Una emisión de renta fija (letras, bonos, obligaciones) tiene un VALOR NOMINAL, que es básicamente el dinero que te devolverán cuando llegue la fecha del vencimiento de la emisión. Este valor nominal sirve también como base de cálculo para el pago de intereses. Por ejemplo, una emisión con un nominal de 1000 euros, con vencimiento 1-enero-2030, que pague un 2% de interés, pagará 20 euros de intereses cada año, y el 1-enero-2030 pagará además 1000 euros y se terminará.
Pero cuando tú compras esa emisión, el precio que pagas no tiene por qué coincidir con el nominal. Si mucha gente quiere vender esta emisión, y pocos quieren comprarla, probablemente su precio se irá a 980 euros, a 950 o a 900... incluso menos! Y viceversa, si muchos quieren comprar, el precio subirá a 1020, a 1050 o a 1100...
Si tú compras a 1000, la rentabilidad total está clara: un 2% anual. Pero si compras a 900, tendrás una rentabilidad por intereses de un 2.22% (los intereses se siguen calculando sobre el nominal y son 20 euros, pero la rentabilidad se calcula sobre 900, no sobre 1000), y además un beneficio extra de 100 euros el 1-enero-2030. Metiendo los datos en una calculadora de TIR, nos da una rentabilidad del 3.18% anual.
¿Y qué es eso de la TIR? Pues es como la TAE de las hipotecas, pero para renta fija: permite comparar emisiones de distintas características para saber cuál es más rentable. ¿Interesa más una emisión a 900 euros que paga un 1%, o una a 1050 euros que paga un 3.5%? Pues sacas la TIR de ambas, y la que dé una TIR más alta es la que interesa más (suponiendo que todo lo demás sea igual, claro).
Y con esto ya hemos dado pistas de por qué una emisión puede subir o bajar de precio: Si los tipos están bajos, las nuevas emisiones saldrán con rentabilidades muy bajas (supongamos al 1% para la misma fecha), y los inversores querrán comprar las antiguas del 2% a precios mayores del nominal; hasta 1095 euros, que es el nivel al que ambas darían una misma TIR del 1%... yo pago 1095 sabiendo que cobraré 1000 a vencimiento, pero aunque voy a perder esos 95 euros, mientras ganaré 20 euros cada año de intereses, en vez de 10. Pero claro, si yo pago 1095 por algo que antes valía 1000, el que la tenía antes ha hecho un gran negocio, porque se ha ganado esos 95 euros! Cuando los tipos bajan, las emisiones antiguas suben de valor.
Obviamente, no le pagaría tanto si el vencimiento fuera el 1-enero-2021, ¿verdad? No es lo mismo estar un año cobrando intereses más altos, que estar 10 años... si la emisión vence en un año, te las compro más caras, pero será a 1009-1010, no a 1095. Y viceversa, si fuera vencimiento 1-enero-2050, me puedo estirar hasta los 1275 euros (aprox). Así que, al bajar los tipos, gano más cuanto más largo el plazo a vencimiento.
Y obviamente, el efecto que ocurre es el contrario si los tipos suben: cuando los tipos suben, las emisiones antiguas bajan de precio, y el que las tenía pierde dinero. Cuanto más fuerte la subida de tipos, más gordo el palo; y cuanto más lejano el vencimiento, más gordo el palo. Porque al final, las antiguas tienen que dar la misma TIR que las nuevas... y lo que no lo den en intereses, lo tienen que dar en descuento en el precio. Y aquí es cuando se oyen los lamentos de quien compró renta fija de la máxima calidad, esperando que con eso no podría perder dinero, y se encuentra con que su inversión ha perdido un 5%, un 10% o un 20%.
NOTA IMPORTANTE: Si se lleva la emisión a vencimiento, se obtendrá exactamente la rentabilidad de la TIR que salía al comprarla; las pérdidas sólo ocurren si se vende. Si se compra al 2% y luego suben los tipos, el flujo de caja sería un 2% cada año y luego recuperar el 100% del capital, pero la forma correcta de contabilizarla sería como un -7% el primer año y +3% los siguientes, ya que ese sería su valor de mercado. Y si invertimos a través de fondos, así será como ajustarán el valor liquidativo.