En diciembre pasado me caí del burro. Y al hacerlo pulsé la tecla de enviar, por lo que el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas está al tanto e investigando lo que sucede en el Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros de España. Me informaron el pasado 28 de diciembre que tras el estudio de la web procederían a solicitar alegaciones, si procedía.
Pero ¿qué me ha llevado a esta triste y dura decisión?
El pasado día 10 de octubre escribí en Rankia una carta abierta remitida a mi Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros (en adelante CG). En ella me dirigía a esa ilustre institución que acaba de cumplir cincuenta años, si consideramos la herencia del Sindicato Vertical, o catorce, si nos remitimos a la fecha en la que sus Estatutos fueron publicados en el BOE, un 27 de diciembre de 2001. Si es ilustre no es por el primer significado que atribuye a esta palabra la RAE ("Que tiene un origen familiar noble o distinguido") sino por el segundo: "Que es muy conocido por haber hecho algo importante o sobresalir en alguna actividad" y que procede, simplemente, de la suma de todos y cada uno de los colegiados que lo integran y que, con su actitud de servicio y profesionalidad, embellecen la cara más amable y cercana del seguro: la de quienes se dedican a auxiliar con su conocimiento a la parte más débil del contrato de seguro.
Ayer, 25 de enero de 2016 se cumplían tres meses desde la publicación de esa carta. Y considero llegado el momento de hacer algo de balance para quien pueda tener interés en conocer lo que me sugiere dicho plazo y lo que ha sucedido en su transcurso.
En mi carta anterior exponía una serie de hechos denunciados por el extesorero del CG, al dimitir, así como una serie de dislates y desaforadas manifestaciones, a título de argumentos justificativos por parte del CG, que me causaron una profunda inquietud. Pedía que saliera al trapo mi CG desmintiendo con pruebas documentales lo dicho por el extesorero y que aclarara sus inconsistentes y surrealistas argumentaciones, entendiendo que debía tratarse de un enorme error de comunicación. Pensé, tonto de mí, que un colegiado (soy el 70.332 de número, uno más) podía recibir explicaciones, simplemente porque así lo exige la Legislación vigente en materia de Transparencia y Buen Gobierno. Para algo, me dije, debe servir la ventanilla única prevista en la Ley Omnibus, ¿no? Antes de publicar esa Carta se la remití lealmente a mi CG y también a mi Colegio, el de Illes Balears. No obtuve respuesta del CG.
Tardé 60 días en caerme del burro. Fue el 9 de diciembre del 2015. Y, al igual que Colón, al descubrir una América que creía que eran Las Indias, lamento haber descubierto lo que jamás esperé encontrar en la Corporación de Derecho Público que me representa como profesional a nivel estatal.
Antes de llegar a la conclusión tuvimos un anticipo el 25 de noviembre, cuando el CG celebró su primer Pleno tras la dimisión del extesorero.
Navegué con dificultad entre los argumentos que se presentaron ese día y que impidieron un nuevo rumbo, así como aprovechar los vientos favorables de la renovación. Atraparon en el pasado a casi todo el pleno, con excepción del Colegio de Valladolid y el de Málaga y alguna pregunta aislada. En ese Pleno no se presentaron las cuentas anuales de 2013 y de 2014 ni hubo informes de auditoría; fue muy curioso el motivo que se alegó para no entregar documentos contables ni anticiparlos a los Presidentes 10 días antes del Pleno tal cual prevén los Estatutos: ¡podían ser filtrados a los medios! ¿Y qué, me pregunto? ¿Acaso no hace publicas toda sociedad sus cuentas en el Registro? ¿Qué es lo que avergüenza a estos señores o debe permanecer en secreto para preservar Occidente tal como lo conocemos? Tampoco se pudieron presentar las Memorias anuales por el mero hecho de que estas no existen en tanto no hay cuentas aprobadas.
