En algún país, 1977.
Borjamari (en adelante BJ) se encontraba incómodo. Mientras caminaba por el centro financiero de la capital sus pensamientos le devoraban. Repasaba una y otra vez los motivos por los que se dirigía a aquella cita. Motivos de peso, muy serios y que conducían a un encuentro que, para nada, estaba dentro de lo habitual. Ni por causas, ni por interlocutores, ni por las posibles implicaciones que pudiera tener.
BJ contaba con 26 años. Pertenecía a una de las familias(en adelante los F) del establishment. Los suyos contaban con participaciones en numerosas empresas del país(el trabajaba como abogado en el Bufete que habían fundado),con puestos destacados en la Administración y en las escasas instituciones representativas que convivían con la moribunda dictadura. Incluso en la Iglesia Católica tenían colocados sus peones. Durante años habían sido, como otros muchos, beneficiarios directos del Régimen, al que en su momento habían prestado todo su apoyo. Y se lo habían cobrado pero bien. El proteccionismo económico instaurado por el Dictador había impedido la competencia exterior, gozaban de fuertes contratos públicos, y las autoridades eran permisivos y tolerantes en materia de obligaciones fiscales y de seguridad social. Un edén.
Pero tocaba a su fin. El Dictador había fallecido dos años antes, creyendo que su obra le sobreviviría. Se equivoco. Como un azucarillo, el nuevo Gobierno se estaba disolviendo, arrastrando, desde dentro, la arquitectura política conocida. La familia de BJ era consciente de que los tiempos estaban cambiando. El país se encaminaba hacia la democracia. Hacia la democracia parlamentaria, por ponerle apellidos. Era una tendencia imparable el que se homologáse a este nivel con sus vecinos, si queria integrarse en la Unión Aduanera que habían formado. Unión que, seguramente, acabaría en un Estado Confederal. Y esta integración era la garantía para un nuevo impulso económico y social que sacase al país de la cola del pelotón regional. Los de BJ lo sabían, y sabían que para la nación era lo mejor. Pero a ellos les suponía perder importantes privilegios: poder político, mayor competencia exterior, contratos públicos en el aire, mayor rigor administrativo en el cumplimiento de sus obligaciones, etc. Y eso en el caso de que todo fuese bien. Si la transición política derivaba en un caos revolucionario tenían mucho que perder. Incluso temían por su vida y su patrimonio (en aquellos días estaban arreciando los casos de terrorismo).
Los patriarcas habían decidido gestionar activamente el cambio. Habían encomendado a sus jóvenes cachorros, menos identificados con el régimen, comenzar a posicionarse con la oposición política. Otros se encargaban de los nuevos medios de comunicación que iban naciendo al calor de la incipiente libertad de prensa. Los financiaban e incluso participaban en los mismos, destacando el caso de "La Nación, Diario Libre de la Mañana". Y así los F se preparaban para un escenario desconocido en otros muchos ámbitos. Y a BJ le tocó uno de los más peligrosos y desagradables. Aún recordaba la conversación con su abuelo:
BJ, tenemos un plan A, un plan B, etc...Pero a ti te toca
el plan Z. Debemos sacar importantes sumas de dinero del país.
Si el asunto se complica dispondremos de fondos en el exterior para sobrevivir y
volver a empezar. Si la situación se reconduce por las vías de la normalidad,
dispondremos de esas sumas para pagos no justificables que se deriven de
nuestros negocios(ya sabes, la mordida al político sobre-cogedor de turno).
Podremos abonárselo directamente en sus cuentas en el extranjero. Y seguro que
le encontramos más utilidades. Además se trata de dinero no declarado, y tal
como se pondrá el Fisco, es mejor tener una parte fuera.Como sabes por tu trabajo en el Despacho hemos creado una serie de sociedades en el extranjero. Algunas son operativas, corresponden a negocios reales. Otras son meras instrumentales, para una actuación concreta. Y luego están las patrimoniales. La mayoría de ellas domiciliadas en paraísos fiscales.
Hemos ido llevando el dinero hasta ellas de diversos modos: Físicamente para el dinero b, a través de operaciones de exportación en las que declarábamos un valor superior al real para el dinero declarado, o también en este ultimo caso adquiriendo obras de arte en subastas en el extranjero por encima de su valor real y desviando el exceso el vendedor a nuestras cuentas, previa comisión, etc...
