Imaginemos que alguien nos dice:
“En la crisis se ha producido una devaluación salarial que ha permitido que las empresas mejoren sustancialmente su posición, mejorando la rentabilidad y acometiendo un proceso de desapalancamiento histórico”.
Esta afirmación, despojada de todo tipo de matiz, es hoy indiscutida. Supongo que alguien me dirá que escribo fatal; y que en realidad debería usar la palabra indiscutible. Pues no: es discutible pero no genera discusión porque desde que los análisis son para demostrar premisas tratamos de eliminar aquellas opciones y escenarios que no les interesan a nadie.
El hecho de que las empresas hayan reducido su endeudamiento y mejorado su rentabilidad ha de ser defendido por todos los actores del sector financiero y del sector político. Se trata de defender que nos hemos recuperado, que las medidas eran necesarias y que han sido un éxito. Además, es importante transmitir el mensaje de que los fundamentos de la economía y de las empresas son fuertes; sobre todo cuando hay dudas sobre la rentabilidad y el endeudamiento (¿cómo explicamos que coexista la indiscutibilidad de la frase con dichas dudas?).
Los detractores de las medidas han caído desde siempre en dos trampas. La primera trampa es el “TINA” (There is no alternative”). Por lo general, con dicho slogan se justifican toda una serie de atropellos; pero un efecto más perverso aún es que traslada el eje de la discusión a la construcción de la “TIA” (There is alternative). Ya no es tan importante entender si las medidas tomadas han sido buenas o malas. Se trata de intentar defender que “hay alternativa”. La segunda trampa es la maldad: es decir, sí se ha hecho esto es por un plan diabólico (teorías del shock o similares); por la maldad intrínseca del capitalismo, porque los empresarios son unos explotadores o argumentos similares.
Es sencillo entender que todo el mundo anticipaba que la devaluación salarial, las privatizaciones y demás supondrían una transferencia de renta de los ciudadanos a las empresas y/o sistema financiero. Unos porque lo veían positivo para todos (discursos basados en: los pobres mejorarán); otros porque lo veían positivo para el conjunto (discursos basados en el TINA o en que es la única forma de mejorar…) y luego están los que afirman que de alguna forma esto es un robo a los ciudadanos.
Estas son las razones por las que ideas como que las administraciones públicas hayan servido para desapalancar el sector privado y ofrecer mayor rentabilidad no pueden ser discutidas ni por los que afirman que el sector privado está en una mejor situación, ni por los que defienden la perversidad de una situación en la que unos mejoran a costa de otros.
Ahora veamos un ejemplo práctico de esto. En 2013 encontramos una publicación de María Jesús Fernández, de Funcas, en el número 234 de “Cuadernos de Información Económica” (publicación también de Funcas). En dicho artículo afirma:
las empresas exportadoras españolas no han necesitado reducir precios para seguir siendo competitivas en los mercados internacionales, de manera que la rebaja de los costes laborales ha permitido aumentar sus márgenes de beneficios y proseguir el saneamiento financiero.
Sin embargo, esta frase no aparece respaldada por ningún dato. Es decir, en el artículo (que se puede descargar en este post del blog de funcas) no se da ni un solo dato de beneficios, ni de endeudamiento, por lo que este párrafo queda completamente huérfano.
Aquí entra en juego el absurdo informe de Vicente Salas Fumás que mencionaba en el post el otro día. Este trabajo se publicaba en una red que no está sujeta a un proceso de verificación o similar. Algo parecido a lo que hago yo en Rankia: redacto algo y pretendo compartirlo; a tal efecto, lo meto en el sistema y le doy al botón de publicar. En los ámbitos académicos tal publicación no tiene demasiado valor (por no decir ninguno), pero resulta que de alguna forma consta una publicación de una persona con cierto peso en algún sitio. Una vez publicado aquel absurdo artículo en mayo de 2014, de inmediato comienzan a surgir referencias a estos datos (lo cual es un poco extraño, ya que tan sólo había tenido 100 descargas).
