Aunque no totalmente satisfecho del anterior post dedicado a
El Aprendiz, me atrevo con comentar el segundo programa. Creo que el nivel de aquel post anda lejos de los dedicados a Ajuste de Cuentas, pero eso era inevitable. Tal y como le comentaba a
Minerva, ni el totum revolutum que es el programa lo permite, ni yo me siento tan fuerte competencialmente hablando para opinar sobre el tema. Pero casi que lo hago más como una ventana para que seáis vosotros los que opináis.
Se que muchos pensáis que el programa no vale nada, ergo que para que me dedico a comentarlo. Cierto,
creo que el programa es bastante peor aún que Ajuste de Cuentas si nos lo tomamos en serio Pero creo que, como ocurría en el, esta es
una excusa para conocernos a nosotros mismos y a los demás que pululan por este blog. Una ocasión tan buena como cualquier otra para hablar de mil temas. Y aunque a mi también me pueda pedir el cuerpo un post de
despedida y
cierre respecto al divertimento de laSexta, no lo voy a hacer, al menos por ahora. Y eso que el final del programa que vamos a comentar se las trae.
En él, el reto consiste en
transformar dos cutrebares de barrio en restaurantes temáticos (sin risas), que sean explotados por su ellos durante una noche, y a ver quien obtiene un mayor beneficio. ¿Qué destacaría del presente programa?
1. Los cambios de líder. No tengo muy claro el motivo que lleva a las chicas a cambiar. Tengo la sensación de que son un grupo un tanto ácrata en el peor sentido de la palabra. No hay liderazgos fuertes, ni siquiera veo un autentico combate de egos tal y como bulle en el grupo Testosterona, perdón, Stamina (vaya lapsus), aunque me temo que algo se va fraguando entorno a Noelia.
Es curioso lo de los tíos, desde un primer momento se ve claramente que Juancho huye con el rabo entre las piernas, tras la experiencia del primer programa, asi como que Rubén tiene ganas de serlo. El inicia el debate al respecto, el se postula, etc...cuando obviamnete, y el tiempo se encarga de demostrarlo, no vale como tal.
Pero si esto está claro, también lo está la postura de Benjamín. Ya volveremos sobre ello, pero siendo según el el mejor, siendo los demás junior, siendo el ganador in pectore, etc...no da un paso al frente, no asume el riesgo, nada de nada. Se esconde, fijaos bien en el momento de elección de líder. Es el único en el que esta callado y no se dedica a emponzoñar el grupo.
2. Rubén, como líder es un desastre. Lo confunde, como veo que les pasa a todos, con autoritarismo, con aquí mando yo. Creo haber oído la expresión amo, dueño, de su boca. Está absolutamente desbordado por los acontecimientos, y piensa que reforzando su carácter autócrata por un lado, y extremando el celo y control para que no ocurra lo que sucedió en el primer programa, desempeña eficientemente su papel. Para nada.
De todos modos no se hasta que punto es sólo culpa suya. No he visto que estos tíos (ni ellas) se hayan sentado por un momento para darse unas reglas de funcionamiento como grupo, dejando bien claro, y con independencia de la prueba, que decisiones se adoptan unilateralmente por el líder, cuales podrían votarse, quienes se encargan de algo por sistema, como se debate...claro, es mucho más relajante estar de catering en el jardín o empapados en el SPA. Lo dicho, sigo sin ver, y es el segundo programa, que se hayan dotado de unas reglas de funcionamiento, de unos procesos. Lo cierto es que los equipos formados por gente que no son estrellas (y estos no lo son, obviamente) necesitan estas reglas, creer en ellas y desarrollarlas, para jugar como equipo y ganar. Os apuesto a que en el tercer programa siguen igual.
3. Lo de Benjamín es insufrible. No voy a entrar si tiene o no razón en el local. Para mi las formas son fundamentales y este señor no las guarda. Es incompatible su presencia con la de un equipo. Ni aunque fuese tan bueno como cree que es ganaría el sólo el programa, y es incapaz de verlo, lo que evidencia que, o no es tan bueno, o es un topo del programa. Según algunos de vosotros que lo conocéis el es así. Lo siento por los que tengan que trabajar con él.
Creo que la expresión Junior, o negociación de junior, o...se acabará convirtiendo en un politono, como creo haber leído en Twitter. A mi, sinceramente, me recuerda a aquel personaje de Asterix, Detritus. Si o si, debiera a haber sido eliminado en este programa por las innumerables faltas de respeto, por su nula contribución a la dinámica del equipo, por ir de gallo y esconderse en los momentos clave (la elección de líder), etc...
Si no lo ha sido, y no es un topo, es evidente que Bassat y laSexta son conscientes del tipo de programa que están haciendo, y lo que están vendiendo. Y eso no es gestión empresarial, es espectáculo, Telebasura. Supongo que tarde o temprano llegara el edredoning.
4. La elección de local es un despropósito. No se el tiempo que les lleva salir desde la entrevista y llegar a los locales, pero creo que el líder bien podría haber organizado claramente un matriz de puntos a valorar, para ayudar a la hora de tomar la decisión.
