Érase una vez, en un país convulso por la crísis, un cerebro calenturiento y poco dado a la reflexión que tenía un problema "¿cómo vendo esto a estos tíos?". Su problema encontró una rápida solución: "cojo a un famoso, lo meto en un problema y sale del follón gracias a lo que vendo".
Señoras y señores, niños y niñas, acabo de explicarles el núcleo duro del proceso intelectual de creación del anuncio de MAPFRE destinado a los jóvenes: el de su última creación, el YCAR.
Aunque dicho proceso es el de siempre, en este caso se rompe una barrera ética y se traspasa burdamente la delgada línea roja que separa la necesidad de motivar la oferta de un producto con el innecesario ataque a un modelo de distribución del seguro que, por cierto, es al que Mapfre le debe todo cuanto es. Mapfre no sería NADA si no fuera por sus 18.696 agentes que se dejan la piel día tras día pese a que son remunerados con las comisiones más bajas del mercado para conseguir que su entidad alcance el ratio de beneficios que la distinguen como la primera en beneficios del sector.
Gracias a este anuncio Mapfre acaba de convertir al mediador de seguros en el PROBLEMA que Nadal tiene que superar. Además, no se ha conformado con dejarlo a banda, con un esquema mental falaz ("me quito de encima al mediador porque yo no necesito que me asesoren, ¡ya sé lo que quiero!") sino que, además, tenía que hacer que el mediador pase por gilipollas, rapeando ante un joven para... ¿ganárselo? Yo llevo años en esto y no necesito hacer el imbecil para que un chico o una chica comprendan lo que les estoy explicando. Hacer eso no solo sería caer en un comportamiento estupido sino una falta de respeto ante mi interlocutor. Entiendo que Mapfre está cayendo en un grave error si piensa que solo se puede explicar algo a una persona joven mediante rap, grafitti y mensajes carentes de contenido. Hay una máxima en publicidad que dice que cuando no tienes nada que contar, pon una canción... ¿No será una variante?
Digo que es una falacia que un conductor joven no necesite asesoramiento porque mi experiencia en asistirles me recuerda constantemente que si lo necesitan. Cada vez más un buen seguro aporta seguridad y estabilidad a la frágil economía de una persona joven. Además son muy receptivos dado que, con frecuencia, han conocido problemas de amigos con sus seguros.
El mensaje que hay que aportar en este caso al cliente es sencillo: te instalan un elemento en el coche que, por incorporar un controlador GPS fiscalizará cada momento de tu vida al volante. Sabrán donde estás, a qué velocidad vas, a qué hora, donde te detienes y por cuanto tiempo, a qué disco acudes y si vas a 60 donde está limitado a 50. A cambio de eso irán personalizando tu prima de seguro constantemente. ¿Es eso lo que quieres? Pues adelante.
Yo soy socio de una Correduría, y por tanto puedo elegir a quien confiar los riesgos que depositan mis clientes en nuestra empresa. Hace tiempo que dejé de deslumbrarme ante el brillo de las marcas y me centré en la calidad y en el talante y talento que anida en cada aseguradora. Hace tiempo que sé que no por ser grande eres mejor ni que por ser pequeño eres menos solvente y creativo. Por tanto yo se que es lo que tengo que hacer cuando alguien se pasa tres pueblos con quien le da de comer y, además, restringe su I+D+i a canales en los que el asegurado estará indefenso. Eso no se hace.
Menos SRC de cara a la galería y Fundaciones instrumentales y más talento a la hora de comunicarse. Es un consejo que deberá seguir quien quiera mantenerse ahí arriba.
Vaya este artículo como homenaje a los sufridos agentes. A veces se cumple demasiado bien aquella máxima de "¡Dios, qué buen vasallo! Si tuviera un buen Señor…" que asoma incansable en este país desde el Mio Cid.