Recientemente nos hemos encontrado con el reconocimiento desde la comisión nacional del mercado de valores de la existencia de ciertos problemillas en la comercialización de participaciones preferentes por las entidades financieras. Traducido a castellano que podamos entender todos, esto significa que ha sido un cachondeo en el que las entidades financieras han conseguido una cantidad ingente de fondos a cuenta de un discurso de “son como depósitos”, “te las recompraremos y no sé cuantas cosas más”. En definitiva, lo que han hecho es colocar unos activos entre distintas personas que no sabían muy bien qué hacer con el dinero ante la situación generada y que han cometido lo que parece ser un error imperdonable: ¡fiarse del banco!.
El mismo caso estamos ante los valores convertibles y también de las cédulas hipotecarias, cuyo caso más conocido es el de La Caixa. En este sentido existen varias plataformas de afectados por las cédulas hipotecarias de esta entidad colocadas principalmente a lo largo de 2007 y 2008, (¡vaya casualidad que tal circunstancia se produjese a las puertas del hundimiento!).
Sin embargo la gran diferencia entre La Caixa y el resto de las entidades es que la primera lo hizo directamente a través de las oficinas colocando dichos productos entre personas físicas que ahora se están dando cuenta de que no pueden recuperar el dinero, y que en el caso de que lo necesiten han de suscribir un préstamo, (solución que se les está dando). Por supuesto, la venta supondrá una pérdida de capital simplemente brutal. En definitiva lo que está claro es que nos hemos encontrado con un esquema en el que un buen número de personas está sufriendo unas minusvalías indecentes, y dado que no hay más participantes en la transacción, esto significa que las entidades obtienen unas plusvalías exactamente iguales. En definitiva, no es más que otro de los medios por los que los beneficios acaban en un lado y la ruina en el otro.
Tanto en el caso de las participaciones, como en el de los valores o el de las cedulas, siempre podemos tirar del aforismo de que han confiado en el banco, por lo que en definitiva la responsabilidad es suya. Ya he dicho en más de una ocasión que este razonamiento es completamente perverso, ya que en definitiva nos dice que necesitaríamos saber de todo por este mundo; Tendríamos que saber de finanzas para hablar con el banco, de medicina para que no nos engañe el laboratorio, de mecánica para que no nos la juegue el taller… Lo cual es absurdo. Pero en este caso quizás el caso sea más escandaloso aún.
¿Por qué?. Pues básicamente porque al final resulta que no tiene sentido la distinción de ciudadanos entre los que compraron estos activos y los que no. Lo que tiene sentido es la distinción de ciudadanos entre los que saben que compraron estos activos y los que no lo saben. Y esto es así porque unos ciudadanos lo han hecho directamente, (engañados o no, y conscientes o no de que lo compraban), y otros simplemente no son conscientes de que han invertido en estos activos.
El 6 de febrero de 2012, Banco Sabadell coloca cedulas hipotecarias por importe de 2.000 millones. Al día siguiente es Banesto quien coloca 500 millones y así sucesivamente. No son más que ejemplos de una situación en la que todos los bancos han emitido y colocado miles de millones de cedulas hipotecarias. Evidentemente la inmensa mayoría de estos instrumentos no se han colocado a través de las oficinas a minoristas, sino que como nos cuenta esta entidad se colocan principalmente a otras entidades financieras, compañías de seguros y bancos centrales. En definitiva, la inmensa mayoría de las cédulas hipotecarias, (al igual que las participaciones preferentes), están en el patrimonio de los fondos de pensiones y fondos de inversión, o simplemente en poder del estado, (en virtud de las compras de activos de máxima calidad), o de los bancos centrales. En definitiva, todos estamos comprando estos activos y en consecuencia todos estamos sufriendo exactamente las mismas minusvalías que un inversor minorista que se ha ido a La Caixa y ha creído aquello de que las cedulas hipotecarias era un valor seguro, que no daba demasiada rentabilidad pero que servía para mantener el dinero.
Es materialmente imposible esperar que las autoridades hagan absolutamente nada para evitar el espolio de los ahorradores minoristas ante lo que definen como problemillas cuando el propio Banco de España se lanza a ¡comprar más cedulas hipotecarias! que el Banco Central Europeo, bajo unos argumentos que son simplemente demenciales.
De esta forma, me gustaría recordar un artículo aparecido en expansión en 2009, donde se daba cuenta de la medida de la compra de estas cedulas por el banco central, en el que aparecen las siguientes perlas:
“El Banco de España tiene su propia cartera de covered bonds o cédulas hipotecarias, tal y como se les conoce en España, un activo que está de moda después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya anunciado que adquirirá este tipo de valores por importe de 60.000 millones para reactivar el crédito.
