Cuando se hablaba de salvar al perro se escucharon muchos comentarios en los que alguna gente reclamaba la primacía de la seguridad. Cuando aparecieron ciertas noticias de la culpabilidad de Teresa Romero, también se pedía para ella en los comentarios todo tipo de penalidades, a la hora que se lanzaban toda suerte de calificativos en base a poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos.
Los mismos se quejaban contra la campaña, en virtud de un supuesto espectáculo, de que mueren miles de personas en África y de que miles de perros son sacrificados cada día. Por descontado no faltaba el que “todo es por cargarse al PP”, “hay que ser objetivo” y cuando acabe la crisis ya se hablará.
Bien, pues si tenemos que hablar de espectáculo y de seguridad, vamos a recopilar noticias a ver quién está dando aquí el espectáculo, y a ver si me explican una cosa que me tiene mosqueado: Al que de verdad le importa la seguridad, ¿cómo es capaz de no criticar esto?:
Primero: Para el cuidado del perro se necesitan instalaciones veterinarias de nivel 4 y no las hay; el mismo argumento se dio para no analizar el perro. Ver entrevista a Sanchez Vizcaino en “El País”. Muy bien; para sacar sangre a un perro se necesita un laboratorio de nivel 4. ¿Cómo es posible que la sangre a Teresa Romero se le saque en un box? Es más, ¿por qué resulta que tenemos sólo trajes de nivel 2 para humanos? Oiga, si el nivel 4 es el mínimo, ¿qué hay de nivel 2?; pero lo más chocante es el tema de los análisis. Aún aceptando que mantener al perro vivo fuese un riesgo, ¿qué riesgo hay en extraerle sangre? Lo digo por el pequeño detalle de que, al final, el pobre animal sufrió un pinchazo y, evidentemente, por alguien que no llevaba trajes de nivel 4 en unas instalaciones de nivel 4. El único riesgo que había extrayendo sangre del animal, si se quiere una vez muerto, era el derivado de que se conociesen los resultados de los análisis. Es decir, ahora han matado un animal que podía estar infectado, lo cual cambia si se conocen los resultados.
Segundo: Estamos enterándonos de cómo son los trajes de protección y no tienen absolutamente nada que ver con los trajes de protección de otros países.
Nos cuentan que la enfermera no dijo nunca que había estado en contacto con el ébola. Vale, ¿me puede explicar alguien por qué en el aviso que aparece a los facultativos que la trasladaron al hospital pone el texto: “Febril, se descarta ébola”. Texto tan extraño para alguien que no había declarado nada acerca de estar en riesgo que hasta los empleados de la ambulancia pidieron aclaraciones. De hecho se dice que no le dijo nada al médico, pero en el mismo relato de los conductores de la ambulancia se dice como aclaración al texto: “La respuesta que recibieron minutos después fue que la “Unidad de Atención Domiciliaria [el médico que la había visitado antes] había valorado la situación y descartado” el contagio del virus.” Ergo parece que en ese caso sí que se había informado. ¿Cómo entraron los de la ambulancia en casa?, pues nada; protocolo y sin precauciones (he leído que como no contaban con medios decidieron que solo subiera uno y se pusieron bata y mascarilla que era lo único que tenían a mano) hasta el hospital donde siguió el proceso. Y luego a seguir carretando 7 pacientes durante 12 horas hasta una desinfección de la ambulancia (pero los camilleros avisaron, y les dijeron que siguieran haciendo su trabajo) . De verdad ¿esto era el protocolo? Vale que luego tenemos la foto del traslado al Carlos III en una urna postmoderna, similar a las que ya salían en las fotos de agosto. Pero, ¿y el descarte del ébola de la mañana? Parece absurdo.
Nos cuentan que la auxiliar no le dijo al médico de cabecera el primer día que había atendido al religioso fallecido. Pero ¿es creíble?; ¿A que va una persona que trabaja en sanidad a un médico de cabecera con menos de 38,6 grados de fiebre?; ¿A que le den paracetamol? Parece claro que fue únicamente porque estaba incluida en un grupo de riesgo y querría avisar o incluso tan sólo saber si estaba contagiada, ¿y no lo dice? La explicación inicial que dio ella y el marido es que fue y la descartaron porque no llegaba al nivel marcado en el protocolo, que se cambió cuando saltó todo esto. Frente a esta versión, tenemos al consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid diciendo que no lo puede probar.
Respecto a esta versión del consejero de la Comunidad de Madrid, estamos ante un nuevo personaje en la escena que empiezo a sospechar que tiene el papel de parapeto, cometiendo todos los errores posibles para convertirse en el centro de la polémica y salvar a Ana Mato.
