Hoy hemos conocido dos medidas del Partido Popular para beneficiar a las personas que no pueden pagar la vivienda y para las pymes. Claro que esto es sólo la justificación oficial de unas medidas que es muy sencillo ver que son un ejemplo más de que este gobierno continúa con la táctica de ofrecer marketing para unos y beneficios para otros. De hecho ni tan siquiera es difícil verlo.
La primera medida que se ha dado a conocer es según las noticias para las pymes a las que la administración adeuda facturas. En este sistema se propone un consorcio bancario junto al ICO de forma que las empresas presentan las facturas y la entidad adelanta el importe. El estado pasa a ser acreedor de las entidades financieras y las empresas o autónomos son los que pagan los intereses. Lo curioso es que a pesar de que se nos venda que esta medida es para apoyar a las pymes el primer efecto visible ha sido la subida en bolsa espectacular de las constructoras cotizadas. Por lo que está claro que en todo caso se han olvidado de explicar alguno de los beneficiados de la ayuda, (que ya directamente son las grandes empresas, sus accionistas, y en particular los fondos y banca de inversión y sus acreedores), tanto por la evidente mejora de la liquidez, como por algo un poco más antiguo que es la pretensión de que el ICO entrase a rescatar a estas entidades, (recordemos que en su día se culpó a ICO de la caída de Martinsa Fadesa, por no conceder un préstamo de 150 millones).
En todo caso, una fórmula para conocer qué es lo que ocurre y quien sale beneficiado es tratar de distinguir el antes y después. Ahora mismo resulta que los gobiernos deben una cantidad de dinero tremenda a las constructoras, que a su vez deben una cantidad de dinero a los bancos.
Por lo que parece, resulta que los gobiernos convertirán parte de la deuda con los proveedores en deuda pública normal y corriente, (la que paga intereses), derivada de las aportaciones al ICO. Es decir, dado que el ICO aporta fondos, el estado tendrá que pedir dinero, (por lo menos una parte). Curiosamente, el dinero que ICO pone no se usa para pagar las deudas, sino que se usa para prestar a las empresas. Este matiz es relevante, ya que en realidad estamos ante un incremento de deuda pública ya que el estado no paga ninguna factura, (ergo sigue debiéndolas, eso sí sin pagar intereses) pero a su vez se endeuda para prestar para pagar estas facturas, (pagando intereses).
Si miramos respecto a los bancos, comprobamos por un lado que se incrementan sus cobros por dos vías. Por un lado lo que paga el estado adicionalmente, (por el ICO), y por otro lado, lo curioso del caso es que el único punto por el que el estado no pagaba intereses eran las facturas a proveedores. El estado sigue sin pagar, pero de curiosamente los bancos pasan a cobrarlos, (aunque de los proveedores).
Para el resto de los efectos queda pendiente la letra pequeña de la medida, pero es más que previsible, que se siga el mismo criterio que se sigue con el resto de préstamos ICO donde el banco tiene capacidad para decidir cuáles son los criterios de la concesión y por tanto a quien se conceden estos fondos, sobre todo en caso de que existan restricciones financieras. Es decir, si no se cubren todas las operaciones, (como viene siendo habitual), el banco elige de forma que obtiene un poder de negociación adicional con fondos públicos, y la posibilidad habitual de trasladar riesgos al erario público en función de las características de las operaciones.
Si esto ocurre, debemos recordar que en la última reunión del Banco Central Europeo, se aprobó también una medida para dinamizar el crédito que consistía en que se pasaban a aceptar deudas de empresas privadas para obtener liquidez. Claro que la letra pequeña establecía que el requisito era que tuviesen un rating, lo que de un plumazo deja fuera a todas las deudas de pymes que no están en condiciones de tal circunstancia.
Por lo tanto uniendo todo, lo que está claro es que tenemos una serie de agentes muy beneficiados, otros algo beneficiados y como siempre alguien que pierde, cuando la solución hubiese sido tan sencilla como pagar con el dinero que se dispusiese y se va a destinar a pagar esto.
Y las pymes quizás se vean algo beneficiadas, pero en todo caso de forma muy marginal y a la espera de que llegue la letra pequeña.