Hace un año, trataba de contestarme a una pregunta: ¿Qué va a hacer Trichet?. Pues un año después seguimos en la misma y si alguien me pidiese mi opinión sobre lo que va a hacer mañana el señor francés, tendría que reconocer que no tengo ni la más remota idea. Lo único positivo es que a medida que se van deteriorando las condiciones, lo que haga o deje de hacer importa más bien poco, (por mucho que los “mercados” no se quieran enterar).
Ejerciendo de gallego, Trichet mañana puede hacer una cosa, hacer la contraria o bien no hacer nada. Son las tres opciones que tiene, y podemos analizar qué es lo que ocurrirá en cada una de las casuísticas y llevarnos una sorpresa.
Para resumir las tres opciones que tiene son tomar una decisión que lleve hacía una política monetaria expansiva; En este caso nos encontraríamos la compra de deuda pública, las bajadas de tipos o cualquier aspecto que se le ocurra que lleve a que existan más euros en el mercado. Por otro lado puede tomar cualquier decisión en el sentido contrario, (seguir con la retirada de liquidez, o incluso subir o anticipar subidas de tipos). Por último puede no hacer absolutamente nada o una de cal y otra de arena.
Por supuesto, tenemos que tener en cuenta que el banco central va a tener que tener un objetivo para tratar de tomar la decisión; es decir, Tiene que hacer algo, y esto que va a hacer depende de lo que busque. Y esto que busca no es más que fortalecer o parar la caída del euro.
Pues si asumimos que lo que se trata es de parar la caída del euro; ¿Qué tendría que hacer el banco central?. En este caso es donde tenemos el marrón montado, Normalmente tiraría del discurso de que todo está bien, de que estamos en la recuperación, de la salida de la crisis y demás, anticipando o dando pistas de que es posible que haya subida de tipos en un futuro más o menos próximo. En definitiva tiene que lograr transmitir y tomar decisiones que impliquen restricciones monetarias, lo cual llevaría a la idea de subida de los tipos que se pagan en la zona euro y por tanto la revalorización del euro.
Sin embargo, si toma las decisiones en este sentido, nos encontraremos con las tensiones en una gran parte de los países, (periféricos y no tan periféricos), de tal forma, que los riesgos de rupturas serán clave; por otra parte la subida de los diferenciales de deuda, (tanto privada como pública) derivados de un incremento del riesgo, implicarán que las posibilidades de tocar los tipos sean menores, lo cual penaliza a su vez al euro. Para entender este proceso, pensemos un poco en el importe que puede soportar un país determinado, (por ejemplo España), de tipos de interés sobre la deuda. Asumiendo que lo máximo que pueda soportar un país esté en torno al 6%; a medida que se incrementan los diferenciales en la zona euro, (por ejemplo si llegan a un 4% sobre el BUND), nos encontramos con que el tipo de interés máximo que puede pagar Alemania es el 2%, (sin romper el sistema), de tal forma que el BCE nunca podría subir de ese punto.
Por tanto si adopta la postura rigida, la realidad es que el euro se convierte en un problema y por tanto amenaza ruptura y en consecuencia, tal medida sería contradictoria con el objetivo de reforzar el euro.
Ahora bien, podemos encontrarnos con la situación en la que el banco central europeo, flexibiliza las condiciones del sistema monetario; o sea que adopta el esquema de Bernanke y habla de apoyar todo lo necesario, manifiesta preocupación por la deflación, baja tipos o cualquier otra medida similar. Pues en este caso, lo que nos encontramos es con el manual claro de devaluar el euro. Es posible que este tipo de medidas ayude durante un tiempo a reforzar el euro, porque pueden introducir más facilidades a los distintos países reduciendo el riesgo evidente y cierto de ruptura. Sin embargo, lo que está claro es que una vez todo el mundo se tranquilice y diga ¡Trichet se relaja!, lo que está claro es que tirará para abajo el euro.
Dicho de otra forma, si lo que se toman son las medidas para devaluar el euro, se va a lograr devaluar el euro en el mejor de los casos. Y digo en el mejor de los casos, porque aunque en su día traté de exponer porque el QE2, no iba a provocar devaluación del dólar, en el caso de Europa es distinto.
Si el QE2, impactaba sobre la masa monetaria, pero a su vez reducía la oferta monetaria, lo que teníamos eran tensiones deflacionistas en lugar de inflacionistas, de forma que al final lo que tendríamos serían menos dólares en el mercado final, aun a pesar de las inyecciones. Por tanto, en el caso de la QE2, defendía que estas medidas iban a hacer subir el dólar. Sin embargo el esquema fundamental en la unión europea es sustancialmente distinto, ya que las tensiones no se producen en un tesoro único, sino que se trasladan de una u otra forma a los distintos países. Es decir, las tensiones en el mercado financiero USA son exactamente esto, mientras que las tensiones en la eurozona son tensiones entre los distintos mercados de la eurozona, (que no es lo mismo que tener tensiones en un mercado de la eurozona).
Por tanto, en la situación actual, pase lo que pase, las subidas del euro, de producirse serán bastante efímeras. Sobre todo, porque es la subida del euro, lo que penaliza a todos los países de la unión europea poniéndolos contra las cuerdas.
Y ya que estamos apostando, creo que tengo que apostar por el nuevo rumbo que van a tomar los acontecimientos si no se logra parar la caída del euro. Y no es otra cosa que algo de lo que se habló; el eurobono. Medida que económicamente es un desastre, (al igual que empeñarse en apreciar un euro que ni de lejos responde a la realidad económica, tan solo por salvar a la banca de inversión), pero de la que oiremos hablar en breve.