En noviembre de 2014 aparece un nuevo número de “Cuadernos de Información Económica”, concretamente el 242 titulado: “Devaluación interna y recuperación de la economía española”. En dicha revista encontramos varios artículos y, en particular, me gustaría destacar el segundo y el tercero. El segundo artículo se titula: “Relación entre beneficios empresariales y la recuperación de la economía española”, redactado por Vicente Salas Fumás. Ahora ya estamos hablando de un artículo en una revista con consejos editoriales y revisiones internas en el que consta la siguiente premisa:
La devaluación interna será eficaz en reactivar el crecimiento económico si ayuda a que los beneficios empresariales suban y a que se inicie un nuevo círculo virtuoso de crecimiento del empleo y de inversión en capital.”
En base a tal premisa, comprueba la situación. Lo hace leyendo los datos del estudio que había publicado en su red social una nota de página que afirma:
Para una descripción más detallada y completa de la fuente de los datos, la metodología y los cálculos de las cifras utilizadas en este análisis, véase la publicación del autor http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2436481”
Y acaba concluyendo que las políticas de devaluación han sido un éxito porque
La información relativa a la cuenta de resultados y el balance de situación agregados para las SNF en España correspondiente al periodo 2006-2013 examinada en este trabajo sugiere que las políticas de devaluación interna han dado los resultados buscados y que la economía española se encamina hacia una senda de recuperación impulsada por las empresas”
El otro artículo de esta publicación (recordemos que en exclusiva diseñada para glorificar el proceso de devaluación interna) que quería destacar se titula: “Devaluación interna y crecimiento de las exportaciones” y vuelve a estar escrito por María Jesús Fernández. En el artículo nos vuelve a presentar el modelo econométrico que explica las exportaciones en función de las siguientes variables: tasa de crecimiento de las exportaciones, la demanda nacional, la evolución de los costes laborales unitarios de las manufacturas (del período anterior) y el modelo de corrección de errores. Olvidaremos el hecho de que el R2 sea 0,92 (y, por tanto, el modelo no sería aceptable) y leeremos como la experta afirma que todas las variables son significativas.
Con todo ello, esta experta acaba concluyendo que:
la reducción de costes laborales unitarios en el sector manufacturero tampoco se ha trasladado a los precios finales en el mercado nacional. La industria orientada al mercado interno no ha tratado de arrebatar cuota de mercado a los productos importados compitiendo en precios, prefiriendo, al igual que la industria exportadora, aumentar los márgenes1. No obstante, al igual que en esta última, el aumento de la rentabilidad de la actividad industrial puede estimular en el futuro el crecimiento de este sector, al favorecer una reasignación de recursos hacia el mismo, propiciando una sustitución paulatina de importaciones por producción interna, y, con ello, una reducción de la elevada elasticidad de nuestras importaciones con respecto a la demanda nacional. El efecto positivo de la devaluación interna sobre las exportaciones unido a este efecto negativo sobre las importaciones, contribuiría a transformar el modelo de crecimiento de la economía española hacia un modelo con mayor peso del sector industrial, y al mismo tiempo, menos generador de desequilibrios y más sostenible.
El pie de página se refiere a:
Salas (2014) ha encontrado evidencia de que la rentabilidad de las empresas españolas se ha recuperado durante la crisis a través del aumento de los márgenes por el menor peso de los gastos de personal.
Y si miramos la bibliografía encontraremos algo curioso. Resulta que las referencias en su artículo se limitan al artículo de Vicente Salas en el número 242 de “Cuadernos de Información Económica”, que curiosamente no estaba publicado en el momento en el que se realiza (entre otras cosas porque se publican juntos). Una cosa es hablar y pasarse trabajos para no repetir enfoque y otra muy distinta es basarse en un artículo no publicado.