Pese a que la institución no desagrega sus inversiones, fuentes del Banco de España explican que han invertido en cédulas españolas y covered bonds europeos desde hace años, así como en otros títulos, conforme se han ido reduciendo las reservas de oro. Las mismas fuentes sostienen que su cartera se gestiona a partir de criterios exclusivamente de “rentabilidad y seguridad” y que no buscan el objetivo marcado por el BCE, es decir, de reactivar el crédito.”
Espero que entendamos que es difícil criticar a una persona por fiarse de la compra de un determinado valor, cuando resulta que un diario económico, nos cuenta sin chistar lo que los bancos centrales definen de esta forma. Pero en todo caso, para cualquiera que tenga un mínimo de conocimientos financieros, se dará cuenta de la animalada que supone esto dicho en mayo de 2009.
Pero si queremos seguir profundizando no tienen desperdicio las declaraciones desde el Banco de España donde se habla de seguridad en las inversiones:
““Todos los bancos centrales invierten en cédulas como alternativa a la deuda pública para rentabilizar sus reservas.”, argumentan fuentes financieras. “Al final es el segundo activo más seguro en el que podemos invertir, después de la deuda pública”, añaden fuentes del banco emisor español.”
En el mismo artículo se habla también de las compras por parte del Banco Central Europeo, que hace exactamente lo mismo, aunque no para conseguir rentabilidad: “Se busca animar a la banca a mantener y expandir sus préstamos a los clientes, ayudar a mejorar la liquidez de este mercado de deuda privada y facilitar las condiciones de financiación para bancos y empresas.”.
Y por supuesto no falta en el artículo las declaraciones de una entidad financiera, que nos cuenta que es una buena señal que el Banco de España lleve varios meses comprando estos activos ya que: “Es una buena señal, porque si compran quiere decir que piensan que este mercado va a mejorar”.
En realidad lo que ha ocurrido es muy simple, nos cuentan en el propio artículo que las cedulas “atraían principalmente a bancos, fondos y aseguradoras, prácticamente se congelaron con el estallido de la crisis crediticia y con el pinchazo en el boom inmobiliario, con un pequeño paréntesis entre abril y junio de 2008”.
Por tanto y dado todo esto debemos entender que el Banco de España ha comprado 60.000 millones entre el 2007 y la actualidad de estos activos, (como se puede comprobar en el propio balance de Banco de España) y que tenemos unas minusvalías latentes que son simplemente disparatadas, mientras las entidades financieras tienen exactamente las plusvalías que son nuestras minusvalías.
Llegados a este punto es completamente absurdo que esperemos cualquier tipo de ayuda o mensaje del Banco de España, criticando mínimamente la comercialización de estos instrumentos ya que en realidad ha sido colaborador activo.
Tan sólo nos queda conocer si ha sido un colaborador activo consciente o no. Es decir, una persona que ha perdido sus ahorros en las cedulas hipotecarias de La Caixa, está muy claro que no era muy consciente de lo que hacía, ¿es el mismo caso que el Banco de España?. En este caso, lo cierto es que sería completamente absurdo que critiquemos a un charcutero, pensionista o médico que haya seguido los consejos de todo el mundo, asumiendo que el Banco de España picó con todo nuestro dinero.
Sin embargo no parece plausible que el Banco de España, ni los fondos de pensiones o inversión que siguen comprando estos títulos, puedan ser tan ingenuos para comprar cedulas hipotecarias Españolas tras las subprime, con tanta alegría. Lo que ocurre es simple y llanamente es que se están trasladando las pérdidas desde los bancos, al estado y a los inversores institucionales, (que recordemos que somos nosotros sin saberlo a través de los fondos de pensiones y de inversión), de tal forma que además al final resulta que las entidades financieras pueden decir aquello de “no nos han ayudado”, ya que en definitiva, lo que hemos hecho es comprarles lo que nadie quiere a un precio disparatado. Tampoco en este caso tiene el menor sentido criticar al minorista que picó, ya que en este caso, el Banco de España y los medios económicos, han colaborado necesariamente en que las cosas hayan salido de esta forma. En este escenario, el papel de colaborador activo en la colocación de estos instrumentos es más peliagudo ya que en definitiva estaríamos hablando de algo que podría ser un engaño para conseguir una disposición patrimonial, lo que es la definición de ESTAFA.
Por descontado si alguien no conoce el funcionamiento de estos instrumentos, o sigue pensando que las subprime no llegaron a España, recomiendo la lectura del post acerca de lo que nos hemos encontrado en la “segunda sentencia de Navarra” a cuenta de la entrega del piso; donde por pura casualidad nos encontramos un ejemplo perfecto de esto, (con todos los ingredientes incluido su AAA).