Ya tenemos las imágenes que parece que eran inevitables, y lo primero que me gustaría reflexionar sobre esto es que la gente se pregunte dos cosas: ¿Quién ha ganado? Y luego ¿Quién ha perdido?. Estoy completamente seguro que todo el mundo encontrará argumentos para demostrar que el otro ha fracasado y a partir de hay llegará a la conclusión de que todo el mundo ha ganado.
Lo realmente grave es que este argumento es completamente falso. Es cierto por la mitad, el otro ha perdido pero nosotros hemos fracasado. Y esto lo puede decir absolutamente todo el mundo, independientemente de la posición, la opinión y la situación en la que se encuentre.
La tensión se está desbordando por todos lados, convirtiendo esta situación en algo que recuerda mucho a un polvorín en el que existen demasiados frentes, como para que esto pueda salir bien.
Lo realmente triste es que esta situación era perfectamente evitable, y tan sólo nuestra estupidez colectiva lo ha llevado hasta allí. Si queremos entramos en quien es el mayor responsable del fracaso; en mi opinión, este fracaso es culpa de todos los que nos han traído a esta situación y es culpa de los que no la hemos evitado. Que cada cual reparta, pero desde luego está claro que tenemos un problema de incompetencia manifiesta.
Yo hoy me siento un fracasado, porque está claro que se ha llegado a una situación que siempre he temido. Una situación que jamás me hubiese gustado ver, y en definitiva me siento un fracasado porque precisamente esto es lo que debería sentir todo el mundo que lo veía venir y no ha podido o mejor dicho no ha sabido hacer nada que tratase de parar esta situación.
Pero fracasado no es responsable. No me siento en absoluto responsable de una situación a la que se llega, después de que las personas que ocupan cargos de responsabilidad se han cargado literalmente todos los resortes del estado de derecho. De alguna forma, hemos conseguido poner a dirigir la economía y la política, (hubo alguna vez que no eran lo mismo), a unas personas a las que sus propios intereses les han cegado, hasta el punto de que no se dan cuenta de que realmente hoy han perdido más.
Hoy he escuchado en la radio el nuevo programa de RNE1, que sustituye al antiguo Asuntos Propios de Toni Garrido, (que ya he dicho en más de una ocasión, curiosamente en críticas hacía el programa), que me gustaba porque consideraba que creaba valor. Pues lo que he escuchado es una tertulia de tres mujeres, (una nacida en el 78), que me recordó mucho a un programa de intereconomía, (aunque he de reconocer que desde Zapatero se aprendió que las cosas con talante entran mucho mejor), hablando de la convocatoria y repitiendo machaconamente los argumentos del gobierno, tanto en la situación de Cataluña, (donde la catalana se montó un ligero lío en el que no se aclaraba si importaba o no el hecho de que tuviese tal condición), y en el que se nos han colado las consignas claras: “esto es violento”, “esto es un ataque a la soberanía nacional porque resulta que cuando votamos elegimos dioses, (perdón creo que dijeron representantes)”, que estas cosas no sirven para nada, que el gobierno lo ha hecho bien y además que para explicar las cosas hay que informarse bien, (y lo dice una que dijo llamó al fondo de las autonomías: Fondo de liquidación de las autonomías, sin que sepa muy bien si esto es síntoma de que muy informada o muy poco informada).
Pues muy bien, el gobierno tiene el control de los medios de comunicación, lo cual no es demasiada novedad, (antes lo tenía también). Aunque pudiera ser que como el gobierno está controlado por los mismos que controlan los medios, es posible que la relación sea un poco distinta. ¿Significa que ha ganado?. No. De hecho lo curioso es que su fracaso es peor, porque directamente lo que tiene ahora es el control de unos medios que nadie cree. A fin y a cuentas, no deja de ser curioso que si acabamos convirtiendo la RNE en la versión amable de Intereconomía, estaremos convirtiendo una televisión pública en la versión amable de un medio privado que busca sus propios intereses, (que nos puede gustar o no, pero al final es un medio privado).
Esto supone que directamente la gente y la sociedad está ciega, porque si no se puede creer en la opinión de los medios, (de ninguno), y tampoco se puede (o debería) creer en los blogs, (juro que intento ser sincero, pero para ser sincero, tendré que recomendar a todo el mundo que se haga su propia composición como pueda, porque todo el mundo jurará ser sincero). ¿Qué nos queda?. Pues resulta que aquí tenemos la expresión de un fracaso del gobierno y de unos poderes económicos del que probablemente no se hayan enterado aún. (el peor de ellos).
Tenemos las imágenes violentas y los videos donde se apalea a gente que estaba sentada:
¿Porque creemos que desde los organizadores se intentó transmitir en todo momento lo de la “no violencia”?. Pues porque les interesaba. La violencia hace quedarse a la gente en casa, el miedo bloquea, y retrae a la inmensa mayoría de los ciudadanos que directamente detestan la violencia. Además supone enfrentarse al estado en su terreno. Una situación violenta lo que provoca es que el papel de los extremismos se va a magnificar pero es un fracaso para todo el que pretenda mejorar, porque los extremos nunca son buenos consejeros, (como podemos ver en la situación económica y como pudimos ver tantas veces en la historia).
Podremos decir que ha sido un éxito por la convocatoria y porque se ha producido miedo en el cuerpo a los políticos, pero la realidad es que esta deriva es un fracaso de todos. Incluso (y otra vez vuelvo al éxito) del gobierno, que parece que ha usado ciertas tácticas de manual introduciendo infiltrados en la manifestación como se puede ver en el minuto 3 de este video en el que los manifestantes encapuchados detienen a otro de los manifestantes:
¿Ha salido bien la jugada?. Pues la violencia está ahí, pero en estas tácticas, al igual que en la de mentir de forma salvaje en el número de asistentes, (6.000 según Cifuentes, lo que vendría a ser una proporción de 5 manifestantes por policía…), estamos en otro paso más hacia el descredito de unas instituciones que sólo podrán ejercer como tales olvidando tácticas de este estilo y siendo totalmente sinceras. No me preocupa demasiado la actuación de determinados radicales, pero creo que el gran fracaso del estado, (que seguro que tampoco verá demasiada gente) es que se comporte de esta forma. Este es el grave problema.
Dicen por ahí que los mercados sufrirán. Yo en particular no lo creo y posiblemente creo que en el corto y medio plazo comenzarán a ver beneficios. Una radicalización de las posturas hace más fácil determinadas cosas que nos cuelan mientras discutimos sobre otras. Pero, en el largo plazo..¿sigue todo el mundo empeñado en creer que los mercados financieros que viven de financiar la economía va a sobrevivir sin la economía?. ¿Creemos de verdad que la economía va a mejorar sin justicia, sin verdad, sin sinceridad y con tácticas marrulleras de engaño y corto alcance?.
Pues eso, hoy (para variar), no hay nuevas noticias, y todo se confunde otra vez. Estamos más cerca de una radicalización de todo, (hacía todos los lados), y la verdad (o por lo menos la honestidad porque el error siempre está ahí), se ha ido a tomar viento. Tanto que todo el mundo dirá que ha ganado, cuando ¡y me jode decirlo y repetirlo!, todos la hemos cagado o por acción o por omisión, o por maldad o por incompetencia, porque somos demasiado grandes o porque somos demasiado pequeños.
Y ahora lo curioso es que aún tendremos que ser mejores para evitar que esto no se descontrole y para evitar más víctimas, aunque a las que están sufriendo ahora lo indecible, parece que tenemos que añadir una persona con una lesión medular. Y recordar que lo malo del fracaso no es tanto fracasar, sino el no reconocerlo. Lo primero se soluciona, lo segundo, no.