A lo largo de todos estos días he tratado de ir colocando toda una serie de post en los que trataba de explicar cómo iban a afectar los recortes, (reformas, cambios o como le dé la real gana a los expertos de marketing del gobierno y mercados llamarlos). Por el momento, lo único que parece que no ha salido ha sido lo de los peajes en las autovías para salvar a las constructoras y concesionarias, (y ya es extraño porque está claro que vendrá). Es importante entender que en bastantes de los casos he podido hacer recopilaciones y linkar a post del pasado. Esto que me facilita el trabajo, lo cierto es que nos debería hundir en la miseria porque era fácil comprobar en su momento que cuando estas decisiones las tomó el otro gobierno nos llevaba a la ruina, y aunque en aquellos momentos no se quisiese ver esto, ahora estamos repitiendo los mismos errores. En particular me gustaría recordar que en Mayo de 2010 el gobierno socialista tomó unas decisiones equivocadas, (era muy fácil saber cómo iba a acabar), que básicamente se basaban en hundir a la economía, para salvar a los bancos, por imposiciones del exterior. Dicho de otra forma, en 2010 nos intervinieron y a partir de este momento no han cesado de tomarse medidas que nos hunden para salvar la banca de otros países y propio, y lo que es peor, con nulo éxito. Esas medidas le costaron el gobierno a Zapatero y fueron criticadas en su día, (hoy nos enteramos “oficialmente” que para que cayese el gobierno) por el partido popular. Por tanto está más que claro, (y así lo reconocieron mil veces los actuales gobernantes), que la sociedad no quería estas medidas, que nos llevaban al desastre y que por tanto no es lo que en democracia se debería aprobar bajo ningún concepto. Jamás es democrático aprobar lo que la gente ha rechazado expresamente y no es admisible, ni tan siquiera en otros regímenes, hundir deliberadamente el país para salvar determinados colectivos que además en muchos casos son extranjeros.
Hoy hemos tenido la noticia de una serie de medidas que es sencillo saber que es lo que van a provocar. Es tan sencillo, porque en realidad cualquiera de las medidas que se han tomado hoy tumban una economía sana, pero si las ponemos todas juntas y le añadimos el medicamentazo de hace unos días, el ajuste en educación, la reforma de la justicia que básicamente se basa en que las rentas bajas no puedan acceder y a las rentas altas sea tontería que vayan como demandadas, la conclusión es clara y muy obvia; no hay ni una sola posibilidad de que este plan salga de otra forma que no sea un desastre sin ningún tipo de paliativos.
Por esto mismo vuelvo a usar hoy el término traición para definir la actuación de un gobierno. Soy consciente de que me repito bastante, pero comprenda todo el mundo que entiendo el término traición como un acto desleal contra la nación y esto es exactamente lo que ha ocurrido en bastantes más ocasiones que las que he escrito.
Las mentiras son más que evidentes y hemos tenido hoy una buena razón, tanto por omisión como por acción. No se puede entender que Rajoy nos cuente que tenemos la gasolina más barata de Europa, cuando es público y notorio que tenemos la gasolina más cara antes de impuestos, (derivado de una nefasta política de defensa de las petroleras que se olvidan de competir y a las que luego intentamos patéticamente salvar cuando tratan de hacer lo mismo en otros países). También olvida que los sueldos, (que hoy han bajado) no son ni de lejos los mismos. La situación es que la gasolina hoy ha subido por encima de los 3 céntimos el litro, (sube el 3% al pasar el IVA del 18% al 21%) y aún queda la subida de los impuestos específicos que se cifraba según los medios en torno a los 5 céntimos. Para que nos entendamos, en la situación actual estamos asumiendo una subida que se iría en torno al 8%. Para el que gaste poco en gasolina será grave, pero para el que dependa de la gasolina para trabajar será un golpe final.
