Como ya había comentado pueden surgir desequilibrios en el momento en que la economía no genera la riqueza suficiente, de tal forma que llegado un momento, el sector financiero, lejos de financiar la actividad, detrae los recursos productivos. Desde luego, es normal que se haya llegado a calificar el sistema financiero mundial como un gigantesco sistema ponzi.
Por otra parte, también se ha hablado del sistema de la seguridad social en España como un esquema Ponzi, en el sentido de que la seguridad social depende de las contribuciones en cada momento para pagar las pensiones actuales.
El caso es que al final, resulta que si hacemos caso a todos los gurús, nos podemos encontrar esquemas Ponzi por todos lados, y a titulo de ejemplo, en mi comunidad de vecinos, tenemos otro montado; Resulta que como los vecinos no paguen las cuotas, la comunidad no puede sobrevivir.
Pero debemos ser un poco serios y entender exactamente lo que es un esquema Ponzi o Piramidal, y lo que no lo es. En este sentido un esquema Ponzi, es aquel en el que determinado agente, capta fondos de distintos inversores, con la promesa de invertirlos a cambio de un rendimiento, pero que en lugar de invertir esos fondos, lo destina para pagar los intereses prometidos a los inversores previos.
El caso es que o bien por perdidas, o bien porque directamente se usan los fondos supuestamente usados para inversiones a pagar intereses pasados, no existe inversión real, de tal forma que no existe la posibilidad de obtener rendimientos y en consecuencia, obtenemos un sistema fraudulento en el que la clave es la simulación de inversiones y de rendimientos de estas, que no son reales.
Y esta es la clave que distingue un sistema piramidal de uno que no lo es. El sistema de seguridad social pública no es un esquema Ponzi porque se basa en el sistema de solidaridad intergeneracional, de tal forma que dado que en ningún caso se prometa pagar las pensiones con los resultados de inversiones de ningún tipo, no podemos hablar de un sistema piramidal.
Realmente el diseño de la seguridad social es en definitiva, que las personas activas coticen para que el sistema reparta entre los pensionistas. En consecuencia es imposible definirlo como un sistema piramidal.
La confusión con el sistema piramidal viene de determinadas campañas, mediante una manipulación de la filosofía del sistema, comparándolo con el sistema de capitalización, que es el usado por los sistemas de pensiones privado. Cuando contratamos un sistema de pensiones privado, lo que hacemos es adquirir participaciones de un fondo que se invierte, y que servirá para cuando nos jubilemos obtener los rendimientos de dichas inversiones. El esquema Ponzi por tanto, si puede existir en el esquema de fondos de pensiones privados, y de hecho unos cuantos fondos de pensiones privados acabaron afectados por el esquema de Madof.
Por supuesto, no podemos valorar el sistema público mediante las reglas de un sistema privado que tiene un enfoque completamente distinto, so pena de llegar a conclusiones absurdas como definir el sistema de la seguridad social como un esquema piramidal.
Lo cierto, es que dicha idea se parece mucho a la expresada por la asociación brillig, en su famoso “reloj de la deuda”, como un contador de deuda USA, que difiere un poquito de las deudas oficiales de USA. En realidad se está cometiendo un error importante a la hora de definir deuda, (cada cual que decida si es interesado o no). Tenemos que entender que está asociación está en contra de la reforma de la sanidad y de las pensiones en Estados Unidos, de tal forma que se hace un calculo de los gastos sanitarios y pensiones que tendrá que soportar el estado con cada persona, de tal forma que al más puro estilo contable, contabiliza los gastos previstos de estas personas, a lo largo de toda su vida. En otras palabras, el estado asume los gastos sanitarios de los ciudadanos a lo largo de toda su vida, de tal forma que cada vez que la población se mueva, se genera una deuda latente. Por supuesto, no se consideran los ingresos futuros, (también al más puro criterio contable), de forma que la deuda se dispara.
Por poner un ejemplo que podamos entender, en mi comunidad de vecinos tenemos unos gastos en torno a 20.000 euros anuales, (edificio grande), de tal forma que asumiendo una vida útil de 50 años, realmente podemos suponer que debemos 1.000.000 de euros, porque los propietarios estamos comprometidos a pagar este importe.
Por supuesto, está claro que desde luego la situación así planteada puede ser dramática.
Siguiendo el ejemplo del piso, podemos diseñar dos formas de afrontar estos gastos. O bien usamos un sistema de cuotas repartido entre los vecinos en función de participaciones o bien ponemos una determinada cantidad entre todos para invertirla y que sean los beneficios de esa inversión los que cubran los gastos del edificio. Creo que con este ejemplo se puede comprobar la diferencia entre los dos sistemas. Desde luego si optamos por el sistema de cuotas y lo observamos desde la otra técnica, lo cierto es que puede parecer un sistema Ponzi.
Pues el sistema de pensiones basado en la capitalización, se basa en hacer aportaciones de tal forma que sea el rendimiento de estas inversiones el que nos genere la pensión, de tal forma que evidentemente cada persona recibe en función del rendimiento que haya obtenido el fondo de pensiones, lo cual en principio reduce el endeudamiento ya que supone que primero se ha puesto el dinero y luego se recibe.
El sistema público parte de la idea de un fondo público en el que se aporta en base a las cotizaciones (dependen del valor del sueldo y dependen del número de cotizantes), y se reparte en función de otras variables, (entre los que tienen derecho a las pensiones y en función de las bases cotizadas y años trabajados, aparte de otros casos específicos).
