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Hoy os quiero contar lo que nos pasó el 2 de enero, que parece que para muchos ha sido festivo, incluyendo algunos que deberían tener unos servicios mínimos decentes. Pero mejor dejo que sea mi mujer quien os cuente cómo va el Servei Valencià de Salut, ya que lo vivió más de cerca que yo:

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He elegido un mal día para ponerme enferma, el 2 de Enero; el día 2 de Enero es laborable, está ubicado en una semana totalmente laborable con lo que no hay motivo aparente para considerarlo mal día para nada, y más si tenemos en cuenta que los grandes almacenes e incluso pequeños comercios están al 100% de actividad con el 200% del personal ocupado incluso los fines de semana y festivos que rodean a la fecha en cuestión…, pero a los hechos me remito:

El 2 de enero a las 6 de la mañana "decido" ponerme enferma, diversiones raras que tiene una…; empiezo vomitando bilis, sin dar mayor importancia bebo agua y voy al curro (como todo hijo de vecino sin enchufe, claro); en el curro vomito el agua que había bebido y me siento realmente mal, con lo que me voy a casa. En casa trato de comunicar con el centro de salud que me toca…, misión imposible, allí no cogía el teléfono ni el gato, harta de llamar y viendo que cada vez me encontraba peor (obviaré los detalles desagradables), llamé a mi marido (que como todo hijo de vecino sin enchufe, también estaba currando) y nos fuimos al hospital de urgencias. Allí empieza la ODISEA.

Primero te atienden relativamente pronto, te meten en una salita y comprueban que no te vas a morir en las 5 horas siguientes, como no era mi caso ya me avisaron que iban a tardar mucho en atenderme: " Uiiiis…, si usted, habla, respira, camina!!, prepárese a pasar un largo rato con nosotros…. /Pero señor, que doy a mamar a una nena pequeña, que ella necesita comer…; /Pues usted verá…, es cuestión de prioridades", detalle que se agradece, por lo menos sabes a qué atenerte. Dicho esto te devuelven a la sala de espera, una sala minúscula en la que los enfermos conviven como sardinas en lata, cada cual con sus dolencias, virus, bacterias, infecciones, roturas de nariz…, así que si no estás muy enfermo, no tienes que preocuparte, allí seguro que te pones mucho peor. Bien, dicha sala es tan pequeña que no se permite el acceso a ningún acompañante, las normas son estrictas, así ya puedes estar muriéndote que en las largas horas de espera no tienes ni el consuelo de un familiar, y eso no es lo peor, yo, persona adulta y consciente puedo soportarlo, pero…, vi ancianos desorientados, que a duras penas podían valerse por si mismos, una imagen me impactó especialmente, un anciano en silla de ruedas repitiendo "Conchi, Conchi, Conchi…", cuando los enfermeros le preguntaban quien era esa Conchi no era capaz ni de decirlo, al final descifraron que era su hija, y como era la única forma de saber qué le pasaba al hombre la dejaron pasar…, dantesco. Tan dantesco como ver a una ancianita que no podía ni caminar buscando una silla entre el mar de enfermos, y ver como era llamada para decirle que se volviese a sentar….

Los enfermos graves amontonados en camillas por los pasillos, yo que por mi dolencia tenía que ir en repetidas ocasiones a los servicios tenía que abrirme paso y casi ir saltando por encima de camillas con gente casi agonizante, ancianos en sillas de ruedas…

Tras 4 o 5 horas esperando, a varias personas las volvían a llamar para preguntarles si querían seguir esperando o irse a casa, yo creo que lo hacían para asegurarse de que aún seguían vivos…, bromas a parte, realmente piensan que la gente acude a urgencias un 2 de enero como visita de placer??, me parece que existen lugares de ocio más agradables la verdad, igual piensan que las agencias de viajes les han incluido como visita obligada de la ciudad…

Por si esto fuera poco está el trato a los enfermos, pude ver con mis propios ojos como un guarda de seguridad ejerciendo de celador, al llevar a una señora en silla de ruedas (la cual gritaba de dolor, gritaba lo mal que se encontraba) al cuartito donde se clasifican a los enfermos la obsequiaba con un bonito gesto de desprecio con la mano, tal cual si le dijese, anda ya quejica!; la pobre mujer segundos más tarde estaba echando la primera papilla…

Si se te ocurría levantarte a preguntar cuánto más tenías que esperar, porque 4/5 horas ya parece tiempo suficiente para que te atiendan, la respuesta era cortante y en muchos casos en un tono maleducado: "Tenemos mucha gente hoy, hay un lío tremendo y se atiende por orden de gravedad". Caro está, se les olvidaba mencionar que los médicos disponibles estaban bajo mínimos, o el que te tocaba aún no había llegado…

Una servidora optó por pasar dentro y preguntar con todos los buenos modos que pude, haciendo hincapié en el follón que tenían y en lo poco que me gusta molestar pero que tengo un bebé que atender y necesito saber a qué atenerme. Un celador me mostró la bandeja donde se encontraba mi expediente bajo una montaña de expedientes más y encima de otra montaña, claro los dossiers casi saltaban de la bandeja (y habían más bandejas, eh?); tras 4 horas y media de espera todavía me quedaban mínimo un par de horas más; así que decidí marcharme.