Resulta que le parece normal que se hayan hecho cursos de pocos minutos en los que no se ha puesto ni quitado nadie el traje, porque “a ver si hace falta tener un master para ponerse el traje”, lo que contrasta y mucho con las recomendaciones de médicos sin fronteras que explican en varios medios. Por ejemplo, en el mundo nos dicen que: “Ponerse este disfraz de hombre del espacio no es fácil, necesita de unos tiempos y unos protocolos” en un artículo donde nos cuentan un protocolo que nada tiene que ver con lo que estamos conociendo y que aún así no está exento de riesgos dado que hay una enfermera infectada hoy luchando también por su vida. Acusa sin probar nada, en base a nada y confunde el “puede que me haya tocado la cara”, que según parece que dijo la enfermera tras unos cuantos interrogatorios (y en un estado de salud poco adecuado para tomarle declaraciones), con un “ha ocultado y no ha comunicado que se ha tocado la cara, lo que demuestra que algo esconde”.
Luego ha soltado lo de la peluquería en plan despectivo y la ha acabado de rematar con lo de que no le importa dimitir porque tiene la vida resuelta. En fin, en lo que a aspectos médicos se refiere creo que impone más respeto el personal de médicos sin fronteras, aunque sólo sea porque ellos si se están jugando el tipo en las fronteras (y además no son inconscientes de ello). Pero en lo que se refiere a comunicación y manejo de las situaciones que afectan a la ciudadanía parece que es incluso peor. ¿Se puede gestionar una crisis con alarmas generalizadas con chulerías, cachondeitos y malinterpretaciones burdas de los hechos y las palabras? A quien se pregunte por la seguridad, le pregunto; dado que el de MSF y éste dicen cosas distintas: ¿a quién debemos creer? ¿no preocupa este estilo de gestión?
La enfermera cuenta que se enteró de los resultados por el móvil e internet. La Comunidad vuelve a afirmar que miente, pero resulta que consta el relato del médico de urgencias que atendió a esta señora en primera instancia en el Hospital de Alcorcón (porque le tocó en el turno de guardia) y, entre otras cuantas cosas, que dejan los pelos como escarpias (por ejemplo, relata cómo iba vestido primero con bata, doble guantas y mascarillas durante las pruebas y luego con un traje de seguridad que le quedaba corto y dejaba las muñecas al aire, y todo eso porque “normal; ¡es más alto que la media! Según unas cuantas declaraciones); confirma que se enteró también del resultado de los análisis por la prensa. Eso sí, unas cuantas horas después trasladan a la enfermera al Hospital Carlos III: 16 horas, nada menos, y 13 visitas a la habitación de la enferma en las que este médico se estuvo jugando el tipo esta persona en estas condiciones.
Sabemos que el protocolo dice que tiene que haber dos personas (una de ellas vigilando) en el proceso de quitarse el traje de seguridad. El protocolo en África incluye sprays y desinfecciones según otro médico que trabaja allí, pero aquí lo suavizamos sin especificar razones (a ver si va a ser simplificar para no dar el master). Pues no hay ninguna noticia de la segunda persona y entonces nos dicen que es posible que la auxiliar de enfermería haya entrado otra vez sin permiso. Más allá de la tontería de la explicación, ¿cómo es posible que la gente entre en zonas contaminadas sin control ni permiso? En todo caso, difícil no parece a la vista de las fotos que han aparecido en las que se ve que la zona aislada está con una cinta. El mismo médico contesta hoy a las declaraciones del consejero con una carta muy explicativa.
Conocemos ahora que se ha presentado una denuncia en un juzgado en julio denunciando las carencias del personal, de medios, que no estábamos preparados y que nos estaban poniendo en riesgo. ¿Se ha hecho algo?, ¿cómo demonios alguien preocupado por la seguridad no pregunta por estos hechos?, ¿será que nos fastidian el espectáculo?
Si hablamos de seguridad, ¿no le preocupa a nadie que se sancione a un empleado de una empresa de limpieza por no querer trabajar sin medidas de seguridad? Es que es acojonante. El mismo Consejero de Sanidad (el de las oposiciones a despedido) afirma que no es cierto que se haya sancionado al empleado; su versión es que él mismo habló con la empresa y le dijo que sería su responsabilidad que lo sancionasen; pero ¿no sería mejor que tomase las medidas que sean necesarias, incluyendo meter en la cárcel a un empresario que se le ocurre no tomar las medidas de seguridad necesarias para contaminar a todo el país, para que estas cosas no ocurran? Los que se preocupaban del perro, ¿no están preocupados por estas cosas?.