No tiene demasiado sentido comparar los dos sistemas ya que son diametralmente opuestos y en consecuencia las comparaciones no son desde luego posibles.
Por supuesto tenemos que entender que al ser modelos completamente distintos, los supuestos para que sean sostenibles son completamente diferentes en uno y otro, al igual que los importes, garantías y desde luego costes.
El sistema de seguridad social publica, depende para su viabilidad del número de trabajadores, y de los sueldos, así como del número de pensionistas y el importe de las pensiones. Es una sencilla cuenta realmente sencilla de hacer.
Por supuesto, si hacemos una proyección con los datos actuales nos encontraremos con problemas de sostenibilidad debido a que cada vez hay menos trabajadores, (elevado paro), los sueldos son cada vez menores, a la vez que las pensiones y pensionistas están subiendo. Por supuesto, siguiendo el camino que llevamos desde luego está claro que la seguridad social entre en quiebra. Claro que curiosamente estamos haciendo previsiones de la quiebra a unos cuantos años y resulta que si la situación sigue como hasta ahora, el estado acabará en quiebra en un par de años. No acabo de entender pues de esta forma la preocupación por la seguridad social que recordemos es lo que mejor está aguantando.
El caso es que si los sueldos se recuperan o el empleo se recupera, la seguridad social reduce muchos problemas; (fácil aritmética). Por supuesto, si eso no ocurre, ¿Qué pasará con los bancos?, ¿Con todos los inmuebles?, ¿con las cuentas públicas, asumiendo que cada persona paga impuestos en función de los ingresos?, ¿con las empresas?. ¿De verdad creemos que podemos aguantar esta situación tan siquiera un par de años?.
En el caso de los sistemas de pensiones de capitalización, lo cierto es que se necesita inicialmente dotar al sistema de un volumen mucho mayor de fondos, para que acompañado de la disponibilidad de inversiones, el rendimiento pueda llegar a generar el mismo importe. Desde luego, el importe o la sostenibilidad del sistema no dependen del número de cotizantes o de pensiones, sino que depende de la rentabilidad que se pueda obtener en los fondos de pensiones. Es así de sencillo.
Desde luego el sistema de pensiones privado exige una movilización de fondos mucho mayor que el sistema de pensiones por acumulación, por la necesidad de la obtención de beneficios. Volviendo al ejemplo de la comunidad de vecinos, para que se puedan obtener rendimientos suficientes para pagar los gastos de la comunidad, el capital que tendríamos que tener antes de pagar los gastos, (antes de lo que serían rescates), tiene que ser mucho más elevado.
Si nos damos cuenta, en este punto encontramos otra discrepancia, a la hora de considerar el fondo de reserva de la seguridad social bajo las reglas de los fondos de pensiones. El importe del fondo de reservas español es menor que la inmensa mayoría de fondos de pensiones de empresas. Evidentemente la diferencia está en que mientras en el sistema público, ese fondo se usa para cubrir desfases en determinados períodos que los ingresos sean menores que los gastos, el volumen de un fondo de pensiones, supone el punto sobre el que calcular el rendimiento, y que desde luego, incluye en la práctica el recurso al apalancamiento.
Ya he comentado en los riesgos de sistemas de pensiones privados que esta es una de las razones por las que se defienden de esta forma desde el sector financiero los planes de pensiones privados, o se atacan los planes de pensiones públicos.
Y por cierto, ya que he hablado del reloj de la deuda de USA me gustaría hacer una pequeña precisión al respecto de la necesidad que tenemos de reformar la seguridad social, debido al déficit público que estamos soportando. De hecho son varias precisiones, ya que por un lado nos encontramos con un pequeño matiz. El primero, es que desde luego, la reforma de la seguridad social no tendría en ningún caso efectos sobre los ingresos y los gastos del sistema en un período largo de tiempo. Es decir, hasta dentro de 15 o 20 años, la reforma planteada no significaría variaciones significativas de ingresos y gastos, (mejor dicho de gastos que es lo que se ha reformado). Por tanto es lógico pensar que si tuviese efectos beneficiosos sobre el déficit público, la realidad es que no ocurrirían hasta dentro de unos cuantos años.
Y por supuesto, digo que no ocurrirían porque todo el mundo parece olvidar que la reforma de la seguridad social no tendrá en absoluto efectos sobre el déficit público, ya que como muchos debieran conocer, el sistema de seguridad social es completamente independiente, (con el ánimo de que no se puedan disponer de los fondos de la seguridad para otros bienes), de tal forma que únicamente un hipotético déficit de la seguridad social generaría déficit público, pero lo cierto es que la reducción de gastos de la seguridad social no ayudará a las cuentas públicas en nada, ya que dichos ingresos no van a los presupuestos del estado.
Por tanto, es desde luego falso afirmar que la reforma de la seguridad social mejorará las cuentas públicas, no solo inmediatamente sino incluso en el futuro. Y desde luego, en medio de la peor crisis de la historia económica de España (o de los últimos 70 años), con el record absoluto de parados y los sueldos en caída libre, no parece el entorno adecuado o representativo para realizar estimaciones fiables sobre la seguridad social para dentro de 30 años, y mucho menos para reformarla, ¡por mucho que existan muchos intereses y negocios a cuenta de un gasto que asume la sociedad y que los bancos no paran de buscar con ahínco!. Por eso el otro día escupí el post de la reforma de la seguridad social que completo hoy.