Un tío te ha mandado por email cuatro predicciones de bolsa, que resultaron ser éxitos rotundos las cuatro, y con las que se ha podido ganar mucho dinero; ahora te manda una quinta predicción, y te dice que a partir de ahora tendrás que pagarle una pequeña cuota (que es más bien mediana que pequeña) para seguir disfrutando de su servicio de predicciones, porque él tiene sus gastos y tal... ¿qué haces?
- Invertir siguiendo su predicción, y pagar por su servicio de predicciones incluso aunque falle esta, ya que un 80% de éxitos es una media formidable.
- Invertir siguiendo su predicción, y si acierta también esta pagarle la suscripción.
- Invertir siguiendo su predicción pero pasar de pagarle.
- No invertir siguiendo su predicción, pero si vuelve a acertar sí que pagaré la suscripción.
- No invertir siguiendo su predicción, no pagar la suscripción y pasar completamente de él.
La primera suena razonable: un 80% de aciertos de media es algo por lo que vale la pena pagar. También parecen razonables la segunda y la cuarta: un nuevo acierto confirmaría que el tío es un fenómeno, con cinco de cinco! Sin embargo, la correcta es la última: pasar de él, ya que los aciertos han sido fruto del azar. ¿Que es poco probable que por azar consiga cinco aciertos sobre cinco? ¡claro! pero lo que ha ocurrido aquí es que hemos sido víctimas del "Timo de los cantaseñales":
necesitas conseguir 4.000 direcciones email, a las que gratuitamente les envías predicciones, de la siguiente forma: buscas un valor XXX de alta volatilidad, y a 2.000 les dices que hay que comprar XXX que va a subir, y a las otras 2.000 les dices que hay que vender XXX cuanto antes, que se hunde. Pasados unos días, y ya que XXX era un valor de alta volatilidad, 2.000 personas se habrán dado cuenta de que no tienes ni puta idea porque ha hecho justo lo contrario, así que a esas no les vuelves a escribir, y a las otras 2.000 les dices "os dije que XXX haría esto, y acerté; pues bien ahora toca operar con YYY", y a 1.000 les dices que YYY subirá y a otros 1.000 que bajará.
A la tercera ronda, tendrás a 500 personas que han recibido tus avisos y han visto cómo acertabas de pleno, y probablemente cuando mandes la cuarta ronda incluso te hagan caso y operen siguiéndote. De ellos, 250 ganarán dinero gracias a ti, y en la quinta ronda ya tendrás a 125 tíos que habrán ganado dinero dos veces seguidas siguiendo tus consejos... pues bien, es hora de mandar 125 correos de "Usted ha recibido cinco alertas con las que ha podido ganar mucho dinero, ya que hemos acertado en todas ellas. Si quiere, puede apuntarse a la suscripción anual de pago a nuestro servicio de alertas por el módico precio de ..., menos de lo que habrá ganado en una sola operación siguiendo nuestros sabios consejos!! Dése prisa, plazas limitadas", y probablemente consigas un buen número de suscriptores, que no se dan cuenta de que los aciertos han sido puro azar...
Nosotros sólo conocemos una pequeña muestra de sus predicciones (las que nos ha mandado a nosotros mismos), y hemos detectado en ellas un patrón (acierta siempre), y posiblemente* pensamos que ese patrón que ha ocurrido en el pasado también ocurrirá en el futuro, y estamos dispuestos a intentarlo, cuando lo cierto es que ese patrón, que sí ha existido, ha sido fruto del azar, y que haya existido en el pasado ni aumenta ni disminuye la probabilidad de que vuelva a ocurrir en el futuro (que obviamente es muy baja).
Esto es más fácil de ver si se lleva al extremo, con una historia bastante conocida: A cada habitante del país se le da un euro para apostarlo a que es capaz de sacar cara tirando una moneda, y los que ganan (más o menos la mitad, claro) al día siguiente se apuestan los dos euros que han cobrado a que vuelven a sacar cara, volviendo a doblar la apuesta cada día si se sigue ganando... diez días después, muchos de los que siguen ganando (que ahora serán uno de cada mil, más o menos, con más de mil euros ganados cada uno) ya van presumiendo en público de su logro, y para cuando han pasado 20 días, tenemos unos cuantos millonarios saliendo en la tele a contar su historia, o escribiendo libros "Cómo ser millonario en 20 días trabajando un minuto al día"... cuando su éxito ha sido puramente azar, cierto que es muy improbable sacar 20 caras seguidas, pero si se intenta el suficiente número de veces, se conseguirán varios éxitos por puro azar. Y ahora viene lo importante: Para el intento nº 21, o para intentar otra racha de 20, ¿quién tendrá mayores probabilidades de conseguirlo? ¿uno de los que acertaron 20, uno que falló a la primera, u otro? Obviamente, todos ellos tendrán la misma probabilidad, con independencia de su desempeño anterior, ya que dicho desempeño fue debido al azar y no a méritos o conocimientos suyos...