Me llamó la atención esa falta de cuentas dado que el 26/10/2015 el presidente del CG había manifestado a SegurosTV, un medio del sector asegurador muy fiable, que en tres semanas tendría la Auditoría de 2013, alegando una "auditoría compleja" para justificar que entre el encargo en octubre del 2014 y el presente (un añito de nada) los auditores – vecinos puerta con puerta del CG - no hubieran sido capaces de resolver ese arduo curro que en una sociedad cotizada les lleva poco más de un mes o la CNMV reparte leña. Pero claro, ¡cómo comparar las complejas cuentas del CG con la media docena de apuntes de una cotizada! Tinta de calamar.
Eso no ocurrió en el Pleno del 25/11 ni tampoco hubo presentación de cuentas en el Pleno del 09/12 ni, por tanto, pudieron aprobarse estas. De auditoría, ni en sueños.
Ese Pleno del día 25/11 podría pasar a la historia como un día de infamia. En su orden del día hallamos el siguiente contenido (fue publicado en las noticias del sector por lo que es público):
"- Presentación al Pleno de cuentas anuales de los ejercicios 2013,2014 y 2015, antes de junio de 2016
- Revisión de la liquidación de presupuesto presentada y aprobada por el Pleno relativa a los ejercicios 2013 y 2014.
- Informar en el primer Pleno de 2016, tras el análisis del informe de auditoría contable del ejercicio 2013 presentado por la firma Olzewski Auditores, SL de la necesidad o no de la contratación, para su aprobación por el Pleno, de una nueva empresa para realizar la auditoría contable para dicho ejercicio conforme al nuevo artículo 39.2
- ....
- Presentación por la Comisión Permanente, para su aprobación por el Pleno, de un Código de Buen Gobierno y Conducta Corporativa del Consejo General"
Es decir,
- En el primer punto proponen presentar esas cuentas del 2013 y 2014 cuando se había declarado el 26/10 que estaban conciliadas (listas para el auditor) y que el extesorero denunció que estaban en paradero desconocido ¡antes de junio de 2016! Por favor, contén la risa, lector, que el asunto es serio.
- Proponen en el segundo punto revisar presupuestos (que son prospectivos, no forenses) que ya han sido aprobados por el Pleno con anterioridad. Es decir, ¿tunear lo que en su día se presentó, aprobó y se supone que consta en acta para que todo cuadre a toro pasado? ¿He entendido bien?
- En el tercer punto proponen estudiar el análisis de los auditores y decidir, según lo que digan, contratar a otros auditores "para dicho ejercicio", el mismo. Supongo que no saben que ese cambio de auditores se tiene que reportar y explicar ante el órgano Ministerial que controla a los auditores. Pero ¿en serio proponen eso? Y, al hablar del "nuevo art 39.2" , parecen olvidar que solo hay unos Estatutos válidos y son aquellos publicados en el BOE y no una revisión que hicieron en 2011 y que no han llevado al Ministerio para que la apruebe y publique o, si lo hicieron, no subsanaron posibles errores. La cuestión es que lo que vale es lo que dicen los Estatutos del 2001.
- En el último proponen presentar un documento que es obligatorio, para toda persona jurídica, desde el 1º de julio de 2015 y que, de haberse aplicado dudo que estuviera escribiendo estas líneas.
Te prometo, amigo lector, que si yo soy un presidente de Colegio en ese Pleno habría pedido la dimisión inmediata de toda la Comisión Permanente porque eso que acabo de copiar es, simplemente, aberrante.
Fue un asunto feo, además, enviar una nota de prensa en la que se daba a entender que los Colegios (y entre ellos el de Valladolid), con la única abstención de Málaga (significativamente ni se la citó) habían aprobado en ese pleno la gestión económica del CG. Pues no se había aprobado tal gestión sino una serie de medidas "de control de daños"; así lo hizo constar mediando protesta pública Gloria Galván, presidente del Colegio de Valladolid, entidad que está luchando en solitario por poner solución a este desastre. Reclamaba la Sra Galván eso que se ha dado en llamar Transparencia. ¿Mucho pedir? Pues sí, por lo visto demasiado.
