Los inversores mantienen su escepticismo respecto al sector bancario mundial pese a que ha registrado una mejora de su rentabilidad y ha aumentado la inversión tecnológica, según señala el Informe Anual Global de Banca 2024 (GBAR) realizado por la consultora McKinsey & Company.El análisis revela que a pesar de haber invertido más de 567.000 millones de euros en tecnología a nivel global en la última década, la productividad laboral en el sector bancario "no ha experimentado mejoras significativas en varios mercados clave".Este estancamiento, asegura el informe, plantea "serios retos" para un sector que aunque logró beneficios históricos de aproximadamente 1,1 billones de euros en 2023, "lucha por convencer a los mercados de su capacidad para garantizar su crecimiento sostenido en un entorno competitivo y tecnológico en constante cambio".La rentabilidad del sector, medida en el retorno sobre el capital tangible (ROTE), alcanzó un 11,7% el año pasado, superando los promedios históricos. Sin embargo, la ratio precio-valor contable (P/BV) sigue en 0,9 veces, la más baja entre todos los sectores, lo que "refleja el escepticismo de los inversores sobre la capacidad de crear valor (retornos superiores al coste de capital)".Según el informe de la consultora, esta desconfianza está vinculada a la "falta de resultados visibles en términos de productividad, incluso tras enormes inversiones en digitalización, automatización e inteligencia artificial".Este mismo efecto aplica a España, donde "a pesar de la buena evolución bursátil en general de la banca española durante los últimos dos años, sigue habiendo entidades cotizando por debajo de valor contable".SACAR VENTAJA DE LA INVERSIÓN TECNOLÓGICAEl socio sénior de McKinsey & Company Lino Abram ha señalado que "la banca enfrenta un dilema estratégico", que es "cómo transformar sus inversiones en tecnología en una ventaja competitiva real que incremente su eficiencia y valor para los clientes". Además, ha indicado que "la implementación de inteligencia artificial generativa y otras tecnologías avanzadas está en fases iniciales y, aunque promete, exige más pruebas, regulación y claridad operativa".El informe detalla que, aunque las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial están permitiendo eficiencias materiales en bancos líderes, "estas ganancias aún no se han generalizado". En mercados clave como Estados Unidos la productividad laboral incluso ha disminuido sugiriendo que los modelos operativos tradicionales necesitan una reconfiguración completa.PRODUCTIVIDAD ESTANCADA EN ESPAÑAEn España, señala el análisis, "la productividad media tanto del tejido productivo total como del sector financiero, a pesar de la recuperación en los últimos años, sigue en niveles similares a los del año 2010".En 2023, alrededor del 66% del crecimiento en el valor de los activos financieros provino de activos fuera de balance, como fondos de inversión, emisiones de deuda, financiación proveniente del sector capital riesgo un espacio dominado por competidores no tradicionales.Esto, sumado a la presión por márgenes más estrechos y la creciente competencia por depósitos, "ha complicado el panorama operativo de los bancos tradicionales"?, asegura la consultora.En España, a pesar de que los márgenes han mejorado considerablemente desde que se experimentó una subida de tipos repercutiendo favorablemente en la rentabilidad del sector bancario, el mismo efecto a nivel mundial del incremento de la financiación fuera del circuito bancario se ha dado con mayor intensidad si cabe.Eso supone que el total de activos ha crecido fuera de balance en un 31% desde 2010, mientras que la financiación bancaria se ha reducido un 37% en este mismo periodo, lo que supone que alrededor del 40% de la financiación proviene de entidades no bancarias (suponía un 26% en 2010)."La banca debe ser más ágil en cómo aplica la tecnología. Generar valor sostenible no depende solo de gastar más, sino de gastar mejor integrando nuevas herramientas en procesos clave como la gestión de riesgos, la experiencia del cliente y la captación de depósitos", ha sostenido Abram.ACTORES NO TRADICIONALES Y VISIÓN A LARGO PLAZOEl análisis de McKinsey también destaca que los bancos tradicionales enfrentan un reto creciente por parte de actores no tradicionales. Las 'fintechs' y los bancos digitales bien financiados han ganado terreno en áreas clave del sector financiero, especialmente en pagos, crédito privado y gestión patrimonial.Estos actores tienen una "ventaja significativa sobre los bancos tradicionales", ya que operan sin las cargas de una infraestructura costosa y son capaces de ofrecer servicios ágiles y personalizados, revela el informe.Asimismo, el informe anual de banca de la consultora subraya que los márgenes de interés neto a nivel global alcanzaron un 3,1% en 2023 y podrían caer al 2,7% en 2030 si se mantienen las proyecciones de reducción de tasas de interés. Además, la demanda de préstamos tanto en el sector corporativo como en el consumo a nivel mundial ha disminuido y la competencia por la cuota de mercado se ha intensificado afectando los volúmenes de depósitos y aumentando los costes de captación.En este contexto, solo un 14% de los bancos globales han logrado superar los estándares de mercado y podrán crear valor a largo plazo alcanzando múltiplos de precio-valor contable superiores a x1x. Estos bancos representan el 80% de los beneficios económicos del sector, gracias a estrategias que combinan una ejecución excepcional y estructuras operativas innovadoras."Las entidades más exitosas están replanteando sus estrategias desde la base, adoptando modelos operativos más dinámicos y diversificados, mientras gestionan con prudencia los riesgos inherentes a su transformación", ha señalado el socio senior de McKinsey & Company, quien ha considerado que "el sector debe aspirar no solo a mantenerse relevante, sino a liderar la evolución de los servicios financieros".EL CAMINO HACIA LA "VELOCIDAD DE ESCAPE"La consultora también expone que la rentabilidad reciente se debe más a factores coyunturales, como el aumento de las tasas de interés post-pandemia, que a transformaciones estructurales sostenibles.Para alcanzar la llamada 'velocidad de escape', la capacidad de destacarse en el sector y sostener el crecimiento de forma sostenible, aboga por que los bancos desarrollen "una capacidad de gestión sólida que impulse su competitividad".El análisis identifica tres pilares fundamentales para lograr este objetivo. En primer lugar, los bancos deben seleccionar cuidadosamente los segmentos de mercado en los que desean competir enfocándose en áreas donde puedan ser competitivos.En segundo lugar, deben buscar escala donde sea relevante para lograr eficiencia y ventajas de costes, y finalmente, deben posicionarse estratégicamente dentro de la cadena de valor o en contextos geográficos específicos que les otorguen ventajas adicionales."Alcanzar la velocidad de escape no es solo una cuestión de maximizar beneficios, es redefinir el modelo de negocio bancario para adaptarse a un mercado en constante cambio. Los líderes deben preguntarse si están aprovechando plenamente las herramientas tecnológicas y estructurales disponibles", ha concluido Abram