En el Stand de información pregunté qué tenía que hacer para irme, el procedimiento correcto es firmar el alta voluntaria, pero para ello tenía que esperar a que me viese un médico…, o sea, no ganaba nada, así que la chica me dijo que le diese la pegatina, sin más, y que me acercase a urgencias de mi centro de salud.

Allá que nos tienes a mi marido y a mi, el centro de salud que me toca cierra por las tardes así que vamos al que nos dejan "de prestado" en caso de urgencia. Nada más entrar ya nos dicen que las urgencias se atienden a partir de las 9 de la noche (O_o)

O sea, que no me puedo poner enferma hasta esa hora!!, y no atienden a razones, "Oiga, que no he bebido líquido desde la pasada noche, que no he comido nada y que vomito todo lo que entra en mi cuerpo y por si fuera poco mi niña necesita mamar, o sea, alimentarse de mi!!"; así que me mandan a recepción para que me vea un médico que esté pasando consulta (algo es algo). En recepción, una enfermera muy "amable", nos repite que allí no se atienden urgencias hasta las 9 de la noche, le decimos que nos acaban de decir que sí me puede ver un médico, tras lo cual me somete a un tercer grado; y con el tono de un sargento me interroga: "A ver, de qué centro de salud es usted?, qué doctor tiene?, muéstreme su tarjeta sanitaria", daban ganas de cuadrarse!!. Me explicó con sus "buenos modales" que no me podrían ver hasta pasadas las 6 de la tarde (eran las 5), así que mi marido me dijo que me llevaba a casa y esperara allí, pero eso no era posible, la "tía" no me apuntaba los datos si yo no me quedaba allí…, IN-CREÍBLE, qué más da??, pues nada, aceptamos y nos dispusimos a pasar esa hora lo mejor posible, por lo menos ya estaba con mi marido.

Para que todo no sea malo y como muestra de que todavía existe humanidad entre las personas, una chica que iba a entrar al médico me cedió su turno y la médica accedió a verme. Ahí se acabó el peregrinar y pude por fin irme a casa con mi chiquilla.

Pienso que algo no funciona, pienso que algo debe estar muy mal cuando los grandes almacenes tienen trabajando al doble del personal que tienen habitualmente hasta el mismo día de Nochebuena y que en un hospital del Servei Valencià de Salut apenas haya un servicio mínimo. Uno sí decide cuándo ir de compras, pero es imposible decidir cuándo ponerse enfermo, o cuándo ponerse de parto, o cuando tener un accidente de tráfico…; algo tan importante como la sanidad no debería estar tan "dejada".

Pienso también que los médicos, enfermeros, celadores y demás personal sanitario están no se si llamarlo desmotivados, o insensibilizados, lo que por experiencia propia sí están es deshumanizados, nos ven como simples expedientes de colores, cuanto más verde menos prioritario, somos simples objetos de protocolo, ellos se limitan a seguir el guión y punto, como si fuesen mecánicos de coche…, pero no lo son, juegan con vidas humanas, con sentimientos, con personas enfermas. Puede que ellos tengan motivos para estar de mala leche, pero los enfermos son personas que se encuentran mal, que tienen miedo, que necesitan consuelo no que los traten como delincuentes que quieren fastidiarles las fiestas a los médicos.

A quien le corresponda, pongamos en orden las prioridades…, qué va antes?, las compras navideñas o la sanidad??

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  1. #22
    Anonimo
    13/08/07 19:31

    Hace ya mucho de este artículo, pero por algún motivo no escribí un comentario en su momento.

    Vivo en Irlanda, un país con un sistema de doble vía (pública y privada) y que es el que mejor paga de Europa a sus médicos y enfermeras.

    Sinceramente, para los que dudan. No quereis este sistema. A mi tener a mi hija me ha costado una pasta y eso aún teniendo seguro médico privado mi mujer y yo, y la asistencia y los medios estaban bastante lejos de nada que se pudiera llamar europeo.

    En España el sistema de salud tiene sus problemas, pero es infinitamente mejor que lo que hay aquí (eso lo saben muy bien los jubilados irlandeses que saben donde se tienen que poner enfermos). Si alguien de verdad quiere mezclar la salud con el beneficio económico de otros, que se venga y verá lo bien que funciona.

  2. #21
    Anonimo
    30/07/07 12:26

    En el Servei Valencià de Salut hay bastantes cosas que mejorar, pero desde luego la atención en urgencias es la más importante.

    La atención en Centros de Especialidades no es buena, pero parece que está mejorando, así que se les puede dar un voto de confianza.

    Y el punto fuerte del Servei Valencià de Salut es la atención en los pueblos, ahí se ha mejorado bastante.

    En resumen, que el el Servei Valencià de Salut tiene cosas mejores y peores y lo de urgencias es de los peores, has tenido mala suerte.