Hasta ahora el problema de los traficantes de drogas, cuando planeaban un intercambio estaban en tratar de poner a los tiradores en un lugar bueno, que no los pillase la policía, y encontrar naves abandonadas que estén limpias para no ensuciar los cochazos en los que llegaban. A partir de ahora, parece que van a tener que acordar si la droga la pagan con Visa o Mastercard. Por lo menos esto parece deducirse de la nueva táctica para evitar el dinero negro que no es otra que la de limitar los pagos en efectivo a 1.000 euros.
Tanto los narcotraficantes, como todo el que quiera cobrar una ñapa en casa debe saber que a partir de ahora ya no podrá operar porque hay una ley por ahí que les obligaría a cobrar mediante transferencia bancaria, y como todo el mundo sabe que Hacienda puede controlar estas actividades, pues ya no se podrá traficar con droga o contratar en negro. Según parece un abogado que te vaya a cobrar 3.000 euros por un servicio, no podrá no declararlo, porque tendrá que cobrar en efectivo y tan sólo parece que se salvan de tener que declarar negocios de hostelería, (siempre que no se dediquen a organizar fiestas como las que frecuentaba el de Gescartera), ya que como normalmente las copas o las cenas no suponen tal importe, pueden seguir no declarando, ya que la ley no les limita.
Claro que resulta que a quien se le haya ocurrido tal medida para luchar contra el fraude fiscal, quizás se le hubiese ocurrido alguna pega por la que difícilmente funcionará. Los narcotraficantes de antes si pretendían pagar en efectivo, lo seguirán haciendo, .Ya sé que ahora será ilegal, pero ¿les importará? Y digo si pretenden pagar en efectivo, porque la realidad es que ya hace tiempo que el blanqueo y las transacciones financieras a través de los bancos ya proporcionan a estos agentes la seguridad necesaria para que se pueda evitar el engorro de los maletines. Evidentemente no todos los empleados de banca se dedican al blanqueo, pero para esto se necesita tan sólo una minoría, y un narco tan solo necesita un bancario de confianza.
Lo mismo ocurre con todo el que cobra cualquier cantidad en negro. Lo ilegal es cobrar en negro y no declarar, y lo de cobrar en efectivo es tan solo para evadir el control de Hacienda que se usa para las transacciones de menudeo o de las personas con pocos recursos. Es decir, el abogado va a seguir cobrando en efectivo aquellos importes que NO HAGAN FACTURA, porque bien pensado, resulta que lo del límite de pagos en efectivo es para las FACTURAS. También soy consciente de que si un abogado quiere cobrar una factura (legal) de 1.200 euros, podrá hacerlo en efectivo, mediante la gran dificultad de emitir dos facturas. Hoy le pago 600 euros a esta persona por la factura 1/2012 y mañana le pago otros 600 euros por la factura 2/2012. ¿tan difícil es?.
Esta medida no va a servir absolutamente para nada a la hora de luchar contra el fraude fiscal, que por otra parte nadie parece tener especial interés en combatir. Si se quisiese combatir existen muchas ideas que se podrían lanzar con un mínimo sentido y desde luego no se tendrían a las personas encargadas de inspeccionar tan atadas.
Por tanto podemos entender que este nuevo gobierno continúa con la tontería del anterior, sacando medidas que no van a servir absolutamente para nada. Pero también podemos pensar que seguimos en la línea continuista de los anteriores y que en realidad están intentando sacar medidas para ayudar a la banca, ocultándolas bajo enfoques de marketing que no tienen absolutamente nada que ver para manipular a todo el mundo. En realidad ocurre algo parecido a la normativa anti blanqueo que se aprobó. Es completamente inútil para evitar el blanqueo de capitales, ya que se basa en que le demos todo el poder a los bancos, cuando en realidad cuando hablamos de blanqueo los bancos son los objetivos a vigilar. Tal normativa sólo tenía sentido si se buscase alguna forma de dar poder a los bancos, mientras se nos ofrecía el discurso fácil de “si te niegas es que estás a favor del blanqueo”.
Hoy estamos en la misma situación, ya que si estamos en contra de la medida de limitar los pagos en efectivo, automáticamente cualquiera con un poco de demagogia tendrá fácil la descalificación diciendo: “no puedes defender a los defraudadores”. Y luego ya da igual que se diga que esto no sirve para nada o que no defiendes a los defraudadores.
Por supuesto, la afirmación de que esta medida sirve para apoyar a la banca, necesita que explique las ventajas que proporciona a este sector; y ojo que estoy usando el plural porque en realidad son varias ventajas.
La primera es en general y apoya la bancarización de la sociedad. Es decir, a partir de ahora oficialmente existe la obligación legal de tener una cuenta corriente con medios de pago. Aún queda gente que no quiere tarjetas de crédito, pero ahora mismo no le quedaría otra opción si pretende pasarse por El Corte Inglés a comprarse un par de colchones, (y no pretende ir dos días seguidos). Ya no vale lo de ir a por el banco a sacar el dinero en efectivo y luego usarlo para pagar; (lo cual soluciona bastantes problemas de personal en la entidad financiera y costes de mantener efectivo). Cada compra de algo más de 1.000 euros que se realice ahora mediante tarjeta supone menos gastos para la entidad y el cobro de las comisiones al comercio.
La segunda ventaja es que soy consciente que el proceso de bancarización ya está muy avanzado y en consecuencia, la mayor parte de la sociedad ya usa las tarjetas. Sin embargo, también somos todos conscientes de que existen muchas personas que están retirando el dinero de las entidades financieras por precaución. Para evitar este proceso, en la gran depresión se propusieron los “días feriados de la banca” y más recientemente en Argentina se dictó el “Corralito”. Este corralito se trataba de que las personas no podían sacar más de 250 dólares a la semana. Si nos damos cuenta, el objetivo de estas medidas es que la sociedad no almacenase efectivo, lo cual es exactamente lo mismo que se busca ahora mismo. Si tenemos que hacer los pagos a través del banco, el dinero que tenemos en efectivo vuelve al sistema bancario, de tal forma que la persona que tuviese cierto dinero en casa por precaución lo tendrá que ingresar en su cuenta, para que además cuando el pago se emita, nos encontremos con que acaba en otro banco en lugar de en otro colchón.
La tercera ventaja es la referida al control de las cuentas de las empresas por las entidades. Al controlar los cobros de las empresas, controlan absolutamente a las empresas. En este punto pasa una cosa curiosa. Es posible y probable que determinadas empresas que antes declaraban ciertas actividades puedan tener a partir de ahora un incentivo más a no declarar determinadas facturas, para tratar de evitar el pago mediante banco, de tal forma que curiosamente nos encontraremos con una situación en la que tendremos un mayor fraude fiscal, ¿irónico, no?.
En conclusión es más que evidente que esta medida va a tener una utilidad muy limitada para evitar el fraude fiscal, (y mucho más claramente para el “gran fraude fiscal”), ya que aquellas operaciones fraudulentas en efectivo se seguirán haciendo en efectivo, pero para apoyar a las entidades financieras en su proceso de bancarización de la economía, incluso es de esperar que se incremente el fraude ya que si antes los pagos en efectivo eran para evitar el descubrimiento en el fraude, ahora sin solucionar esto, tendremos un nuevo motivo de fraude; el pagar en efectivo.