También en noviembre de 2014 se publica en la revista de la fundación 1 de mayo, un artículo titulado: “Devaluación salarial, competitividad y recuperación económica: Un falso relato” escrito por Manuel Lago Peña (Economista del gabinete de CCOO.). Dicho estudio parte de la premisa expuesta por María Jesús Fernández (en 2013) para concluir que efectivamente la bajada de los sueldos se ha traducido en beneficios para las empresas y lo hace de la siguiente forma:
Es bueno insistir en esta idea porque es relevante para entender lo que está sucediendo en las empresas españolas, al menos en las exportadoras, desde 2009. Tomando las palabras de María Jesús Fernández en un informe publicado por FUNCAS1 , se puede expresar de la siguiente forma: «las empresas exportadoras españolas no han necesitado reducir precios para seguir siendo competitivas en los mercados internacionales, de manera que la rebaja de los costes laborales ha permitido aumentar sus márgenes de beneficio y proseguir el saneamiento financiero».
Sintetiza con precisión cómo evolucionan las cuentas de las empresas exportadoras españolas, sus cuentas de resultados y sus balances, desde el inicio de la recesión: han reducido sus costes laborales manteniendo los precios de venta y, por lo tanto, han aumentado sus márgenes y beneficios que destinan, en lo fundamental, a reducir su elevado endeudamiento.
La disminución de los CLU no se ha destinado, pues, a reducirlos precios de los productos, sino a incrementar los márgenes de las empresas que, a su vez, los han utilizado para sanearse y no para financiar nuevas inversiones, por dos razones fundamentales: su elevado apalancamiento y sus enormes dificultades para acceder al crédito. Una actitud no carente de lógica empresarial.
No comprendo de donde deduce Manuel Lago que María Jesús Fernández sintetiza (y con precisión) las cuentas de las empresas exportadoras, sus cuentas de resultados y sus balances: en dicho artículo no aparece ningún dato al respecto, pero parece claro que desde la fundación 1 de mayo se “compra” la descripción para construir el discurso alternativo.
Finalmente, en el número de diciembre de 2015 de la revista 1 de mayo, Manuel Lago vuelve a escribir un artículo titulado: “Análisis gráfico de la devaluación salarial y la gran recesión”. En dicho estudio encontramos un punto clave acompañado de una gráfica:
A continuación, contesta la pregunta:
Pues a engordar los beneficios empresariales, porque el aumento de márgenes no lo han utilizado las empresas para bajar los precios y ser más competitivas, sino para aumentar el excedente bruto de explotación, sus ganancias.
Lo que se ha producido estos años es una redistribución de la renta con la que perdieron los asalariados y ganaron los empresarios.
¿De dónde saca los datos tan clarificadores (según su definición)? Pues parece que del artículo de Vicente Salas Fumás antes mencionado. Si lo queremos ver mejor, podemos mirar también el artículo de Manuel Lago en Nueva Tribuna en base a los datos de Vicente Salas:
La conclusión se hace evidente: las empresas necesitan un incremento de su cifra de negocio —que solo puede venir de la demanda interna— y tienen un amplísimo margen para aumentar los salarios de sus empleados sin poner en riesgo la elevada rentabilidad que han alcanzado en los últimos años. Hay que recordar, otra vez, que estos son valores agregados y que hay empresas y sectores que lo están pasando mal, pero tomadas en conjunto, la estrategia salarial más adecuada para 2015 es el incremento generalizado de los salarios, que permitan mejorar la capacidad de compra de los hogares para impulsar la actividad económica, crear empleo y recuperar parte de lo que hemos perdido en esa insoportable larga crisis
Tras este repaso, tan sólo me queda proponer unas dudas. ¿Y si todas las premisas fuesen incorrectas? ¿Y si la devaluación salarial no produjo un incremento de beneficios ni un desapalancamiento? ¿Y si no estamos ante un éxito de las medidas de devaluación interna? ¿Y si no es un tema de buenos y malos? ¿Y si tenemos ahora una sociedad con trabajadores más pobres y empresas endeudadas y con graves problemas de rentabilidad?
O incluso: ¿En qué posición estamos si el planteamiento entre TINA y la existencia de alternativas era incorrecto y resulta que se han tomado una serie de decisiones perjudiciales
En todo caso podemos comprobar cómo se ha ido generando una idea, ya que se habla, se ofrecen conferencias y se va expandiendo una idea que tiene poca base.