Hace mucho que no me quejo en estas páginas del lamentable funcionamiento de la in-Justicia española ni el de sus terribles servidores, probablemente los peores jueces y funcionarios de Justicia de Occidente.
Que sí, que seguramente todos estudiaron mucho en su momento e hicieron grandes esfuerzos muy meritorios para estar donde están. Pero que también es cierto que en ese lance se desfondaron y que, desde que consiguieron su sillón, decidieron no volver a dar palo al agua.
Y menos mal que esto no es aplicable a todos, o de lo contrario habría que viajar a Nigeria para encontrar algo de Justicia.
En fin, que se me han ocurrido estas y otras lindezas porque estos días ha llegado a mis ojos un artículo del diario Expansión en el que un Letrado de la Administración de Justicia (entre nosotros, el secretario de un juzgado) se queja de que más de la mitad de las subastas que se celebran quedan desiertas.
Creo que acierta al señalar la necesidad de descongestionar los inmovilizados judiciales facilitando el retorno de los bienes subastados al mercado privado, con garantías y de la forma más rápida posible. También acierta al mencionar que el sistema español no está enfocado hacia la enajenación de los activos.
Pero yerra cuando busca las causas en la “excesiva” carga de trabajo de los juzgados. Cualquier empresa privada produce más y mejor que el más productivo de los juzgados españoles. Una empresa que tuviera la productividad del juzgado medio, hace muchos años que habría quebrado.
Hoy hay el 25% más de población que en los años 80 del siglo pasado, pero más del doble de juzgados y el triple o cuádruple de funcionarios. Además, ahora trabajan con ordenadores y telemáticamente, cuando hace 40 años se trabajaba con máquinas de escribir y plumilla. Y sin embargo, los procesos judiciales ahora se eternizan bastante más que los de entonces.
¿Y esto por qué? Porque ahora son una pandilla de vagos. Punto.
Y he decidido explicar con un vídeo los 13 motivos por los que las subastas en España son un fracaso económico y de público.
El objetivo de las subastas es forzar al deudor a vender su propiedad para recaudar lo suficiente para pagar a sus acreedores. Y que la venta sea al mejor precio posible para que su pérdida patrimonial sea la menor posible.
Parece obvio que esto en España no funciona.
¿Y tú ves alguna otra razón que se me haya escapado a mi?