El hólding familiar logra extender hasta 2027 su deuda de 272 millones con la entidad que preside Ana Botín, pero pone como colateral más de un 10% del capital de la farmacéutica y otras inversiones.
Scranton Enterprises, sociedad neerlandesa a través de la que la familia Grifols controla parte de sus inversiones, logró ejecutar en 2024 una serie de refinanciaciones para alargar los plazos de vencimiento de un total de 723 millones de su deuda, mediante tres transacciones distintas con Santander, Oaktree (fondo de deuda de Brookfield) y BBVA.
Los nuevos términos fueron negociados en medio de una fuerte tensión e incertidumbre, después de que el inversor bajista Gotham City Research publicara el pasado mes de enero un duro informe contra Grifols y sus relaciones económicas y accionariales con Scranton. Además, la farmacéutica negoció sin éxito, entre julio y noviembre, una posible oferta pública de adquisición (opa) por parte de Brookfield.
Según el último informe anual de Scranton, esta firma logró un acuerdo en septiembre de 2024 para ampliar y renovar un préstamo de 250 millones de euros de Santander, concedido a la filial inmobiliaria Quadriga Real Estate.
Según los nuevos términos, el importe de la deuda se amplía a 272 millones y se fija un vencimiento a tres años, en septiembre de 2027. Además de Santander como banco principal, la entidad noruega DNB Bank entra como agente del préstamo. La otra novedad es un reforzamiento de las garantías de esa deuda.
Scranton otorga como garantía todas sus acciones de clase A de Grifols (7,4% del capital). Deria (otra patrimonial de la familia) también pignora parte de sus títulos, alrededor del 5% de la empresa. En total, por tanto, más de un 10% de la firma del Ibex quedaría atado al crédito. Parte de esas acciones ya habían sido utilizadas como colateral en el crédito anterior.
Santander también logra como garantía las acciones de Scranton en varias sociedades inmobiliarias y en su filial de recolección de plasma, que controla las sociedades BPC y Haema. Por último, el banco restringe a la familia la posibilidad de utilizar las acciones de la bodega Juvé & Camps como colateral en otros potenciales créditos.
Además, Scranton acordó en julio un crédito de 392 millones con Oaktree, que sustituyó otro préstamo de Bank of America. Esta deuda tiene como garantía la liquidez de Scranton Plasma, BPC y Haema, y su vencimiento es también a tres años.
Por último, BBVA acordó ampliar de 75 a 90 millones sus préstamos inmobiliarios a varias filiales de Scranton, alargando su vencimiento hasta diciembre de 2028.
Inmobiliario y papelería
Scranton perdió 47 millones de euros en 2023 y facturó 658 millones. Más allá del plasma y el cava, ha invertido en el club de baloncesto Juventud de Badalona, en el que acaba de inyectar 613.000 euros, y en la papelera Iberboard Mill, así como en varias empresas biotecnológicas. Iberboard presentó concurso de acreedores el verano pasado, tras acumular una excesiva deuda. Por otro lado, la firma ha reorganizado su cartera inmobiliaria con la compra de suelo en Barcelona y en Menorca para construir viviendas.