Quieras o no, en la vida tendrás que convivir con el riesgo, o le podemos llamar incertidumbre, quizás suene un poco menos invasivo para tu cerebro. Mi nombre es Javier Flórez, soy un apasionado de la inversión, que ha trabajado en el sector financiero durante más de 8 años y he jugado al fútbol de manera profesional hasta que un factor de riesgo intrínseco al fútbol, como una lesión grave de rodilla, me aparto del sueño de un niño, que comienza a darle patadas a una pelota con la única pretensión de disfrutar de algo que simplemente me hacía perder la noción del tiempo, y en lo que ni siquiera sabía que era bueno. Mi padre tenía unos amigos propietarios de un club de fútbol base en León, le comentaron porque no llevaba al niño a jugar. Fui un día a entrenar, le preguntaron a mi padre si quería hacerme una licencia federativa. Mi padre que nunca me obligo a nada, me consultó, obviamente dije que sí. En mi primer partido saliendo en el tiempo de descanso ganamos 4-0 y yo metí los 4 goles. Ahí empezó mi historia relación de amor – odio o ese binomio rentabilidad riesgo con el fútbol. Más adelante matizaré el significado de la frase anterior.
Del mismo modo que llegué al fútbol, un día me encontré con una de mis pasiones, la inversión. No me refiero al término “economía”, sino la inversión en su sentido amplio. Todo empieza con la asignatura de economía en 3º ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria). Eso de poder hacer crecer el dinero dándole una utilidad me parecía fascinante. Tratar de generar valor por cada euro que tenía, me parecía el camino correcto. Tocaba averiguar cómo se hacía eso realmente. Así como en el fútbol siempre intentaba mejorar en todo lo que consideraba que podía añadir valor a mi juego, y por ende, a mi equipo. Como buen jugador de ataque, mi obsesión por ser totalmente ambidiestro rozaba lo paranoico. De forma natural era diestro, pero poder manejar la pelota con ambas piernas, me daba una gran ventaja sobre los demás. Recuerdo de pasar horas y horas en un frontón contiguo a mi casa lanzando el balón contra la pared con la pierna izquierda y controlando de forma orientada a la máxima velocidad. Se me pasaban las horas volando, llegué hasta sacar las faltas y los córneres con mi pierna mala, todo un logro para mí. En la inversión, el proceso era similar, todavía recuerdo los viajes en autobús donde mis compañeros de equipo estaban jugando al póker y yo me compraba el Expansión o alguna revista de inversión interesante. Al principio solo me fijaba en la macro, eso de reducir la incertidumbre pasaba por entender que sucedía a nivel general. Me comía los manuales de macroeconomía como el de Blanchard pero el mundo no es tan sencillo como se muestra en este tipo de manuales. Del mismo modo que todos los entrenadores ganan el partido en la pizarra antes de jugarlo. La curva IS-LM, oferta y demanda agregada, curva de Phillips, inflación, políticas monetarias y fiscales, etc… Ya me creía en posesión de la verdad. Si entendía lo que pasaba a mí alrededor podía reducir la incertidumbre, al igual que sucedía con mi control de ambas piernas a la hora de manejar la pelota. De algún modo tenía parte de razón, pero solamente era una pequeña parte más del riesgo intrínseco que sufrimos a la hora de realizar una inversión o de ejecutar cualquier acción en un partido de fútbol.