No se puede calificar de otra cosa que se insulte directamente a los parados, (difícil no estar de acuerdo con esto con Rubalcaba, sin que sirva de precedente), el hecho de que se justifique con el argumento del incentivo para encontrar empleo, la reducción de la prestación del desempleo del 60% al 50% de la base reguladora. Si nos damos cuenta esto significa una bajada de la prestación del 16%, (una persona con una base reguladora de 1.000 pasa de cobrar 600 a cobrar 500, lo cual es una bajada del 16%), con la particularidad de que será tan solidaria que incluso dentro del colectivo no se verán afectadas aquellas personas con una base más alta. (El que tuviese una base de 3.000, no cobraba el 50% por lo que no le afectará). Seamos serios, el paro es un problema porque la gente necesita trabajar y no encuentra trabajo porque la economía ha colapsado. Si el tema fuese que la gente no necesitaba o que tenía incentivos suficientes para no trabajar el anterior gobierno no hubiese perdido las elecciones, ¿no cree?. En todo caso, me gustaría recordar que por lo menos podría aplicarse el cuento y no incentivar el despido, (con la reforma laboral que profundiza lo hecho por el anterior gobierno), y directamente lamentarse de que el sector público, los bancos, las minas y tantos otros no hayan despedido tanta gente como quisiese.
En el entorno en el que estamos, la realidad es que es difícil encontrar una medida que tenga peores efectos que bajar un 16% los ingresos de estas personas, mientras se las insulta y culpa de una situación de la que son víctimas, (en la mayoría de las ocasiones, que son aquellas comunes salvo excepciones que llaman la atención tanto que se cuentan y por tanto sirven de imagen para crear opinión).
A todo esto, los efectos son más que evidentes, (y repetidos), y ante la discusión de ¿Qué es lo que afecta al consumo: la caída del poder adquisitivo o la caída de la confianza ante la idea más que demostrada de que todos estamos en peligro?, la respuesta es que ambas cosas. Hoy nos hemos encontrado con pérdidas brutales de poder adquisitivo para todo el mundo y sobre todo pérdida de confianza para todo el mundo, lo que no va a beneficiar ni tan siquiera a los monopolios sobre protegidos.
Hablando de monopolios, se habla de liberalizar e incluso privatizar, infraestructuras de transporte, en lo que es otra gran mentira. Nos dicen que liberalizar es introducir competencia y esto se identifica con introducir una o varias empresas, (o directamente fondos de inversión), que compiten POR UN MERCADO QUE LUEGO PODRÁN EXPLOTAR, que no es lo mismo que introducir competencia en un mercado. De hecho, por definición no se podrá introducir competencia jamás en el ferrocarril, que es el ejemplo típico de MONOPOLIO NATURAL. Tiene guasa el detalle de que están tomando todo tipo de medidas para evitar competencia en sectores en que puede existir y nos siguen tomando el pelo con estas ocurrencias.
Pero si algo se ha olvidado de contarnos es lo del “banco malo”, que es parte de los acuerdos, y que desmonta otra gran mentira que ha soltado hoy: que estamos salvando a la banca barata. Nos cuenta que esto no nos va a costar dinero. Pero, ¿si no nos va a costar nada, quien va a pagar?. Nos vuelven a mentir con aquello de que no podemos dejar caer a los bancos, ocultándolo en una gran verdad; un país no puede sobrevivir sin un sistema financiero; es cierto esto, pero ojo. Esto no significa que tenga que ser este sector financiero, ya que se pueden dejar caer las entidades, garantizando los medios de pago y si fuese necesario creando un nuevo sistema financiero. Lo que no tiene sentido es que se destroce un país porque se necesita que exista un sector financiero para que el país no caiga y que luego nos acordemos que el sistema financiero necesita un país.
Es difícil encontrar tal cumulo de mentiras, de engaños, de traiciones y de medidas que nos van a llevar al desastre. Es difícil encontrar un número mayor de ejemplos de intervenciones públicas de los organismos que en teoría representan a los ciudadanos, con el fin de que todos los ciudadanos sufran unas pérdidas que suponen plusvalías de otros, y sobre todo es difícil encontrar una colección tan grande de medidas capaces de cargarse un país, tomadas con tanta alegría en tan poco tiempo.