidad por debajo de su nivel esperable a largo plazo y de una mayor volatilidad. La rentabilidad objetivo queda en el 9% anual acumulativo, lo que implica tomar beneficios de menor importe y con mayor frecuencia.
Respecto a la renta fija a mi como inversor a largo plazo, me importa un pimiento sus movimientos a corto y medio plazo, algo por otra parte bastante imprevisible en la actualidad hasta para los más sabios y mejor informados dada la actuación sin precedentes de los bancos centrales al respecto.
En cambio, a largo plazo la renta fija es mucho más previsible que la variable porque a través de la TIR (tasa interna de retorno) correspondiente a su plazo cotizada en los mercados se puede determinar con un grado bastante alto de exactitud su rentabilidad bruta obtenida manteniendo hasta su vencimiento. El único factor de incertidumbre es la probabilidad de impagos o reestructuraciones por insolvencia del emisor en el momento de afrontar el vencimiento.
Pues bien, esta es TIR de la deuda pública de los cuatro principales países de la zona euro y de Estados Unidos
TIR Deuda |
1 año |
3 años |
5 años |
10 años |
30 años |
Alemania |
-0,554% |
-0,555% |
-0,395% |
0,023% |
0,682% |
Francia |
-0,469% |
-0,439% |
-0,228% |
0,370% |
1,444% |
Italia |
0,074% |
1,006% |
1,666% |
2,612% |
3,468% |
España |
-0,326% |
-0,198% |
0,038% |
1,063% |
2,227% |
USA |
2,445% |
2,345% |
2,369% |
2,560% |
2,959% |
Datos a 18-04-2019 Fuente: https://es.investing.com
Si al precio que hemos de pagar por el honor de prestar dinero a la República Federal de Alemania, incluso al Reino de España, unimos los costes, que en un fondo de inversión en renta fija difícilmente van a estar por debajo del 0,20% y en la mayoría de los casos serán del 0,50% o más, invertir en euros en deuda pública a corto y medio plazo es una opción bastante idiota sólo aconsejable para el gran inversor institucional al que van a cobrar los bancos por mantener el dinero en cuenta.
A mayor plazo, la deuda pública en euros sigue dando rentabilidades brutas bastante miserables que difícilmente van a cubrir la inflación, salvo en el caso de la muy sospechosa deuda italiana. Si a ello unimos costes e impuestos el resultado va a ser entre ínfimo y negativo, con el agravante de quedar atrapados durante todo el período de vigencia del plan.
La maravillosa deuda alemana, supuesto paradigma de la seguridad y garantía, lo que garantiza son rentabilidades nominales negativas o como mucho, planas en todos los plazos. De las reales, incluyendo costes e inflación, ni hablamos. Su único interés es especulativo, jugando con la volatilidad de sus precios en el corto plazo, por lo que su compra como supuesta inversión, es incurrir en lo que Graham consideraba el mayor error del inversor: especular pensando de buena fe que se está invirtiendo. A ello hay que sumar el que vaya usted a saber donde estará Alemania dentro de 10 años y no digamos 30, en un mundo tan volátil como el actual.
La deuda corporativa de buena calidad añade pequeños diferenciales de rentabilidad a cambio de un mayor riesgo de problemas al vencimiento, por lo que incrementa el riesgo sin resolver el problema. Y la de mala calidad ofrece rentabilidades adicionales no demasiado altas a cambio de riesgos inaceptables, para eso mucho mejor la bolsa.
La deuda pública estadounidense ofrece, de momento, una relación bastante buena entre riesgo y rentabilidad en sus plazos cortos. Pero esto no le vale al inversor europeo, porque en el plazo corto se enfrenta al imprevisible riesgo de divisa. Y no, no vale hacer cobertura porque el coste de la cobertura se comería con creces el diferencial
A plazos más largos apenas hay diferencial respecto al corto, con lo que solo ofrece interés especulativo al proporcionar buenas ganancias si los tipos vuelven a los mínimos históricos simbolizados en el 1,50% para el 10 años o si al dólar le da por subir frente al euro y en ambos supuestos aprovechamos para la situación para tomar beneficios. A cambio, si los tipos o el euro suben, nos enfrentaremos al dilema entre quedar atrapados durante años o asumir importantes pérdidas en algo comprado con una intención supuestamente conservadora del capital.
Así que mejor nos quedamos con los 32 céntimos de la cuenta remunerada, en donde ya va incluido el coste fiscal (0,39 de interés bruto y -0,07 de retención) y mantenemos una total flexibilidad para invertir en el futuro si el actual entorno de tipos cambiara y ofreciera rentabilidades significativas. Por una vez, un lujo sólo al alcance de pequeños inversores.