El otro día trate de exponer los casos en los que el análisis técnico podría no funcionar. La idea que intenté transmitir es que cualquier técnica basada en este tipo de estudio, adolecía de dos graves características que debemos tener siempre presentes para evaluar en cada momento el valor de estos análisis.
- Por un lado las previsiones de análisis técnicos parten del supuesto que un número relevante de inversores, analiza toda la información disponible en los mercados, tomando decisiones sobre el activo analizado, con lo cual los precios de los activos recogen la información disponible. Es lógico pues que si el mercado dice que suba el valor de algo, es que el mercado “sabe” algo. El problema está en que no exista un número relevante de inversores realizando análisis fundamentales, o bien que estos se equivoquen. En este caso el error se magnifica.
- Por otro lado, comparten también el error de los análisis fundamentales basados en modelos econométricos. Este no es otro que tratar de hacer estimaciones a futuro, en base a datos y relaciones del pasado. Este tema ya lo había desarrollado previamente en el post sobre las predicciones y la econometría.
Sin embargo la combinación del uso masivo de análisis técnico, provoca varios efectos en el comportamiento del sistema financiero. En este caso, (y aunque la redacción no sea precisamente mi fuerte), he elegido con mucha cautela las palabras y he usado la palabra “efectos”, evitando intencionadamente usar otras como “errores” o “distorsiones”. Tampoco pretendo calificarlas como ventajas o desventajas de los distintos métodos, ya que como casi todo en la vida, amenazas y oportunidades o ventajas y desventajas, suelen ser las dos caras de una moneda.
En este sentido tenemos habitualmente el ejemplo de las profecías autocumplidas. De esta forma, es fácil entender que por ejemplo el beneficio de cualquier empresa en el futuro, no dependerá de la estimación del beneficio de un analista de referencia. Dicho de otra forma, el beneficio en el futuro de Carrefour dependerá de las decisiones que tome, de la gestión, de ventas, de sus clientes. Todo ello definirá en el futuro el beneficio de Carrefour que será independiente de lo que opine el experto de turno sobre los beneficios. (Nadie va a comprar ningún producto por que tal experto pronostique unos beneficios en el futuro).
En cambio, cuando hablamos del análisis técnico, nos saltamos todas las fases y hablamos de una estimación del precio de la acción de Carrefour. Una recomendación de compra del valor, en consecuencia, logrará que operadores de Trading, compren el valor de la acción, lo cual lleva a un incremento del precio de la acción de tal forma que al final el precio de la acción sube, en gran parte gracias a que se predijo que iba a subir.
Creo que todo el mundo reconoce que al final el valor de una acción está determinado por los beneficios o la capacidad de generar beneficios de un valor determinado, por lo que está claro que al final nos surge una pregunta: ¿Cuándo se presentan resultados, influye eso en el valor de la acción?. Pues es lógico que sí. Sin embargo, en este punto nos encontramos con otro aspecto a tener en cuenta.
En teoría, los analistas que usan métodos basados en fundamentales, usan estimaciones de beneficios en el futuro, en función de las circunstancias de los mercados, las variables macroeconómicas, las condiciones de la empresa y una multitud de variables. En función de eso se estima como afectará a las cuentas de la empresa y en consecuencia, al final se llegará al precio de la acción. Repito el argumento teórico porque es importante que quede muy claro.
En consecuencia, una valoración o una previsión del valor de una acción dependen de la valoración y previsiones de otras variables económicas.
Sin embargo, lo que ocurre es que si usamos el análisis técnico para la previsión de los precios de las acciones, no disponemos de las referencias usadas, (el propio método lo define así), en consecuencia, cuando va a salir el dato, se impone la estimación del dato de referencia. De tal forma que se obtiene el valor esperado de la acción.
Sé que es un poco complicado, pero la realidad es que estimamos el valor de Carrefour en base a aspectos técnicos; cuando la sociedad presenta resultados, no dispondríamos de la previsión de los resultados, (no se necesitó), por lo tanto se hace una encuesta sobre los resultados esperados por la entidad, (en momentos y a personas que no necesariamente son las mismas que hicieron las valoraciones o recomendaciones previas), de tal forma que si el valor es superior al estimado, se entiende que el precio puede ser superior.
Lo que es curioso es que si nos damos cuenta, a Carrefour no le penaliza una hipotética caída de beneficios, ya que si se ha generalizado el análisis técnico nunca ha existido ni una sola predicción de beneficios hasta la época de presentación de cuentas. Está claro que siendo pesimista en ese momento, se consigue que el valor tienda a subir pase lo que pase.
Es fácil entender que por tanto, si se generalizan todos estos medios, nos encontramos con que las estimaciones (y por tanto los precios), del sistema financiero se alejan cada vez más de la realidad. Por supuesto, este proceso se acentúa mediante el uso masivo de valores basados en la confianza, o basados en variables de alguna forma relacionadas con la evolución bursátil, por ejemplo numerosos índices de economía o de optimismo, que son sustentados y provocan a su vez movimientos en los mercados financieros; es decir: mejoramos los índices bursátiles de forma que se mejoran los índices que toman los datos de las bolsas, como una parte de su mitología, lo cual a su vez provocará mejoras bursátiles.
El problema es que en este proceso estamos creando burbujas de carácter financiero, ya que de alguna forma hemos logrado no mirar la realidad y tratamos de crear un “circulo virtuoso”. Es en ese momento cuando empiezan a surgir los riesgos de un desplome. De repente, algo imprevisto, ocurre en el mercado, (y es normal que sea imprevisto porque nadie ha querido mirar hacía ahí, tal y como he expuesto en el post sobre “los cisnes negros”). En ese momento “el mercado”, (ese gran desconocido), duda de todo, y en ese momento es cuando surge el pánico y las caídas, y lo que antes era todo positivo, de repente se convierte en una burbuja.
La caída será de mayor virulencia que la subida también y nos encontramos con la paradoja que aquellas razones que provocaron la subida irreal, ahora van a provocar que la caída sea más profunda. Hoy debemos recordar que entre la eliminación del mark to market, y las restricciones bajistas, se ha logrado una subida record. (ya hablé de ella en el post sobre “el Apocalipsis”).
Por cierto, que aún me queda un pequeño detalle para explicar lo que creo que va a ocurrir, y es la existencia de los stop loss, que no son más que ordenes de venta, para el caso de soportes de referencia. Está claro que los stop loss, funcionan de acuerdo a criterios de análisis técnico, partiendo de la base que los soportes provocan la entrada de inversores. En consecuencia, cada inversor, puede colocar sus valores, entre los inversores que entren. Pero sin embargo, si de repente surge el pánico, la realidad es que los stop loss, únicamente funcionarán como catalizadores de este, ya que activaran las ventas por debajo de ciertos limites, sin que existan compradores suficientes. ¿nos suena tal situación?.
En definitiva, mi opinión es que hay que cambiar muchas, (demasiadas) cosas en el entorno económico, en el financiero y en el empresarial, pero desde luego reformar el sistema financiero, dotarlo de transparencia, e incrementar la responsabilidad de analistas es algo vital. En caso contrario, encontraremos valoraciones como la de zinkia, que ya he comentado, que no son más que creadores de burbujas que vienen muy bien cuando suben pero que arrasan con la caída. Y si todo esto lo pensamos para todas las acciones, commodities, deuda…. El resultado es desastroso.