El primer punto es aclarar que me refiero a las mentiras que nos ha contado esta semana, porque a pesar de que lleva relativamente poco tiempo en el poder, las mentiras que van acumulando son exactamente igual a lo que ha dicho, y a pesar de que mucho no ha hablado, la realidad es que el post sería interminable, (y van a ser un par de post ya sólo resumiendo lo de hoy).
Sin embargo, a cuenta del rescate, no para de decir mentiras que se van contradiciendo entre si de una forma que es totalmente absurda. La primera es la negación del rescate, lo cual en el fondo puede ser algo incluso hábil. Nos cuenta que es él el que presiono y no es un rescate; inmediatamente salen de la comisión europea a decir que fue Durao Barroso el que presionó, de tal forma que inmediatamente puede quedar la sensación de que nos han presionado y Rajoy no es culpable de la situación, sino que fue chantajeado. Por supuesto, es completamente culpable, porque mis intereses, (y los de los ciudadanos españoles), los defiende mi gobierno, y no otros; y en este caso no lo hizo. Respecto a la terminología del rescate, la realidad es que nos dice que necesitábamos 100.000 millones para la banca y no los teníamos. Por esta misma razón es mucho más apropiado el término rescate, (alguien da un dinero que se necesita a quien no lo puede conseguir), que el de inversión de estado, (alguien decide invertir en algo por algún motivo).
Pero la mentira más grande es que no nos va a costar dinero. Para entender esto, debemos entender que estamos ante un rescate a los bancos y no a las cajas, como he dicho el otro día. Para defender esta posición ahora mismo ya podemos tirar de números que se van conociendo.
Lo que conocemos es que el dinero inyectado a las cajas, devengará un tipo de interés del 8,5%, lo cual significaría en principio que con una aritmética pura y dura, el estado cobrará el 8,5 y pagará entre el 3 y el 4, lo cual significará un beneficio ingente. Sin embargo, este plan funcionará si se dan dos condiciones; que ese dinero lo van a invertir las cajas y si además consiguen una rentabilidad superior al 8,5%. Imaginando que ese dinero lo usan para conceder préstamos al 5%, tendríamos que las entidades estarían perdiendo el 3,5% (pagar el 8,5 y cobrar el 5 sería un desastre financiero); y si resulta que este dinero lo usan para pagar pufos pasados, la realidad sería más dramática porque los beneficios serían cero y resulta que lo único que habría sería un coste inasumible.
Por tanto, la primera consecuencia es clara; si resulta que el estado gana, las cajas lo que habrán hecho es sangrar a los ciudadanos, lo cual intentarán, pero sin éxito porque dado el entorno económico que nos encontramos es imposible que los ciudadanos paguen por esta vía.
¿han pensado en este fallito del plan?. Pues parece ser que sí, porque resulta que aparece una nueva condición, (en España no tanto), que es la obligación de que las entidades rescatadas no puedan remunerar los depósitos por encima de las otras entidades. En este punto, debo reconocer que es un poco triste como desde los medios económicos y desde el propio PP se critica lo que se hizo con los bancos en la etapa socialista y se haga exactamente lo mismo que en su día. (y para que nos entendamos, con esto no estoy defendiendo a los socialistas, porque el hecho de que desde Europa se repita una burrada, no quiere decir que esta no sea una burrada).
Recordemos que la ley Salgado, era precisamente esto y se nos había vendido como excusa que se limitaban los costes de los depósitos para no encarecer los préstamos. Era muy ridícula la idea, pero curiosamente parece que se limitan los costes de los depósitos para que las entidades sean sostenibles y reactivar el crédito y ¿luego se les da financiación al 8,5%?. Evidentemente no tiene el menor sentido.
La limitación de la ley Salgado, en su día, y la impuesta ahora por la UE tiene unos defensores curiosos; la gran banca no ha entrado en la guerra de depósito, debido a que BBVA y SANTANDER entienden que no tiene sentido y que además no es sostenible; entonces… ¿Será insostenible que Santander y BBVA paguen el 5% por depósitos nuevos, y sostenible que las entidades con problemas paguen el 8,5%?. La respuesta es muy simple y tan evidente que no puede ser un error de diseño; como tampoco puede ser un error de diseño el hecho de que las cajas con problemas vayan a ser rescatadas pagando el 8,5%. Por definición pura y dura, cuando rescatas a alguien lo que haces es facilitar acceso a la financiación a un precio accesible. Pero curiosamente las cajas pagarán una salvajada por los fondos, no podrán luchar por los depósitos, (su punto fuerte), tendrán que contribuir en mayor importe al FGD y no tienen acceso a mercados.
La conclusión es clara, independientemente de la gestión, (que ha sido mala o nefasta en muchos casos, pero quede claro que esto no es una diferencia con la banca), lo que está claro es que no tienen posibilidad ninguna de salir adelante. Es aritméticamente imposible.
Por tanto, lo que está claro es que el dinero para las entidades no se va a recuperar, (como no se ha recuperado el inyectado en su día), y en consecuencia, el estado tendrá que asumir esta factura. Es así de simple y es de puro diseño. ¡Y además planificado!.
Siguiendo el proceso, es sencillo ver, que en este caso, resulta que van a comenzar cajas, por muy buena gestión que tengan, y el resto del esquema es sencillo de entender; El estado tendrá que convertir las obligaciones o los bonos convertibles en acciones y las venderá después de hacer una ampliación de capital, garantizar perdidas y ofrecer liquidez. Dicho de otra forma, el dinero que les hemos prestado se convertirá en acciones por las que cobraremos un euro. Incluso se puede esperar que los fondos se acaben usando en los procesos de reestructuración de aquellas entidades que sean consideradas inviables, que en las condiciones actuales son todas. En este caso el esquema es el de siempre, pero sin vender la caja. Se liquidan los activos, se asumen las pérdidas y los activos sanos se malvenden también por precios irrisorios.
Y entonces nos encontraremos con un préstamo de 100.000 millones que ha servido para invertir en algo que nos ha dado un euro, que tendremos que pagar, y con un sistema bancario en el que los ahorradores y los que necesitan financiación tendrán que hablar con unas entidades soportadas por nosotros, y que tienen la estructura de mercado y legal que les permitirá pagar lo menos posible a los ahorradores y cobrar lo máximo posible a los que necesiten financiación.
Dicho de otra forma, nos vamos a gastar 100.000 millones que no tenemos, más sus intereses para cargarnos entidades públicas y lograr un sistema privado que tendrá todo el poder que quiera para que en nuestros intercambios con ellos perdamos otra vez.
Por tanto, es completamente mentira esto de “no nos va a costar dinero”. Sobre todo porque si hay perdidas en un lado y hay que cubrirlas, esto significa que va a haber un traspaso de rentas de un lado a otro. Dicho de otra forma, las plusvalías de un lado serán las minusvalías de otro lado.