La incertidumbre o riesgo asociado se ve de forma diferente en función de tu estilo de inversión, y el riesgo en un aliado más para sacar buenas rentabilidades a mi modo de ver. Permítanme poner un ejemplo futbolístico sencillo que hace referencia en estos términos. Imagínate que en cualquiera de las miles de casas de apuestas que han surgido como las setas en los últimos tiempos, te ofrecen apostar 3000 € a que el Real Madrid va a quedar entre los 3 primeros. Si ganas doblas y si no pierdes todo. Pongamos una situación real que precisamente sucedía la pasada temporada. Allá por finales de Octubre de 2018, el equipo blanco estaba en el puesto 9, a 7 puntos del líder. Estaba haciendo una temporada desastrosa, nada salía bien y sus jugadores estaban dando un rendimiento muy por debajo de su potencial. ¿Apostarías en este momento que el Real Madrid quedaría al final de año entre los 3 primeros? Está claro que sí, pero en ese momento de máxima negatividad es cuando debemos tomar la decisión. En este deporte como en el mercado, todo se magnifica, sobretodo en el corto plazo. Todo partido de fútbol es analizado hasta la saciedad, incluso en un equipo de capital de provincia, puedes tener 2 o 3 periódicos y varias emisoras de radio hablando sobre el partido toda la semana, imaginen clubes de primer orden mundial. Tomar decisiones con un elevado nivel de ruido, es a mi juicio lo más complicado de la inversión. Los grandes inversores abogan que para obtener buenos números en esto de la inversión simplemente hay que pensar. En el fútbol aunque no lo crean tienes que estar en todo momento pensando, es como un juego de ajedrez en movimiento, busco un espacio entre dos rivales, tengo que controlar orientado para tener ventaja en la jugada, busco la espalda del defensa, ¿se la doy al pie o al espacio? Tomas decisiones muy rápidas en cualquier fase del partido y créanme que condiciona si el marcador va a favor o en contra, si tu posición en la clasificación es la que se esperas o no y otros factores extrínsecos a tu propia acción. Lo mismo sucede en la inversión, muchos factores que nos impactan a la hora de tomar decisiones. En el ejemplo anterior, si te sales del contexto y de todo lo que sale en los medios, muy condicionado por el momento, tú decisión sería apostar en firme que el Madrid quedaría entre los tres primeros. De las últimas 20 temporadas, el conjunto blanco solo ha quedado por debajo del tercer puesto en dos ocasiones (temporada 99/00 y 03/04), si le sumamos que es el club junto con el Barcelona con el mayor presupuesto de la liga, más si cabe, en el que los dos primeros en presupuesto doblan al tercero, esta variable toma mayor relevancia.
Ese binomio rentabilidad – Riesgo
Normalmente la teoría financiera nos dice que a mayor riesgo la rentabilidad debería ser más elevada. Del mismo modo, jugar con tres delanteros o tres defensas no te hacen jugar de un modo más ofensivo y por tanto te da más posibilidades de ganar. Es muy típico que ante rivales teóricamente inferiores en calidad de futbolistas, recursos económicos o clasificación coyuntural demos por hecha la victoria.
Tanto el fútbol como los mercados me parecen fascinantes porque el mayor Gurú de la historia puede perderlo todo, véase el fondo de inversión creado por premios nobeles LTCM (Long Term Capital Management) y el equipo que parecía invencible puede perder con un equipo muy inferior teóricamente. Cada partido es muy diferente al otro, debes de ser cuidadoso en tu forma de plantearlo y afrontarlo. Lo mismo sucede con las inversiones, puedes venir de hacer unas rentabilidades extraordinarias pero si tu ego empieza a crecer de manera exponencial y comienzas a bajar los estándares de rigurosidad en el análisis, tarde o temprano el mercado te pondrá en tu sitio. O puede que mantengas un proceso impecable y el mercado vaya en otra dirección. Si haces las cosas bien en un horizonte temporal más largo, la recompensa llegará. Tanto en el fútbol como la inversión tenemos que tratar el error desde un punto de vista neutro. El fútbol y la inversión tienen grandes similitudes. Uno de los personajes más influyentes en el mundo del fútbol primero como jugador y después como entrenador, el gran Johan Cruyff, decía que el fútbol era un juego de errores, el equipo que menos cometiera ganaría el partido.
La pasada temporada, los dos mejores equipos europeos en cuanto a porcentaje de pases acertados son el Manchester City (89%) y el Paris Saint Germain (88,9%), seguido muy de cerca por el Barcelona con un 88,3%. Los mejores equipos del mundo del mundo se equivocan más de un 10% de las veces y por ejemplo los equipos ganadores de la Champions y la Europa League, Liverpool y Chelsea aciertan un 84,4 % y 87,6% respectivamente (datos whoscored.com). Lo citado anteriormente respecto a la inversión lo podemos relacionar con la asignación de activos, ¿qué peso le doy a una inversión? De la misma manera que en el fútbol, no tiene sentido arriesgar un pase interior desde el defensa central al media-punta en campo propio, ya que una perdida puede suponer una oportunidad clarísima de gol para el equipo rival. En términos financieros el equivalente sería invertir 1 millón de euros para ganar 10 €. El mensaje aquí es muy claro, el error es intrínseco al ejercicio de la actividad, pero como nos equivocamos es lo que marca la diferencia. El ejemplo anterior es esclarecedor, si perdemos el balón en campo propio tenemos más opciones de sufrir un gol en contra, por el contrario una pérdida de pelota por un pase interior en el área rival nos da la posibilidad de estar mejor preparados para no recibir gol. Un claro ejemplos en mi portfolio de inversión. ¿Quién hoy día invierte en Bitcoin? No conozco demasiada gente, porque no muchos están dispuestos a hacer un análisis exhaustivo de lo que supone este nuevo medio de pago. A mí me parece una reserva de valor a futuro interesante, pero no soy capaz de entender los detalles técnicos asociados a esta inversión. Del mismo modo, no acabo de entender las oscilaciones de valor tan grandes que se producen en este tipo de activo. Por ello, el porcentaje de mi cartera es del entorno del 1% y a medida que pueda tener un mayor conocimiento del mercado y este se consolide, podría aumentar la exposición, no olvidemos que la rentabilidad del Bitcoin los últimos 5 años asciende a un nada desdeñable 2700%, un nada desdeñable 94% anualizado con datos de buybitcoinworldwide.com. Desde mediados de 2017 a final de ese mismo año tuvo un incremento de precio exponencial, desde algo más de 2.200 $ en Julio, hasta superar los 17.500 $ a mitad de Diciembre. En estos momentos todo el mundo se quiere subir a la ola. Por eso, otro de lo que he podido experimentar en el mundo de la inversión es que al final el riesgo lo mide el precio que pagas por un activo.
