no parecen ser buenas noticias:
La banca acreedora urge a Eroski a vender activos y reducir su deuda.
Apenas diez meses después de que Eroski lograra refinanciar sus 2.500 millones de deuda con las entidades financieras, la banca ha exigido a la compañía acelerar el plan de desinversiones puesto en marcha para evitar que pueda encontrarse en una situación parecida a la de Fagor.
Según las fuentes consultadas por este periódico, entre los activos que se podrían vender figura la red de establecimientos de Caprabo y las gasolineras, que la empresa seguiría explotando luego en régimen de alquiler, aunque sin descartar tampoco otros establecimientos comerciales o negocios.
Los principales acreedores de Eroski -Santander, BBVA y La Caixa suman créditos por casi 1.500 millones de euros- quieren garantizarse así que la firma de distribución de la Corporación Mondragón cumple con todos los compromisos de rentabilidad pactados en el contrato de refinanciación el pasado mes de enero (los denominados covenants). En el convenio firmado, la banca aceptó, a cambio precisamente de estos compromisos, alargar el pago de la deuda que arrastra la empresa por la compra en 2006 de Caprabo hasta el año 2017, aunque hay plazos que vencen ya y que deben ser atendidos.
Aunque distintas fuentes financieras han confirmado a este periódico su preocupación por la situación de la empresa, Eroski niega, sin embargo, que la banca le esté instando a realizar desinversiones aceleradas, ya que según aseguran están "cumpliendo con el calendario de amortizaciones".
El plan de saneamiento se ha saldado ya en los últimos años con decenas de cierres y desinversiones y la empresa insiste en que "el proceso de reestructuración de red está prácticamente concluido" y que no "contemplamos vender ninguna actividad más". En 2011 Eroski vendió siete hipermercados en Madrid al grupo Leclerc y el año pasado, y ante la imposibilidad de encontrar comprador, cerró sus hipermercados de Zaragoza, Nueva Condomina (Murcia), Coruña, Benicarló (Castellón), Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y L'Alqueria (Valencia). Eso además de la venta, hace también dos años, de su filial francesa Altis en Francia -estaba compuesta por 6 híper y 14 supermercados- al grupo galo Los Mosqueteros.
Otra cosa son los inmuebles. Eroski se ha desprendido ya de los activos inmobiliarios de la mitad de su red de gasolineras, que sigue explotando en régimen de alquiler. De hecho, ya antes de la crisis, su estrategia pasaba por la promoción de centros, para después vender los inmuebles y permanecer en los mismos en de alquiler.
El parón del mercado inmobiliario provocó que durante los años 2011 y 2012 no se vendieran más inmuebles, lo que no significa, que Eroski, según explican fuentes oficiales de la compañía, renuncie a continuar con esa estrategia una vez que se recupere y dinamice el sector, porque aún tienen bastante patrimonio inmovilizado para reducir. Su plan estratégico contempla, de hecho, continuar con las desinversiones inmobiliarias, pero cuando las condiciones del mercado lo aconsejen. En este contexto, reconocen que hay ya cierta reactivación y que, por lo tanto, si se dan las condiciones, podrían continuar con las desinversiones.