Magia, misterios y enigmas del Pirineo en la Edad Media – VI: La leyenda del gigante del Sobrarbe
La imaginación y la fabulación en la Edad Media, a veces con ciertas bases y elementos reales, se dispara hasta cotas notables partiendo en muchas ocasiones de la mitología griega y romana, con una serie de seres fantásticos y leyendas en las que los gigantes ocupan un lugar preeminente, en general vinculados a las montañas de una u otra manera. Pueden ser seres bondadosos y benefactores o ciertamente malignos y violentos como el referido a Silván, el gigante del Sobrarbe, que moraba en la cueva denominada Espluca de lo Silván en Tella.
En mi novela histórica Misterios y Magia de Aruej en ocasiones realizo ciertas readaptaciones y vinculaciones de la magia, misterios, enigmas y leyendas del Pirineo y concretamente en este caso Silván es uno de los hijos gigantes que tuvieron Gratal y Gabardiella (ver capítulo V de esta miniserie o más en extenso el capítulo IV de mi novela histórica sobre Aruej) . Silván se perdió de pequeño en el bosque y acabó en la Cueva de las Güixas donde seres malignos lo alinearon en el frente del mal, lo hechizaron volviéndolo feo y violento, siempre con mucha hambre y lleno de piojos, cubierto por todo el cuerpo de pelo muy largo y desaliñado confiriéndole aspecto monstruoso y aterrador.
Silván el gigante siguió errante por los bosques hasta llegar al Sobrabe, concretamente a Tella y allí era el terror de los moradores de la zona en sus incursiones robando ganado desde su asentamiento en la cueva Espluca de lo Silván. En una de sus correrías al ver a una hermosa joven llamada Marieta su hambre puede más que sus deseos amorosos y quiere comérsela, pero la joven es mucho más lista que el gigante y todo acaba bien para Marieta y los habitantes del Sobrarbe, concretamente de Tella, acabando muy mal para el gigante gracias a la astucia de Marieta y la colaboración de las brujas buenas.
La novela histórica Misterios y Magia de Aruej, geográficamente actual Valle del Aragón, históricamene situada en la segunda mitad del siglo XI, desde 1059 hasta 1065, incorpora con cierto detalle y readaptaciones en su capítulo IV, esta leyenda y otras muchas historias y fabulaciones articuladas en la novela en una serie de cuentos que el gran dueño y señor de Aruej, Herminio Rompares, cuenta a su hijo mayor Fernando en esos típicos muy duros inviernos del Pirineo y de las estribaciones pre pirenaicas, todo ello al calor del fuego de una chimenea que quema grandes troncos de roble y haya.
“-Te hablaba ayer pequeño Fernando de los hijos gigantes que tuvieron Gratal y Gabardiella …”
Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista /
