Hoy nos encontramos con unas declaraciones del partido socialista en la que se reconoce el error al actuar frente al problema de desahucios, la burbuja inmobiliaria y en general con una normativa bancaria que está muy desequilibrada. Muy bien, salvo que es mentira; no se han equivocado subestimando nada.
También en estos días nos encontramos con una serie de alternativas en las que se está hablando de la posibilidad de reformar la ley hipotecaria y enfrente tenemos las alternativas que se están basando en la ley de segunda oportunidad, bajo la premisa de que los cambios no afecten a la “cultura de pago” de los Españoles.
Bajo estas frases nos encontramos con todos los eufemismos tras los que se esconden las alternativas de cada uno. El argumento principal de la banca, del FMI, del Partido Popular y de UPyD y en general de todos los medios económicos es que no se ha de tocar la legislación hipotecaria porque ha funcionado muy bien, por temas de seguridad jurídica y porque encarecerá las hipotecas en el futuro. Dejando aparte que las hipotecas se encarecen por el poder de la banca, (en cualquier mercado, si existe poder de oferta el bien se encarece y si existe poder de demanda se abarata), y dejando aparte de que el hecho de que parece un chiste el hecho de que se defienda el buen funcionamiento de la ley hipotecaria en un momento en el que estamos en medio de una burbuja inmobiliaria, que se ha llevado por delante el país, (¡¡¡¡si llega a funcionar mal!!!); y por supuesto el hecho de que la seguridad jurídica siempre va para un lado… Lo que nos queda es entender porque se defiende que todo siga igual pero que se dicte una ley de segunda oportunidad, que no es otra cosa que un procedimiento, (que ha de ser complicado), para que las personas oficialmente no vayan a pagar lo que no podrían pagar en ningún caso.
Porque en realidad este es el problema; existen numerosas personas con la vida destrozada, sin perspectivas que jamás podrán pagar los costes de los procedimientos, los intereses de demora y las deudas de unos momentos en los que las rentas eran más altas (cuando existían).
¿Por qué no hacemos una ley que instaure la cultura de la responsabilidad en las entidades financieras?, ¿Por qué no se hace una ley que equilibre las relaciones entre oferta y demanda en los distintos mercados en los que interviene la banca, (no sólo en las hipotecas)?. ¿Por qué en lugar de luchar contra las burbujas que destrozan las economías, lo que se hace es luchar con lo que sea contra no pincharlas?.
Pues sencillo; como en todo tenemos un problema económico que afecta a millones de ciudadanos; no sólo a quien no puede pagar, sino que afecta a todos los “tontos” (usando la palabra elegida por el representante de UPyD), que necesitan un techo encima de la cabeza en el caso inmobiliario. Al final cualquier alteración del precio, (y una burbuja, vaya sí lo es), acaba destrozando al que tiene que pagar, (tanto en alquiler como en compra). Pero por otro lado tenemos un sistema financiero que tiene otras necesidades y otros problemas.
El hecho de que no se puedan pagar una parte de las hipotecas, evidentemente tiene un coste, pero este coste es ridículo al coste en el que se incurriría si se equilibran los mercados. Es así de sencillo. Y en el más corto plazo y más concretamente debemos recordar que existe un mercado de cédulas hipotecarias que han sido colocadas de forma masiva principalmente entre inversores institucionales, (véanse fondos de pensiones y véanse fondos de inversión, principalmente extranjeros).
¿Qué son las cédulas hipotecarias?. Pues son activos financieros respaldados por hipotecas concedidas sobre viviendas habituales. Pues estos activos han sido vendidos por las entidades financieras, a otras entidades, que a su vez se venden en una rueda en la que todo se viene abajo cuando el valor de este activo cae, no sube o se espera que caiga.
Si entendemos que esto es un activo financiero, con un valor, es fácil hacer unas cuantas precisiones respecto a cómo afectan a este valor determinadas decisiones.
Por ejemplo; ¿Qué pasa si sube el valor de los pisos?. Sube el valor de las garantías, por tanto sube el valor de las cédulas. Y si ¿la ley de alquiler se vuelve más favorable a los dueños de los pisos?. Fácil también; sube la rentabilidad esperada del activo, lo que a su vez hace subir el valor de los pisos.
¿Qué ocurre cuando los tipos de interés de demora son elevados?. Es una mayor garantía de cobro y unos ingresos mayores, (aunque difícilmente cobrables), para los prestatarios, que serían en el caso de las cédulas los fondos en los que se titulizan. Ergo una subida de tipos de interés de demora sube el valor de las cédulas.
¿Cuánto más dura sea la relación entre bancos y clientes que ocurrirá con las cédulas hipotecarias?. Fácil también. Si de repente los bancos centrales se deciden a comprar cédulas hipotecarias..¿qué ocurrirá con su precio?. Pues sencillo; el precio de las cédulas subirá, porque existe mayor demanda. De hecho cuando a lo largo de todo el mundo se habla de reactivar el mercado hipotecario, nos hemos encontrado con medidas que no tocaban el mercado hipotecario, pero que sí de alguna forma intentaban reactivar el mercado de cédulas hipotecarias. Si todos los españoles ponemos un fondo para comprar los inmuebles sobrantes de las entidades y no sacarlos al mercado mientras los bancos grandes digieran no sé qué; ¿Qué pasa con las cédulas hipotecarias?.
¿Por qué es preferible una ley de segunda oportunidad que arreglar todo lo referente al mercado hipotecario y de la vivienda?. Pues se pueden dejar de cuentos y todo lo que se les ocurra, ya que no están haciendo otra cosa más que intentar salvar como se pueda el valor de las cédulas hipotecarias, que son una fuente de beneficios para las entidades financieras y para los citados inversores institucionales, que a su vez tienen todas las facilidades para hacer su negocio. Y en este sentido, lo importante es dejar las cosas como están y evitar los problemas más dramáticos para conseguir que todo, (la población, la economía y lo que sea), siga, en la medida de lo posible al servicio de un activo financiero.
La gran ventaja de la ley de segunda oportunidad es que cae más lejos del activo financiero a proteger, que equilibrar los mercados; se controla por las entidades y por supuesto, que aunque se venda como una injusticia a los que puedan pagar, curiosamente es a los que puedan pagar a los que más va a perjudicar. La diferencia es simple y llana. La ley de segunda oportunidad afecta a unos pocos que de todas formas no iban a pagar; equilibrar los mercados afecta a todos que se encontrarán con un mercado equilibrado.
Aunque claro está, lo de mercado equilibrado dependerá de que se tomen medidas que lo equilibren y no de que se tomen unas cuantas medidas chorras que lo desequilibren más.
Por cierto, y para aquello de la seguridad jurídica, me gustaría recordar que la constitución española, habla de no sé qué diseño de las políticas económicas para evitar la especulación inmobiliaria. ¿Esto como encaja con toda una serie de medidas a lo largo de unos cuantos años, que han culminado en que el estado sea hoy el mayor especulador inmobiliario?. Ese es el mayor problema que tenemos y esa es la razón por la que el PSOE no es sincero cuando habla de que se ha arrepentido; no es que haya subestimado el problema de las hipotecas, (al igual que el PP), ¡es que estaban salvando bancos y fondos de pensiones privados!.