Pagar mucho por algo te hace incurrir en mayor riesgo. Aquí entramos en la segunda derivada del riesgo. En muchos casos puedes comprar barato, y probablemente en ese precio ya te vaya descontado la peor situación de la compañía. A la mínima que vuelva a caer, la psicología te va a poner a prueba y quizás no estés preparado para aguantar más caídas, es ahí donde estará en juego tu convicción. En el fútbol sucede lo mismo, los directores deportivos escanean el mercado para poder obtener jugadores buenos, bonitos y baratos. Con la ingente cantidad de datos existentes hoy en el fútbol podemos hacer screeners para hacer listas de jugadores que queremos fichar para después llevar a cabo la operación. Pero ¿Qué es comprar barato o caro en fútbol? En su día Cristiano Ronaldo fue el fichaje más caro de la historia de fútbol pero la rentabilidad obtenida, tanto a nivel de marca como de rendimiento deportivo, ha sido más que sobresaliente. No pude mostrar más que mi admiración de que Ronaldo es una máquina de hacer dinero, cuando hablando con analistas de marketing deportivo me contaron que el portugués vendía 7 de cada 10 camisetas del Real Madrid en su última temporada.
Por otro lado, el que para mí ha sido el mejor lateral derecho que he visto, Dani Alves, fue adquirido por el Sevilla al Esporte Club Bahía por 800 mil Euros y vendido al Barcelona por 35 millones más Fernando Navarro, este último, un lateral que ganó la Eurocopa con España en 2008. Con estos datos, la rentabilidad anualizada para el Sevilla en las seis temporadas de Alves con elástica de Nervión sería de un 87,7%, sin tener en cuenta el rendimiento del propio Fernando Navarro en el Sevilla que fue realmente notable. En ese momento comprar una promesa del fútbol brasileño a un precio moderado nos hacía minimizar el riesgo de una pérdida permanente sobre el valor de ese futbolista. A poco que se desarrollara en el fútbol europeo, su valor de mercado como mínimo se podría doblar aunque nadie esperábamos que el rendimiento de Alves fuera tan espectacular. ¿Pagar mucho o pagar poco? Ahí está el quid de toda inversión. En el fútbol profesional sucede lo mismo y máxime ahora que los clubes de fútbol tienen más de empresas que de verdaderas organizaciones deportivas.
Otro de los puntos interesantes que está muy relacionado con la rentabilidad – riesgo sería lo que llamamos en el argot financiero, “ventas forzadas”. Gestionar el patrimonio personal tiene ciertas ventajas sobre los gestores de fondos y es que estos últimos por propio folleto del fondo tiene limitadas las pérdidas por año natural y están obligados a vender activos de una manera forzosa para respetar el acuerdo contractual que les impone el regulador. Otra de las manos fuertes del mercado, como pueden ser los fondos soberanos, se pueden ver obligados a vender debido a una caída en el valor de sus activos y deben reequilibrar las cuentas públicas. No olvidemos que estos vehículos se crean para canalizar la riqueza de un país en cuestión, y a partir de los mismos se toman decisiones de asignación de recursos para la economía del país. En algunos de los propios fondos de inversión al uso, algunos gestores se pueden ver obligados a la venta de ciertos activos debido a una masiva orden de reembolsos por sus partícipes. En muchos casos en contra de su propia voluntad. Un mantra repetido por el director de inversiones de una de las gestoras independientes más reputadas de nuestro país hace referencia a que la mitad del rendimiento de las inversiones depende de los propios partícipes, en tanto en cuanto sean capaces de aguantar los vaivenes del mercado y confíen plenamente en las decisiones de sus gestores.