También es curioso ver la historia desde el punto de vista de los participantes en el juego: a ellos se les ha dicho que de media ganarían un euro en el juego, pero la realidad es que unos pocos se han hecho millonarios y casi todo el mundo se ha quedado sin nada. Y la gente piensa que "yo lo merezco más que el que ha ganado, soy más listo, más hábil, más fuerte y más guapo", y se ponen a pensar estrategias para intentar ser el ganador a la próxima.... cuando no hay estrategia posible, es puro azar y le tocará a quien le toque, con independencia de lo bueno que seas, si antes ganaste o no, o la estrategia que gastes para lanzar la moneda... de hecho, es curioso que alguno de los ganadores dijo en la tele que su estrategia era tirar la moneda con los ojos cerrados, y desde entonces mucha gente está tirando la moneda con los ojos cerrados; una estrategia muy "racional"... igual que lo sería el seguir los consejos del cantaseñales que había acertado previamente; lástima que, como es lógico... no funciona. Lo podemos llamar superstición, o hacer el gilipollas, pero muchos se lo van a tomar en serio y van a tirar la moneda al aire con los ojos cerrados para "mejorar sus probabilidades", ¡ja!
No todo en esta vida es azar; hay muchas cosas en las que el éxito o fracaso dependerá de lo bien que lo hagamos y lo que nos esforcemos... pero cuando algo es azar puro, es una tontería intentar "mejorar nuestras posibilidades"; cualquier cosa que hagamos no solo no va a funcionar, sino que va a dar una imagen bastante pobre de nosotros, queriendo "controlar el azar".
Aunque posiblemente, la parte más interesante de la historia debería ser el ser capaces de romper la relación entre "hay un patrón" y "usando este patrón mejoraré mis probabilidades"; la vieja dicotomía entre correlación y causalidad (como Homer Simpson comprando la piedra que asusta a los tigres: Aquí está la piedra, y no hay tigres, ¿ves?). Un tío tuvo éxito tirando la moneda 20 veces con los ojos cerrados; otro tiró la moneda cuatro veces con la izquierda y acertó, y el quinto día tiró con la derecha y falló; el cantaseñales acertó las cinco señales; el gráfico de la cotización ha dibujado una Onda de Elliot... son el tipo de cosas que activan nuestro "detector automático de patrones", el del cerebro animal, pero nuestra parte racional sabe que tirar una moneda al aire es un suceso aleatorio, y el que hayan habido ciertos patrones no implica causalidad (se consiguió por haber hecho eso), sino simple casualidad; otro tío tirará haciendo lo mismo que nosotros, y conseguirá resultados completamente diferentes... o exactamente iguales, que eso en el azar también pasa a veces.
Y ya como despedida, indicar que en un suceso al azar con determinadas probabilidades de éxito, no debemos esperar estar cerca del "valor medio" que esas probabilidades indican; muchos lo estarán, pero otros se desviarán bastante por arriba y por abajo, y eso también es parte del azar. Si por ejemplo nos dicen que determinada prueba tiene un 2% de probabilidades de éxito, mucha gente pensará que al cabo de 100 intentos debería haber tenido 2 éxitos, o quizá 1 o 3, pero resulta que conocen varios casos de gente que ha tenido 5 y hasta 8 éxitos, y otros varios casos de gente sin ningún éxito tras 100 intentos. Eso es el azar. En una muestra muy grande, digamos de 1 millón de intentos, la desviación sobre la media será mucho más baja, es lo que se conoce como Ley de los Grandes Números, pero con sólo 100 muestras hay bastante margen para desviaciones significativas... y tengamos en cuenta que va a haber un sesgo importante a hablar más de los que han destacado mucho, por arriba o por abajo, y vamos a tener la imagen de que la desviación es mucho mayor de lo que en realidad es. En este caso, vamos a tener la tentación de pensar que "aquí hay trampa", o la de buscar estrategias que han seguido los que tuvieron éxito, pero la realidad es que, simplemente, el azar es así**; y al próximo intento volvemos a tener nuestro 2% de posibilidades, tanto si hemos destacado antes como si siempre hemos fallado, tanto si simplemente lo intentamos como si hemos hecho un estudio de nuestros intentos pasados y de los de aquellos que tuvieron éxito.
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EDITO: El post ya tiene segunda parte: Análisis técnico y azar
* En la prehistoria, el reconocimiento de patrones lo usaba nuestro cerebro para detectar peligros, o posibles presas; y de ahí que en nuestros genes prime más que el reconocimiento sea rápido que que sea lo más preciso posible, atendiendo a los matices; "Fooled by Randomness", de Nassim Taleb, explica muy bien cómo esta forma de trabajar de nuestro cerebro nos lleva a equivocaciones con cierto tipo de razonamientos.
** Hay gente que piensa que resultados alejados de la media son síntoma de que "hay trampa", cuando en realidad es al contrario. Por ejemplo, a Madoff lo "cazaron" porque en sus resultados no había nunca rachas malas, ni rachas muy buenas; y eso es simplemente imposible... una serie sin altibajos, o es que haces trampa porque controlas tú el mercado, o es que haces trampa porque los números que das no son ciertos, pero no es posible que no hayan desviaciones si no se hacen trampas.