De todos modos, y como consejo para toma de decisiones rápidas, hay tres factores fundamentales a la hora de elegir un local comercial: localización, localización y localización. Y máxime en este ejercicio donde si no estoy equivocado el coste era el mismo, es decir 0. En ese sentido, es evidente que este principio básico de la distribución comercial, de la venta detallista, y en el fondo un restaurante lo es, ha sido olvidado por estos masters del universo, o al menos por buena parte de ellos (venga Benjamín, no se diga que no te reconozco nada).
5. Respecto a la negociación heterodoxa de Benjamín me parece correcta e inteligente. Mucho a cambio de nada (de publicidad, vaya). Me sorprende, y me parece jugar con ventaja el planteamiento de Bassat, haciendo referencia a la interpretación de unas normas que la Audiencia no conoce. Y llegado este punto me doy cuenta de que desconocemos absolutamente las normas del programa, y a las que aluden, sobre usar personas ajenas al programa, creo que son básicas. Eso, desde mi punto de vista, me ratifica en que esto es espectáculo y no un concurso, al menos de cara al público.
He participado en varios juegos empresariales, de todo tipo. Y lo que siempre he tenido claro es que todo aquello que no esta expresamente prohibido está permitido. No me cabe otra cosa en un entorno empresarial (y de hecho, el observador que les acompaña en ningún momento les marca la linea roja) Me parece que es jugar con los espectadores este tipo de reinterpretaciones y de ocultamientos.
6. Me parto con el amigo Juanchu cuando da su visión del liderazgo. Llega a cuestionarse el retomarlo, después de su pobre demostración en la primera emisión, y de que se le subiese a las barbas todo chichirimundi. Desde el primer momento, y no hay más que verle la cara, esta a la defensiva. Eso no quita para que, como haya señalado, este en lo cierto en cuanto al proceso de toma de decisiones, pero sorprendentemente, tras cuestionarlo, no plantea que sea asuma por el grupo algún tipo de mecánica al respecto. ¿Líder?
Eso si, he de reconocer que al menos se preocupaba del tema de los procesos de facturación, de la necesidad de tener duplicadas las comandas (¿tan difícil es lo del calco). De todos modos, me sorprende que, siendo un factor básico el criterio de caja, nadie se plantease, para evitar quedarse fuera de hora con los cobros, el hecho de que estos fuesen abonados una vez tomada la comanda, estilo burguer....
7. Es cierto, como dice Benjamín que el concepto es secundario, que la temática es, inicialmente, lo de menos. Pero me sorprende que no se haya marcado como prioridad saber quien va a cocinar, en que especialidad se encuentra más cómodo. Creo que ese sería el único puesto de trabajo a decidir a priori, ya que marcaría el producto a servir, y en buena medida la calidad del mismo. Y así se intentaría evitar momentos tan bochornosos como el del cliente cabreado con el menú de las chicas.
8. Una vez más, no hay un control de los costes, que se infiera de diseño del menú y de un precio de venta al público. Una vez más se prima la acción sobre la reflexión. Que razón tiene Juanchu, qué es eso de ir a comprar sin saber para que y para cuántos. Ello, entre otros factores, nos llevará a unos resultados tan desastrosos como los obtenidos. No acabo de entender que dificultad tienen con los números, con los presupuestos, con la fijación de precios, de ser ciertas las formaciones y experiencias que dicen tener. No lo entiendo, sinceramente. Evidentemente, eso conduce a tener que acabar comprando en una tienda de conveniencia, un puro harakiri...(y dada la diferencia final , creo que habrá influido mucho....
Comenta Minerva que es una pena que no se vean los debates, las reflexiones, con más detalles. Hace referencia a esos papeles que agitan entre las manos. Copiando a un malvado amigo mío, puedo sospechar que en esos papeles apenas hay nada, pero que viste que no veas el llevar documentación para que nadie te pregunte que es lo que haces exactamente y para que parezca que estás haciendo algo interesante.
8. La gama de colores Hawaiana atrae más, dice la voz en off. Ya, ya tengo claro lo que tiran más en la sociedad española. Y frente a ello, el recurso al chupito gratis, a la promoción de regalar algo es básica. El pequeño regalo, sin condicionamiento, suele funcionar a la hora de generar tráfico, lo que es fundamental en un local tan triste como el de ellos. Luego, y ahí esta lo difícil, es necesario transformar dichas visitas en cenas, y las cenas en facturación.
9. El precio del menú me resulta alto en el caso de las chicas, pero claro, es que ni siquiera tienen claros sus costes, ni la demanda, ni nada. En mi opinión hubiese funcionado bastante mejor un precio más ajustado, y engrosar la cuenta vía extras. Creo que en hostelería suele funcionar bastante bien este tipo de estrategias.
10. El desenlace final es triste. Ya digo que Benjamín debería haber sido expulsado, y eso que Rubén ha demostrado su nula capacidad para gerenciar, y no meramente librarse con unos azotes en el culo. La disciplina es fundamental, y Benjamín se ha dedicado a sabotear la gestión del equipo, aprovechándose, y en eso si tiene razón, en que los demás son unos pardillos. Pero eso no le exime de su responsabilidad, y si eso no es intencionado, es que es torpe, torpe, torpe. Y por parte de las ganadoras, es triste que se vean recompensadas aquellas que han perdido una cuantía considerable de la inversión.