Si uno cuando se pone a invertir o asesorar lo primero que siente es el miedo a perder, enhorabuena, está siguiendo las dos primeras reglas básicas de la inversión según todos los grandes inversores, no perder dinero, pero además, según la economía conductual, es humano.
Hasta finales del Siglo XX no se le dio mucha importancia a la inversión conductual a pesar de que en otros sectores de la economía como en ventas o marketing ya se venía utilizando desde hace tiempo.
En 2002 Daniel Kahneman ganaba el premio Nobel (conjuntamente con Vernon Smith) por sus aportaciones sobre el estudio del comportamiento aplicado a las decisiones económicas. Ya en 1979 Kahneman, junto a Amos Tvesky, mostraron en su teoría prospectiva que una persona normal, a diferencia de un econ que sería totalmente racional en sus decisiones económicas, tenía aversión a las primeras pérdidas, es decir, el malestar generado por una unidad de pérdida le suponía un grado mayor que la insatisfacción que la alegría por esa misma unidad de ganancia. Cuantificaron esa diferencia entre 1,5 y 2,5 veces, por lo que lo normal es que una persona le duela el doble las primeras pérdidas que la satisfacción de ganar la misma cantidad.
Otra de las novedades respecto a la teoría clásica de las aversión al riesgo es que según se va incrementan las pérdidas el mismo individuo es más propenso al riesgo.
En este sentido Manuel Conthe, ex presidente de la CNMV, explica en varios artículos esa tendencia tan habitual de mantener las acciones con grandes pérdidas (en el IBEX tenemos muchos ejemplos) dando por pérdida ya la inversión esperando que recupere al contrario de la recomendación del gran Peter Lynch, no cortes las flores para quedarte con las malas hierbas.
Richard Thaler, otro premio Nobel por sus aportaciones en el ámbito de la economía conductual, nos habla de otros sesgos en su libros "La psicología económica" y "un pequeño empujón" (también hay un documental interesante sobre este tema en youtube de documentos TV https://www.youtube.com/watch?v=mjL1c4FnEzw ).
El sesgo al presente, el efecto rebaño, el dinero de la casa, el anclaje son algunos de los sesgos a los que nos enfrentamos en menor o mayor medida a la hora de invertir y también a la hora de tomar decisiones.
Preferimos la inmediatez y la recompensa rápida pero es que incluso pensamos con mayor claridad si la decisión la tomamos sobre un hecho posterior (si nos dan a escoger entre chocolate o una manzana, cogeremos el chocolate, pero si nos dicen que nos lo darán dentro de una semana elegimos que sería más sana una manzana)
Nos dejamos llevar por lo que vemos que hace el resto, este sesgo explica muy bien las burbujas financieras que incluso hicieron arruinarse a Newton por seguir la euforia de la multitud en la Compañía de los Mares del Sur, pero sin llegar a esos extremos todos miramos lo que hace el índice de referencia y nos comparamos con él (como dice Gordon Gekko, los borregos van al matadero)
No es lo mismo perder, que dejar de ganar (sin tener en cuenta los impuestos por plusvalías no realizadas) para un econ 11.000 euros son los mismos 11.000 euros independientemente de que hubiéramos empezado con 10.000 y ya ganemos un 10% o que empecemos con 11, pero para un ser humano no econ, tendrá más propensión a asumir un mayor riesgo con esos 1.000 de ganancia, es lo que llaman "el dinero de la casa" cuando un jugador en el casino se guarda el dinero que trajo y sigue apostando con las ganancias
Y por último el efecto anclaje, al mercado le da igual a que precio hemos comprado nosotros, por lo que nuestra decisión de vender o mantener debería ser independiente (de nuevo sin tener en cuenta las implicaciones fiscales) al precio que hayamos comprado, pero normalmente no es así, incluso aunque cobremos dividendos tendremos en mente cual es el precio que pagamos en su momento.
Hay otros sesgos que Kahneman, Thaler o incluso otro premio Nobel como Robert Shiller nos explican en sus libros pero he querido resumir los que más veo que nos afectan en nuestro día a día, tanto si invertimos a nivel personal como su gestionamos dinero otras personas. Es importante tener en cuenta estos aspectos a la hora de tomar decisiones o prestar asesoramiento ya que no somos econs.
Si lo paramos a pensar me resulta muy curioso que hasta el siglo XXI no se hubiera concedido ningún premio importante en este ámbito ya que el mercado venía asumiendo desde hace tiempo estos conceptos; que haya aversión a las pérdidas es bueno ya que exigiremos a las inversiones una prima de riesgo de mayor y jugaremos con una red más amplia, que prefiramos la recompensa en el presente hace que los tipos de interés a largo plazo deban ser superiores a corto plazo, poder asumir más riesgo con las ganancias hace que podamos disfrutar de la magia del interés compuesto y el anclaje....bueno el efecto anclaje para quien tenga unas Telefónicas no ha ayudado mucho.