"-Art. 1.: Si en ocho días no llueve abundantemente, nadie irá a misa ni rezará.
-Art. 2.: Si la sequía dura ocho días más, será quemadas las iglesias, conventos, capillas...
-Art. 3.: Si tampoco llueve en otros ocho días, serán degollados los clérigos, frailes, monjas, beatas y santurrones.
Además añadía: -Y por el presente, se conceden facultades para cometer toda clase de pecados, para que el Supremo Hacedor entienda con quien tiene que vérselas"
Llovió.
Este curioso relato, que pasa por cierto, me sirve para apoyar la fuerza que podrían alcanzar miles de personas afectadas por cláusulas abusivas en sus contratos de seguro o al ser forzados a suscribir seguros no deseados en el momento de suscribir préstamos. Si se quejaran no en los corros y entre amigos, sino como establece la Ley, ante el Defensor del Cliente o el SAC de la entidad y, en caso necesario, ante la Dirección General de Seguros o el Banco de España.
Igual consiguen acabar con esta sequía de derechos. Igual llueve libertad.