Cuando marzo se despide de nosotros es hora ya de conocer a los nominados y al ganador de los Hearst febrero 2010. Como son bastantes, sin más preámbulos, vamos al lío. Y que conste que esta vez procuraré enrollarme algo menos en la descripción de los motivos que me llevan a nominarles. Los que me conocéis seguro los intuís de sobra.
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1. El primer nominado es Cataluña aún paga a sus señores feudales, de Ivanna Vallespin, publicado en El País. Pues eso, brevedad. Cataluña, como Comunidad, no paga nada. Algunos catalanes pagan un censo enfiteútico tal y como otros pagan hipotecas, o los de más allá arrendamientos urbanos. No se que sorpresa tienen los compradores si dicha figura ha de quedar recogida en el registro para ser oponible a terceros de buena fe. Para relaciones feudales, de vasallaje, las existentes entre los medios y los políticos.
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2. El segundo nominado es La avalancha liberal contra las pensiones, de V. Navarro, publicado en numerosas webs. Puedo estar de acuerdo en sus criticas metodológicas. Pero me parece tramposo el titular, ya que el mismo reconoce, en este y en otros artículos, que el modelo debe ser reformado (¡algo pasa verdad?), y apunta la vía fiscal como modelo de financiación. ¿Esta él también contra las pensiones? Me da la sensación que se pretende satanizar a todo aquel que se atreva a plantear modelos de capitalización, públicos o privados. Y para ello nada mejor que decir que viene el coco y envolverse en la bandera, mejor dicho, en las pensiones. Pues tranquilo, el coco ya está aquí, por mucho que alguna correligionaria de planteamientos se niegue a verlo (viva el déficit y la garantía estatal de la nada).
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3. A continuación tenemos a En España hay naranjas sin vitamina C, de Lucía Montojo, para La razón. Todo una muestra de entrevista-publirreportaje, vendiendo la moto más vieja del mundo y sin ningún espíritu crítico. Lucía, rasca un poco más en la empresa y en el entrevistado, que Internet pone las cosas fáciles.
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4. V. Navarro, en Público, repite nominación con Los errores de las políticas liberales. ¿Por donde empezar? Dice que la crisis no la causa el déficit, que es al revés. Ya. Se le olvida decir que el superávit, sobre el que se cimentaba esa maquinaria publica que le parece pequeña (¿cuenta todas las sociedades parapúblicas y empresas privadas subcontratadas?) se lograba a base de un expolio fiscal, fundamentalmente en el sector inmobiliario y de automoción. Y no es la primera vez que le oigo insinuar, o me lo parece a mi, que un mayor numero de funcionarios, implica una mayor prosperidad (casi que nos pone el sempiterno ejemplo nórdico). Más bien diría que es al revés. Y la prueba palpable es cuando uno va de listo y pretende hacerlo justo al revés, tal y como propone. No se como Andalucía la escandinava no lo rompe.
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5. ¿No hay quinto malo? Vaya que si lo hay, tenemos Responder a la extorsión, de J. Torres, donde se nos presenta a un pobre Gobierno chantajeado por la conspiración judeomasónica, perdón, que eso era antes. A un gobierno chantajeado por la conspiración financiera mundial. Y una m. Todavía resuenan en mi cabeza las palabras de Corbacho, que venían a ser más o menos estas: aquí hay un problema creado por el mercado privado y el sector público interviene, dando confianza y aquí paz y después gloria. Muchos dijimos que era un craso error, que había que dejar caer a los responsables, que esto solo alargaba y empeoraban el problema. Pero la soberbia de quien sabe poco, la ambición de meter mano en los mercados, la avaricia electoral, y las lineas rojas ideológicas llevaron a este gobierno a enfangarse hasta las cejas. Vae victis.
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6. Como sexto nominado Andalucía aprueba la ley que garantiza el derecho a la vivienda. ¿Los motivos?, en Malaprensa.
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7. Para cerrar, otro publirreportaje más, y mal titulado Los inquilinos que no paguen el alquiler entrarán en una lista de morosos, de El Economista. Eso será si lo han firmado. Ya dije que esto no es solución de nada.
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Y el ganador es..... Responder a la extorsión, de Juan Torres López, todo un ejercicio de echar la culpa a terceros por incapacidad para prever las erróneas decisiones propias. En fin. A pasar buen finde.