Tras esta etapa de vacaciones, voy a retomar el blog. Y lo cierto es que ya empieza a ser tradición aquello de poner un post acerca de la recuperación del momento. De hecho, con ligeras variaciones todos los años, pongo un post de octubre de 2009, que titulaba: “¿nos estamos recuperando?” (que vuelvo a reiterar que sería conveniente releer).
En fin, es un clásico el que dediquemos innumerables esfuerzos para demostrar que nos estamos recuperando, para después acabar concluyendo que un cisne negro, algo que nadie preveía o cualquier explicación esotérica, acabe concluyendo que se aborta la salida a la crisis.
Entre otras cosas, en aquel post, exponía lo siguiente:
“¿El PIB subirá?. Pues sí el número del PIB subirá, porque en el PIB computan y mucho los beneficios de los bancos, de tal forma, que si metemos dinero a patadas, resulta que los beneficios de los bancos suben y por tanto el PIB sube, aunque sea a costa de la deuda pública.”
Y dado que hoy todo el mundo da por sentado que estamos saliendo de la crisis, (o que nos estamos recuperando) debido a que el pib ha pasado a ser positivo, me gustaría llamar la atención sobre un proceso que parece que no está muy claro.
A tal efecto, me gustaría hacer una pregunta que parece que no se hace mucha gente. Imaginemos que el estado pierde unos cuantos miles de millones en una operación de rescate a una entidad financiera. Pocas cosas son tan claramente negativas como la citada, que en un entorno donde absolutamente todo se vende como positivo, (ataques salvajes a la ciudadanía o robos descarados inclusivos), esto se vende como “el menor de los malos”. La pregunta es simple: ¿Cuánto hace bajar el número del PIB el hecho de perder unos cuantos miles de millones en la banca?. O lo que es lo mismo, ¿Cuánto hubiese subido el PIB si los contribuyentes no hubiésemos tenido que asumir una salvajada de pérdidas por las entidades financieras?.
Y ya anticipo que la pregunta tiene trampa, que es muy fácil de explicar. Para ello no hay más que recordar que el PIB es un número, (en realidad una estimación). Cómo número que es tiene su formulita, (o formulaza), que nos viene a decir que es una suma; el PIB es la suma del Consumo, la inversión, el gasto público y el saldo exterior, (exportaciones menos importaciones).
Es decir, llegado a una conclusión sobre cuanto hemos consumido, cuanto se ha invertido, y como han ido las exportaciones y las importaciones, para llegar al dato del PIB del período que estemos hablando, tan sólo hay que sumar el gasto público.
¿Y que son las pérdidas asumidas en las entidades financieras?. Pues aparte de una gran faena, y por mucho que no cuenten en el déficit a efectos del procedimiento de déficit para la unión europea, son pura y simplemente gasto público. Por lo tanto la respuesta a la pregunta de cómo hubiese sido el PIB si no hubiésemos perdido tanto dinero es sencilla: ¡mucho menor!.
Por supuesto, las pérdidas afectan, (y afectarán) a la situación y desde luego al número del PIB. Pero no lo harán directamente sino que lo harán a través de las reformas y la necesidad de cubrirlas, lo que alterará el consumo, la inversión y el comercio exterior. Por ejemplo, si las pérdidas se acompañan de subidas de impuestos, se reducirá la renta disponible, lo que afectará al consumo y dado que el consumo se reduce, las inversiones se desploman. Es decir El PIB finalmente bajará. Pero claro, hay una forma de retrasar esta fase; es simple. Se rescatan las entidades, y se financian las pérdidas. Es decir, mientras la solución se sostenga con incremento de deuda, pues tendremos una especie de tregua, que se romperá cuando haya que pagarlas.
Y alguien tirará de brocha gorda basada en un manual keynesiano para explicar que en realidad como hay mayores rentas, la gente consumirá más y por tanto se invertirá y habrá más renta, lo que permitirá pagar el endeudamiento, olvidando matices como los del multiplicador y que malamente el pib se trasladará a la calle, cuando precisamente todo ha sido quitar ingresos del grueso de la sociedad, (o cargarlo de gasto), para financiar esta magra subida del PIB.
En definitiva, otro año más, y ante el discurso de brotes verdes reconvertido en raíces profundas, tendré que decir que no nos hemos recuperado, ni estamos más cerca de recuperarnos. De hecho estamos más lejos.