En el balompié sucede tres cuartos de lo mismo. Lo podemos ver desde el punto de vista de un proyecto deportivo o ir más a las cuestiones micro y hablar sobre ciertos jugadores en concreto. ¿Cuántas veces en los últimos tiempos habéis visto que se destituye a un entrenador a los dos meses de su contratación cuando tenía un contrato firmado por 3 o 4 temporadas? Para mí, es un sin sentido y no entender el fútbol, pero reitero que es mi humilde opinión. Tanto en el fútbol como en la inversión tenemos que mirar el proceso y no tanto el resultado a corto plazo porque hay demasiados factores que influyen en un partido. Una decisión arbitral, ocasiones clarísimas que se van a los postes, una lesión en un momento crítico del partido, etc….Ídem para la inversión, unos resultados trimestrales buenos pero no los esperados por el mercado, una noticia sobre su CEO, problemas coyunturales en un área de la compañía, no entender la estrategia por parte del mercado, etc…
Si nos vamos a ver las razones de porqué los clubes tienen ventas forzadas, como hablamos en el mundo inversor podemos concluir diversas razones. Un jugador puede llegar a un club con la vitola de ser un auténtico genio, el club paga una ingente cantidad de dinero por él, al parecer contratamos un valor seguro pero no acaba de dar el rendimiento esperado. Necesitaríamos un análisis más detallado y eso correspondería a los técnicos del club pero hay varias razones que tendríamos que poner sobre la mesa. ¿Cómo ve el entrenador ese jugador? A lo mejor, ese jugador no es del agrado del entrenador y ha sido impuesto por el club. ¿Juega en la misma posición donde consiguió su máximo rendimiento o le rodean las mismas circunstancias? El secretario técnico del club ha podido recoger feedback de sus antiguos entrenadores o ex compañeros para ver si realmente podría encajar. Hacer un perfil completo del futbolista minimizaría las opciones de que no salga bien el fichaje y máxime si vamos a pagar un precio elevado. Si no hacemos nuestro trabajo nos veremos obligados como gestores del club a tener que vender dicho futbolista con el objetivo de minimizar la pérdida de valor. Otra opción que nos da el mundo futbolístico es poder ceder el jugador a otro equipo, con el objetivo de que pueda recuperar su mejor nivel y de este modo recuperar la inversión o incluso en el mejor de los casos obtener alguna plusvalía.
Otro caso de la venta forzada sería la venta de jugadores por un descenso a segunda división. El club no puede mantener los salarios de primera división y máxime con el control financiero que tanto las ligas nacionales como la UEFA (máximo organismo del fútbol europeo) ha impuesto en los últimos años. Esto te penaliza doblemente ya que te tienes que desprender de jugadores con un valor potencial superior y además no podrás contar con ellos para proyectos futuros.
Otra casuística ligada a lo que mencionábamos en el párrafo anterior, el control de la liga de fútbol profesional en España o el fair play financiero en clubes que juegan competiciones europeas ponen el foco en un mayor rigor financiero. Sin este, nos podríamos ver obligados a desprendernos de algunos de nuestros futbolistas más preciados. Símil perfecto de una compañía excesivamente apalancada que tiene que vender activos para pagar o refinanciar deuda.
Estar a salvo de las ventas forzadas nos pondrá las probabilidades de obtener mejores rentabilidades a nuestro favor tanto en el fútbol como en la inversión.
Para terminar el post de hoy me gustaría incidir que el binomio rentabilidad – riesgo como una relación amor – odio. En mi carrera futbolista, la mayor parte del tiempo experimentas muchas más situaciones difíciles que momentos positivos, lesiones, derrotas, decepciones con compañeros y entrenadores, críticas de la prensa y los aficionados, etc… Debes estar preparado para poder rendir al máximo nivel, ya que hay demasiados factores que pueden desestabilizarte haciéndote tomar decisiones equivocadas. El mundo de la inversión es semejante, doblas la rentabilidad de una empresa y te sientes Dios, un par de malas inversiones y los miedos te acorralan, parece que no sabes invertir a pesar de que los hechos demuestren lo contrario. Hay que ser muy equilibrado para mantener esa rentabilidad – riesgo en la mayor parte del tiempo de nuestro lado.
Muchas gracias a todos!
@FlorezJav