Todo ello con mucho cuidado. No esta solo el tema fiscal. Ya sabes que incurrimos también en un delito de evasión de capitales. Y nuestra familia no se puede permitir que esto nos estalle. Por eso estamos constante diversificando las salidas. Fraccionándolas y aparentando que son pequeñas iniciativas personales. Si te cogen, no nos implicaras. ¿Queda claro?.¿Si? Bien. No esperábamos menos de ti. Ahora al grano. Te vas a encargar de una partida de 50 millones. Lo iras sacando por tramos. Será la primera vez que utilicemos ese contacto y ese formato. Si todo sale bien, no será la última. Aquí tienes la dirección de la abogada. Ella te lo explicara todo. El contacto de la entidad financiera que nos ha puesto en común dice que es de confianza. El método a mi me parece correcto, pero mejor que te lo explique ella. Se llama Hildegart(en adelante H)
Ya había llegado. El despacho de H estaba en un edificio funcional. Había decenas de despachos más que, aparentemente, no se distinguían de éste. El típico despacho colectivo y genera lista. Uno más entre tantos. Eso parecía.
H le esperaba en su despacho. Todo en el respondía, al igual que en el bufete, en el edificio, en su forma de ser y comportarse a un estudiado afán de discreción. De no llamar la atención. Así habia sido desde que a los 16 años(hacía ya 9 largos años) había empezado a colaborar para la Organización. Habían detectado su ideal comunista, su vocación antisistema. Su compromiso. Y sus 3 primeras instrucciones fueron:Discreción, discreción y discreción.Nada de pertenecer a partidos o movimientos políticos afines. Nada de participar en manifestaciones ni huelgas. Nada de manifestar opiniones contrarias al Régimen. Nada de frecuentar personas que hiciesen tales cosas. A cambio colaboraría con ellos en la caída del Regímen y en la instauración de una verdadera democracia popular. Sus mentores eran tan discretos como se lo exijían ser a ella.Sospechaba que pertenecían a algún servicio secreto del Bloque comunista pero no lo podía asegurar y era mejor así. No saber les protegía a todos. Así habían pasado 9 largos años, donde se habían encargado de formarla en todas las vertientes. Ellos habían decidido que estudiase Derecho, le habían concedido una beca a través de una organización afín, y le habían incorporado a un Bufete que no era más que un Departamento Jurídico de la Organización.
En esas estaba cuando llego BJ. Él no la reconoció. Pero ella si.. Habían estudiado juntos aunque él nunca había reparado en ella, dado su aspecto vulgar y su buscada invisibilidad social. El destino les había vuelto a unir, pero ahora estaban frente a frente, y vaya si se iban a conocer. Una vez roto el hielo, H fue concreta en su exposición.
Queremos billetes pequeños y usados. Para que todos estemos tranquilos dividiremos la transacción en 5 partes. Cada semana me traerás al despacho 10 millones. A los 2 días te lo ingresaremos en la cuenta suiza que nos indiques, descontando 500.000 en concepto de comisión. No hay papeles ni recibos. Limpio y rápido. Por nuestra parte eso es todo.
Y por la de BJ también. Tenía clara su labor a realizar las próximas semanas, y prefería no hacer preguntas, no saber quien estaba detrás. Se despidió de aquella mujer que le inspiraba un cierto aire familiar, conocido, y que debería volver con frecuencia indeseada.
Al quedarse sola H no pudo menos que sonreír. El vástago de la familia F. colaborando con ellos. El dinero hace extraños compañeros de cama. Lo cierto es que sus intereses confluían. La Organización contaba con cuantiosos fondos en Suiza, pero tenía problemas para hacerlos llegar a España. Ella, como miembro del bufete, trabajaba en ese difícil campo. Y habían recurrido. entre otros, al viejo método de la hawala. Se encargaban de buscar, a través de entidades financieras y despachos de abogados, gente que quisiese colocar su dinero en Suiza. Gente que contaba con los medios para aperturar una cuenta cifrada en el país helvético pero que tenía el problema de transportar los fondos. El dinero que le entregaban nunca salia del país. EL despacho se quedaba con la comisión, y el resto era canalizado, a través de múltiples transacciones hacia los fines de la Organización: financiación de partidos políticos, cajas de resistencia parea huelgas, fianzas, sobornos, e incluso, aunque no podía asegurar, actividades terroristas. El dinero que se ingresaba en Suiza a sus "clientes" era dinero rojo, procedente de los fondos allí depositados. Tenía algo de empresa de tinte su bufete. Cambiaban dinero azul por rojo. Incluso creía que eso les protegía. Si eran investigados, sus clientes moverían sus influencias para enterrar el asunto.
Había sido un gran día. Para celebrarlo puso el tocadiscos. Sonaba la música. El único vestigio, la única flaqueza, que se había permitido conservar en su tarea por no significarse Era "Grandola Vila Morena".
Continuara...