Si hablamos de espectáculo, estamos viendo las fotografías de los equipos para los sanitarios, (nada de clases 4) y son un chiste. Circulan ya muchas noticias y fotos acerca de las bolsas con los equipos que se han enviado a los centros médicos y es simplemente patético. Pueden ver una en esta noticia de Público. Lo único que ha dado bien en cámara ha sido el traslado del primer misionero que incluía policía aérea, policía municipal, nacional, guardia civil, helicópteros, motos y trajes y equipos impresionantes (¿cómo se va a escapar un virus con tamaño despliegue de fuerza bruta?) Sin embargo, ahora sabemos que la historia de ese fin de semana que no salió en las cámaras fue una locura. Por ejemplo, lo podemos leer en gurusblog.
Para rematarla nos encontramos con lo obvio. Ante tamaño despropósito parece que las personas que están trabajando en el Carlos III se están plantando. En los comentarios se habla de que si son funcionarios, de que son vagos, de que no quieren asumir obligaciones, cobardes, traidores y demás. ¿Queremos hablar de espectáculo?, pues comencemos con este espectáculo. El de todo el mundo linchando a unas personas que se están cansando de denunciar una cantidad intolerable de despropósitos, que se están jugando la vida sin medio alguno y que ven como cargan con las culpas absurdas de una situación que no tiene otro nombre que esperpéntica y todo ello por cuatro duros. ¿De verdad creemos que lo más gratificante para una sociedad es insultar, cachondearse y presionar a los que están en las trincheras?; ¿no molesta esto ni tan siquiera a un poco a los críticos de los espectáculos?; ¿no se ve un riesgo en esto?
¿Queremos hablar de espectáculo? El de los mamporreros de los foros y de las redes sociales en un absurdo intento de mantener al partido popular, gobierno o quien sea. ¿No es un espectáculo comprobar cómo de repente los 3.000 negritos de África importan, pero esto es un problema para pedir que se salve un perro?; ¿no es un poco espectáculo comprobar como de repente personas se preocupan de los perros abandonados para justificar el matar a uno?; ¿no es un espectáculo que los argumentos siempre sean los mismos?
A mí mismo me han pedido objetividad, y con un par de cojones digo ¿pero qué objetividad queremos? A ver; pongámonos en el caso de que hay que defender el gobierno ¿dónde rasco?
Se oye el “dejad trabajar a las autoridades”, “se están siguiendo los protocolos”, “máxima transparencia” y todas estas tonterías, pero ¿alguien me explica cómo es posible que si estamos preocupados por la seguridad ignoremos todo esto y alguna cosa más?; ¿qué tipo de razonamiento me puede llevar a pensar que las decisiones las están tomando personas competentes?; ¿hay algún virus que yo no conozca que ahora les va a hacer ser más eficientes?; ¿tapar todas estas cosas y decir que todo está bien mejora en algo la seguridad y la respuesta?
En todo caso, si pensamos que las cosas mejoran, no hay más que ver una noticia de lainformación que acabo de conocer; resulta que en el hospital Carlos III están contratando a trabajadores temporales con contratos de una semana. En la propia noticia se pone que ayer, en su primer día de trabajo, de dieron una charla de 10 minutos a una enfermera y le dijeron que tenía que entrar con toda esa información a darle a Teresa la documentación que acreditaba que habían sacrificado a Excalibur. Aparte de darse a conocer una fotografía de la enferma (Aunque esto no sea achacable a estos impresentables, también he de criticar que se carguen, otros, la intimidad que era lo poco que le quedaba) y de las condiciones de la habitación, no tiene ningún sentido que se le de la documentación de que han matado a su perro, de que sea una persona que no ha visto en su vida, que no tiene ni idea de los supuestos protocolos y que va con un contrato de 7 días. Esta enfermera renunció al trabajo y le costará caro seguro, pero lo importante es entender que estos están desnortados del todo.
Joder, el que está preocupado por el espectáculo que está dando la sociedad se lo ha de hacer mirar, porque en realidad el espectáculo acojonante lo están dando quienes han tomado todas estas decisiones, quienes las olvidan, quienes las jalean y quienes cargan las tintas contra los que están cayendo o pueden estar cayendo en acto de servicio.
Estos sí que están enfermos. En todo caso, si que tengo que reconocer algo. En estas condiciones cumplir lo de salvar el perro de la chica infectada evidentemente era un riesgo. En este panorama lo que se puede concluir es que el malogrado Excalibur sí podía ser un riesgo; ¡aunque no estuviese infectado!
Y que quede claro: Esto no es España; son cuatro impresentables.
Pd. Actualizo tan sólo media hora despues de publicar porque aparece una nueva noticia que ya ni sé como tomarme. Los trabajadores de la UCI del hospital de Vigo (de referencia para el tema) se han puesto a comprobar cómo van los trajes, y resulta que hacen un video que demuestra que ni tan siquiera son impermeables. Absorven los líquidos.
En fin.