Ayer coloqué un post en el que trataba de criticar el hecho de que la Unión Europea tratase de llamar “New Deal Europeo”, a una medida que básicamente se trata de endeudar al BEI para que a su vez preste a las empresas 60.000 millones en toda Europa, de aquí a 2020, para que a su vez contraten becarios. La crítica es evidente porque la inspiración en el New Deal es absurda de todo, lo que me llevaba a concluir que más que un “New Deal”, estábamos ante el “engaño de siempre”. Para ello la mejor forma es un repaso a las medidas que se pusieron en marcha en el new deal, que por cierto están disponibles en muchos sitios, (como por ejemplo en la wikipedia).
Pues al final resultó que el post fue algo polémico, y la verdad es que no lo esperaba. En particular hay dos comentarios que introducen algunos puntos muy interesantes, (más allá de que uno mencione mi sesgo hacía la izquierda mientras el otro mencione mi sesgo hacia la derecha).
Vamos a ir por partes. Creo que generalmente aceptado y no creo que sea especialmente polémico entender que el “New Deal” surge en Estados Unidos, para salir de la situación generada en la gran depresión, en el que tenemos muchos problemas entre los que estaban el endeudamiento, la distribución muy desigual de la riqueza y renta y una clase media destrozada que ocasionaba graves problemas económicos. Teniendo en cuenta el lugar en el que surge, tenemos también el proceso en cualquier sitio, (vuelvo a recomendar la wiki), con la exposición de las leyes y fechas en donde se crearon todas las bases de lo que luego se conocería como el estado del bienestar.
Es importante esto para entender las razones de la segunda guerra mundial, con todo esta fase de la historia. De hecho, yo acababa el post de ayer confiando en evitar la guerra, recordando el pasado. El comentario de Heterodocto, (entre otras cosas), afirma que olvido la segunda guerra mundial, pero lo cierto es que está aceptado que la segunda guerra mundial no fue derivada, ni tan siquiera relacionada con el “New Deal”, sino que la segunda guerra mundial vino derivada de la depresión en Europa, y en particular de una salida de la situación en determinados países que fue bastante distinta al famoso New Deal. La guerra mundial comenzó en Europa en 1939 y si bien es cierto que al final supuso un empuje importante para la economía de Estados Unidos, no parece que, y sin que sirva de precedente, que dicho país estuviese especialmente implicado en estas hostilidades hasta el ataque de Pearl Harbor.
De hecho, es especialmente importante entender que el concepto del “estado del bienestar”, o las medidas antes mencionadas, fueron una clave principal del período de post guerra, precisamente por lo que acababa de ocurrir. Las dos salidas de la gran depresión ocasionaron salidas distintas, y espero que se entienda que no es casualidad que cuando se generalizaron en Europa una serie de conceptos, comenzó una nueva etapa que con sus altibajos fue positiva y que hoy se recuerda incluso con añoranza.
Por tanto, creo que no olvido la segunda guerra mundial, simplemente tengo en cuenta que llegado un momento hay que elegir; o bien el camino de salida o bien el desastre, en forma de tensiones, estados fallidos, revoluciones o incluso la posibilidad de una guerra amplia, que con suerte nos llevaría al mismo punto, o con mala suerte nos llevaría al desastre total y absoluto que son todos los estados fallidos, (que no se caracterizan demasiado por la inexistencia de tensiones, ni por su riqueza).
Pero el lugar, el momento y el lugar, me sirven también para contestar a Pocholo, en su crítica de que no fueron las luchas revolucionarias, ni conquistas sociales las que provocaron el New Deal. Evidentemente existía una cultura revolucionaria en Europa, evidentemente existía el concepto de lucha de clases y por supuesto en estos momentos ya había triunfado la revolución soviética, que estaba ya consolidada. Por supuesto que el comunismo, o mejor dicho, la amenaza del comunismo, fue especialmente útil para el capitalismo. Por supuesto que se puede entender que la revolución rusa, obligó a los países que no eran capitalistas a tomar unas medidas que quizás de otra forma no hubiesen tomado, entre las que están desde luego las de marketing y estas medidas del “New Deal”. Sin embargo, no es correcto afirmar que las conquistas sociales venían de ninguna revolución y mucho menos el New Deal, porque es fácil comprobar que el entorno revolucionario en USA era como mucho limitado.
