Las Viviendas de Protección Oficial: Entre el chollo y el fraude
Ya me he manifestado anteriormente contra las mismas, entre otras cosas porque el factor suerte me parece sumamente injusto. Solo las admitiría en el caso de pisos de alquiler sin opción a compra.
Pero lo que ya raya la locura es que las administraciones todavía a estas alturas no hayan tomado las medidas para que los listillos de siempre no se puedan lucrar con un bien que les hemos pagado entre todos.
Existen tres posibles fraudes con las VPO:
1- La simple existencia de las VPO es, en sí, un inmenso fraude que consagra la injusticia de que a quien le toca la tómbola se hace con una casa a un precio ridículo. Es como si cada año se sortease la posibilidad de que cien mil personas se ahorrasen la Declaración de la Renta.
2- El conocido fraude de comprarlas sobre plano a 80.000 euros y luego venderlas a la entrega de llaves a 80.000 en A y 250.000 en B (hechos reales ocurridos en Sanchinarro de Madrid y en tantos y tantos sitios durante los años dorados del burbujón) y volverse a Bolivia o a Marrakech con ese pastón en el bolsillo y contando a la familia lo tontos que somos los españoles.
Últimamente estoy visitando muchos de estos edificios porque las Subastas de VPO se están multiplicando y los vecinos me cuentan esta situación, la de los muchos que venden en cuanto pueden y se vuelven a sus países con el inmenso beneficio o se quedan aquí montando un negociete.
En algunos casos ni siquiera ha sido necesario vender en negro, porque por ejemplo la Empresa Municipal de la Vivienda de Madrid ha vendido casas cuya protección oficial solo duraba 10 años, de manera que si la habían comprado en el 97, la han podido vender en el 2007 a precio libre.
3- Finalmente está el fraude de su venta en subasta quedándose el propietario-beneficiario con el sobrante. Me explico, el piso se adquiere por ejemplo en el 2005 por 60.000 euros y no se pueden hacer segundas ventas que superen esa cantidad hasta el año 2.025, sin embargo si el propietario deja de pagar la hipoteca, el piso sale a subasta y allí alcanza el precio de 150.000 euros (precio habitual de las últimas subastas de VPO en sanchinarro a las que he asistido), produciéndose un sobrante de 90.000 euros muy ricos que van a parar al bolsillo del ex-propietario, legalmente y sin que se pueda decir ni pio.
Las Administraciones tienen el derecho de tanteo y el de retracto sobre estas VPO, pero el de tanteo rara vez lo utilizan, a pesar de que sería lo más natural y lo más barato. Por ejemplo hace unas semanas el ayuntamiento de Alcobendas lo ejerció sobre uno de estos pisos que iba a salir a subasta. Ni siquiera tuvo que adelantar el dinero, simplemente ofreció la vivienda al siguiente de la lista y el mismo banco acreedor se encargó de hacer los cambios necesarios. El piso cambió de titularidad y santas pascuas. Se evitó la subasta y, por tanto, el fraude.
Una vez celebrada la subasta judicial, el derecho de retracto no lo están ejerciendo las Administraciones porque no tienen ni un duro, no tienen ni para pagar a sus proveedores, mucho menos para pagar 150.000 euros por una VPO cuyo precio oficial es de 60.000.
Como diría Sanchez Dragó: "Vivimos en Vandalia"
Aquí relato de una subasta de VPT en pamplona