El mundo económico estaba muy convulso en mayo de 2010. Además del caso de Grecia, el 6 de mayo de 2010 se conocía que las hipotecarias de la subprime pedían 17.000 millones al contribuyente norteamericano.
Por otra parte, se conocía también que BBVA no podía refinanciar 1.000 millones de dólares a corto plazo en Estados Unidos, y se hablaba (sin apuntar demasiado) de que “España estaba quebrada”. La realidad es que los bancos estaban muy tocados y al final, el 6 de mayo de 2010, el BCE comunicaba que no iba a comprar deuda pública en los mercados secundarios (lo que ahora está haciendo). Unos días después, yo publicaba una serie de post en los que afirmaba que Europa entraba a saco a rescatar a “los de siempre” (léanse bancos), donde anticipaba las medidas que tomaría Zapatero (y otros países) sólo unos días después que nos llevarían al desastre.
En la primera semana de mayo de 2010 teníamos todos los catalizadores para un desastre financiero (la única diferencia con el momento actual es que ahora el BCE ya compra deuda pública y rescata a los bancos, y que hace tiempo que nadie los cuestiona, y esta diferencia es bastante menor de lo que parece).
Por otro lado, tenemos un sistema financiero en el que adquiere un peso creciente el denominado High Frecuency Trading y un perverso sistema de stop-loss. En definitiva, los ordenadores tomando decisiones de forma autónoma para conseguir pequeños márgenes y unos instrumentos que ejecutan automáticamente ventas, cuando se alcanza un determinado nivel en la bajada.
Con todo lo anterior, el crash estaba servido; las noticias del día eran terribles para un sistema financiero quebrado (desde entonces el sistema financiero “no está quebrado” y simplemente nos lo creemos todo mientras los bancos centrales ponen el dinero que haga falta) y desencadenaron un procedimiento en el que los ordenadores comienzan a lanzar órdenes de venta de forma masiva por los programas informáticos y los stop-loss. Más o menos es lo que explicaba en una recopilación de post (que hasta entonces eran algo polémicos).
El 6 de mayo de 2010 se vino abajo Wall Street en lo que se ha venido a llamar un flash crash. En un primer momento nos ofrecieron una versión de lo ocurrido totalmente absurda y por supuesto desconectada de todo lo anterior. Resultaba que un operador había confundido una "b" con una "m" y había enviado una orden de venta de 16 Billones de acciones en lugar de 16 Millones acciones. La explicación era completamente absurda ya que (se puede ampliar en el post en su día):
- Los programas informáticos trabajan con números, no con letras. Es decir, sería el primer programa de trading que le tienes que poner en el número de acciones “16M” en lugar de 16.000.000
- Es difícil que un programa pueda aceptar más acciones a la venta que los límites establecidos o que las acciones que se tengan.
- Es más complicado que el mercado pueda aceptar 16.000 millones de acciones (es decir 16 billones americanos) de una empresa que tenía en circulación 2.879 millones de acciones.
- Tampoco tenía demasiado sentido aquello de 16 millones de acciones previstas (sin tener en cuenta el error) en una orden que sería superior a todo el volumen de negociación de esta empresa a lo largo de todo el mes y que se considerase esta orden normal.
- Por no hablar del detalle de que alguien se equivoque convirtiendo una orden de 1.000 millones de dólares, (ahí es nada), sin ningún tipo de control y sin tener las acciones en una orden de 1 billón (europeo) de dólares.
En fin, la explicación era absurda y así quedó hasta que en 2014 se publica un estudio (inicialmente confeccionado en octubre de 2010) desde la U.S. CommodityFutures Trading Commission en el que se afirma que:
“We show that High Frequency Traders (HFTs) did not cause the Flash Crash, but contributed to it by demanding immediacy ahead of other market participants. Immediacy absorption activity of HFTs results in price adjustments that are costly to all slower traders, including the traditional market makers. Even a small cost of maintaining continuous market presence makes market makers adjust their inventory holdings to levels that can be too low to offset temporary liquidity imbalances. A large enough sell order can lead to a liquidity-based crash accompanied by high trading volume and large price volatility – which is what occurred in the E-mini S&P 500 stock index futures contract on May 6, 2010, and then quickly spread to other markets”
Es decir, que los sistemas automáticos de trading no causaron el Flash Crash, pero provocaron sus efectos. A partir de una orden de venta de 75.000 contratos del E-Mini S&P 500 futures, se activaron las respuestas de los programas automatizados.
Sin embargo, ahora resulta que en 2015 se detiene a una persona que supuestamente desencadeno dicho flash crash; introduciendo órdenes de venta falsas mediante un programa informático. Surgen varias preguntas: ¿Se han tardado cinco años en determinar quién efectuaba las órdenes del mercado? Si esto fuese así, resulta que podríamos suponer que el mejor paraíso fiscal para no tener problemas con ningún tipo de hacienda sería Wall Street.
Pero lo más curioso es que en el propio artículo de El País consta que el acusado escribió a su bróker para insultar a la CME ("acabo de llamar al CME”, le aseguró, “y les he dicho que me besen el culo”).
Para que entendamos bien lo que nos están contando; un bróker es la entidad que introduce las órdenes en los mercados financieros, a cambio de una pequeña comisión. ¿Cómo va a inundar de órdenes falsas el mercado mediante un programa informático una persona que tiene SU bróker?
Es más, ¿para qué demonios necesitas un programa informático para introducir órdenes falsas de venta de acciones?
Es posible que una persona confeccione un sistema automatizado de trading que envíe órdenes de venta cuando los precios bajen; para esto se necesita un programa informático que detecte las variaciones de precio y actúe en consecuencia. ¿Para cargarse el mercado iniciando el proceso es necesario el programa informático? Pues la realidad es que si el plan es iniciar el proceso, no se necesita un programa cuya función es detectar el inicio del movimiento.
Por lo tanto, atribuir el flash crash a esta persona y detenerla por este motivo es absurdo. La pregunta es ¿Por qué?