Otra de las promesas que se han venido abajo tras asumir la presidencia del gobierno es la de la creación del banco malo. En el pasado ya hice el post tratando de explicar las razones, (por otra parte evidentes), por las que esta medida es un desastre para el contribuyente, y sobre todo el gran problema del banco malo, que es la fijación de los precios de los inmuebles.
Evidentemente estamos en un punto en el que las entidades financieras traspasan al estado unos bienes, por lo que cuanto más caro se traspasen, mayores serán las pérdidas para el estado y mayores los beneficios para las entidades. Es muy obvio.
En realidad estamos ante la misma situación que en cualquier ejecución inmobiliaria donde el activo pasa del patrimonio del ejecutado, (nunca un nombre fue tan descriptivo), hacia el patrimonio del banco. Cuanto mayor sea el valor por el que pasa al banco, menor será la pérdida para la persona y mayor el potencial beneficio para la entidad.
En aquel post, ya dejaba claro que existe cierta asimetría, ya que los pasos no son iguales. Si bien en uno de los casos estaríamos hablando de una subasta entre interesados y en falta de esto nos encontraríamos con el 60% del valor de tasación como valor de referencia, ahora ya tenemos los datos por los que pasarán al estado que será mayor que la tasación actual en virtud de las dificultades de mercado. En este sentido lo que nos están diciendo es que en los precios de los activos, se tendrá que tener en cuenta la expectativa de revalorización positiva teniendo en cuenta que esperan que se recupere el mercado.
Las conclusiones son claras, mientras la entidad financiera de turno se queda con una vivienda por el 60%, (se entiende que no ha habido pujas en las subastas, ya que por definición se encuentra en el balance de la entidad), y a su vez la traspasa al estado por un importe que supera el 100% de la tasación actual, en función de la posible revalorización que sólo se puede apreciar entre los estudiosos de Europa, (y que acabará significando que ocurra como en Irlanda donde se están derrumbando edificios para intentar frenar la caída y las pérdidas para el estado).
Pero tenemos que tener en cuenta que este proceso está encuadrado en todo el esquema de bancas y cajas. El proceso entonces se complica un poco, aunque en realidad no hay más que poner un ejemplo y tratar de seguir lo que va a pasar, para analizar quien gana, como gana y realmente quien es el rescatado.
Alguien no puede pagar su hipoteca, y una caja se queda con el valor del inmueble al 60% de su tasación; como a su vez la caja no puede financiarse, se ve obligada a acudir al rescate. En este momento, el inmueble pasará al patrimonio del banco malo por un importe superior al 100% de la tasación, por lo que podría parecer que la caja ha sido rescatada porque se está llevando un importe superior al 40% del valor de mercado de las viviendas entregadas.
Por lo tanto el proceso no acaba aquí, sino que todos los activos de esta caja serán transferidos a una entidad financiera, que a su vez obtendrá financiación para la operación y esquemas de protección de pérdidas.
Por tanto el banco se quedará gratis (o incluso cobrando), por los activos de la caja, que recordemos no son los inmuebles, sino el dinero que el banco malo ha pagado en contraprestación de las ventas de los inmuebles. Además quedará con el negocio derivado de la venta de los activos malos del banco malo, que no le generarán riesgos y si la posibilidad de obtener comisiones por la gestión y en caso de éxito un beneficio adicional, (aunque este éxito en realidad sea una pérdida, ya que aunque para las tasaciones nos cuenten que se esperan revalorizaciones, se pactan normalmente objetivos de pérdidas, en el sentido de que el éxito será que las pérdidas sean las menores posibles).
Ahora no hay más que ver individualmente como queda todo el mundo y no es difícil entender quien es beneficiado y quien es perjudicado. El ciudadano, queda como estaba, aunque más arruinado, la caja liquidada, y el contribuyente ha perdido la banca pública, y queda soportando el riesgo de los activos problemáticos que existan y con los costes de gestión de estos, pero sin embargo los grandes beneficiarios son las entidades financieras que se quedan sin riesgo, con activos sanos, (en algún caso tan sanos como liquidez pura y dura), por encima del valor actual de lo que se ha entregado a cambio, sin competencia y con la gestión de los activos insanos.
En estos días Santander ha emitido un par de mensajes que parecen haber calado; por un lado nos han contado que antes de diciembre el problema de los activos tóxicos serán historia, y por otro lado nos cuenta que ha caído un meteorito para tratar de explicar la situación en la que estamos.
Bien, está claro que estas dos afirmaciones son dos expresiones desde el punto de vista de un banco, que cuando dice que los activos tóxicos serán historia, lo que quiere decir es que a partir de este momento serán nuestro exclusivo problema, ya que ellos nos los han vendido.
Aquello de lo del meteorito, (a menos que sea cierto y yo no me haya enterado), no es más que un patético intento de echar la culpa a algo sobrenatural que trate de explicar la situación en la que está todo el mundo, cuando en realidad lo que estamos asistiendo es a una estafa monumental, que evidentemente explica muchas ruinas, (el hecho de que te estafen supone esto) y por otro lado explica la situación de la banca, porque al final cualquier sistema financiero depende de que exista una economía que financiar, y traspasando mierda de esta forma, es imposible que exista una economía sana.
Por cierto, ¿alguien se ha molestado en echar las cuentas del banco bueno que se podría crear con los 100.000 millones que vamos a usar comprando bancos malos?