Podemos entender que el comunismo o el socialismo y la economía planificada sirvieron de contrapeso o de alternativa a un capitalismo que no se podía mostrar de una forma tan dura como era en aquellos momentos, pero de la misma forma tendríamos que entender que todas estas medidas que constituían el “New Deal” sólo podrían tener una relación con el comunismo y con los movimientos revolucionarios tan curiosa como que “los revolucionarios soviéticos consiguieron que los ciudadanos Estadounidenses tuviesen unos derechos laborales, civiles, una seguridad social y unas condiciones laborales que no podían ni esperar”. Por supuesto que existieron movimientos revolucionarios, pero el objetivo del “New Deal” (y su gran logro) fue precisamente que no existiesen en Estados Unidos. Otra vez repetimos el patrón cuando se extienden estas medidas por Europa tras la guerra. Con las tensiones, vuelven a desaparecer los movimientos revolucionarios. Y efectivamente, en particular, creo que la situación del capitalismo tras la guerra mundial dejó en una mejor situación a los ciudadanos occidentales que a los que estaban en el bloque soviético.
Por lo tanto, está claro que, por lo menos en mi opinión, el sistema de economía de mercado es mejor que el comunismo. Por supuesto, con unas reglas claras, con unas premisas y entendiendo que hay algunas cosas que han de ser prestadas por el estado y con unas reglas claras, entendiendo que existen industrias estratégicas y que existen bienes públicos que no pueden estar en el mercado y entendiendo que los mercados han de estar perfectamente regulados para evitar todo tipo de distorsiones.
Con todo acaba preguntando Pocholo, por la relación entre la caída del comunismo y la situación actual; Por supuesto que hay relación entre los dos aspectos, por lo antes mencionado. Está claro que el comunismo sirvió de contrapeso a los poderes económicos, de la misma forma que las prisiones sirven de contrapeso a los ciudadanos para que cumplamos las leyes. Mientras existe un modelo alternativo, los gobiernos y las corporaciones, siempre estarían preocupadas por el avance del comunismo, lo cual lleva a fijar un límite claro a las políticas, lleva a la preocupación por el bienestar de los ciudadanos y en definitiva a explicar muchas cosas. Cuando el comunismo cae, con él cae la alternativa, y por tanto está claro que las instituciones degeneran, los mercados se desequilibran y aquello de la democracia deja de ser importante. Evidentemente la existencia de revoluciones, o incluso evoluciones en el resto del mundo importa; está tan claro que incluso Islandia, (caso que difícilmente puede considerarse una revolución, pero sí un ejemplo de mandar a tomar viento a la UE y en particular a los ingleses), ha desaparecido del mapa.
Me preguntan si me imagino pegando tiros. Lo cierto es que tengo que reconocer que no me lo imagino, pero que en ocasiones lo temo. Es decir, soy perfectamente consciente de que en el camino que llevamos cual cosa puede ocurrir, porque las tensiones se van a ir incrementando y en cuando aparecen dos bandos y tiros, pues resulta que mucha gente que no se veía pegando tiros, acaba sirviendo de carne de cañón, y yo estoy en el grupo de los que ponen los muertos y la sangre. Espero (en términos de deseo y de probabilidad de acontecimiento suceso) que tal cosa no ocurra, y espero (tb en términos de deseo y probabilidad) sobre todo que esto no sea la ilusión derivada de un deseo. Lo espero por unas cuantas razones, (además de la obvia de que soy de los que pondrían la sangre); primero porque en las revoluciones y las guerras, nos guste o no, lo primero que sale por la ventana es la justicia, la verdad y la razón. (incluso peor que ahora). Y sobre todo porque sería el fracaso, (otro más) de una estupidez perfectamente evitable en un mundo en el que por muy limitados que estén los recursos, podemos vivir mucho mejor.
Y lo espero porque sólo tenemos que mirar para el pasado, que es cierto que nunca se repite pero rima, y aprender de los errores y los aciertos. Se trata de evolucionar y tratar de evitar los acontecimientos del pasado. De hecho, (con pantunflas y mientras la smart TV hace un poco de ruido), aquí estoy en el sofá de mi casa haciendo este post. Vale que no estoy cogiendo un fusil, prefiero, (y creo que tengo más aptitudes), para intentar denunciar todos los días las burradas que se están cometiendo, por la sencilla razón de que las burradas son las que nos llevan a esta situación y nos pueden llevar al desastre.
Eso sí, ya me gustaría decir que es un plan inteligente para evitar algo; pero lo cierto es que tan sólo es lo que se me ha ocurrido.