El día 9 de diciembre se celebró ese Pleno en el que un servidor declara haberse caído del burro.
Se alinearon los astros y en una clarísima huida hacia adelante, a mi entender, se traspasaron todos los límites habidos y por haber en materia de ética y respeto hacia un simple colegiado, lo que soy. Puede que a otros les guste o necesiten ser tomados por tontos pero no es mi caso. Ni lo fue para Aarón García, vicepresidente del Colegio de Valladolid quien ese día tuvo que soportar hasta burlas por pedir lo que es de Justicia y exigible: transparencia y responsabilidad. Fue el único, lamentablemente. Prometo que pensé, como a veces pienso, en darme de baja del Colegio y olvidarme de todo. Tirar de la cadena y dejar que todo esto tuviera el obvio final que merece. Pero, al mismo tiempo, reconozco que desde esa institución se puede hacer mucho por mi profesión y, por traslación, por el consumidor. Solo que no con este estilo de (me cuesta llamarla así) dirección y no con estas personas que han demostrado de qué son capaces.
Acto seguido, el 10 de diciembre, el CG publicó en su web dos documentos que son los que dispararon mi preocupación en materia de Transparencia años atrás: las Memorias de 2013 y 2014. Una con año y medio de retraso, otra con medio año. Hasta ese momento se había estado fuera de la Ley. No solo la Ley de Colegios Profesionales o los Estatutos del propio Consejo General sino también aquella Ley de Transparencia y Buen Gobierno que es de aplicación a toda Corporación de Derecho Público. Por raro que parezca mi idea respecto de una Corporación de Derecho Público no contempla espacios temporales ni actos contrarios a la Ley. Les tengo una malsana aversión que, según parece, no es compartida salvo por un Colegio.
Pero, ¡un momento! ¿Memorias? ¿Seguro? Pues no: las Memorias Anuales, tal como las prevé la Ley, son documentos que presentan una imagen fiel de la entidad tanto desde el punto de vista de la gestión como desde el punto de vista financiero y contable. Pero, si no han sido aprobadas por el Pleno las cuentas anuales ni de 2013 ni de 2014 por no estar disponibles hasta "antes del 25 de junio de 2016" ¿cómo pueden publicar dichas Memorias? Y ¿Cómo pueden publicar esas Memorias si ni siquiera se han propuesto a votación del Pleno?
¿Debería incluir la “Memoria” alguna Sentencia derivada de un litigio con un Colegio? ¿Hay otras Sentencias o litigios abiertos de obligado conocimiento para los miembros del Pleno, los representantes de los "accionistas" del Consejo por delegación de la masa de todos y cada uno de los miembros de los Colegios? ¿Debería cuestionarse la información estadística si, al menos, hay un Colegio que informa reiteradamene un número de colegiados mientras el CG le atribuye más del triple con el consiguiente cambio en canon exigible y la contabilización de una deuda potencialmente inexistente?
¿Estamos ante una ficción, una imagen posible pero sin certeza tanto respecto de la gestión como del estado financiero de la entidad y con el plácet de la Comisión Permanente de una Corporación de Derecho Público? ¿Debería el Pleno permitir que quienes han ocasionado oscuridad - y la mantienen - sigan en sus cargos con todos los documentos a su disposición o deberían haber iniciado otro tipo de actuación para garantizar la seguridad jurídica de todos los Colegios y sus Colegiados así como prevenir posibles responsabilidades personales por esa omisión? Eso debería suscitar preguntas Colegio a Colegio, colegiado a colegiado.
Está claro que lo de ver de lejos no es lo suyo y, con bastante probabilidad, no ven mucho más allá del tapizado de su sillón. Pero yo, colegiado de base, insisto, pagaré mi cuota como colegiado un año más - y van muchos - y dentro de esa cuota irá incluido un canon. Y pagaré servicios a los que sé que se les ha recargado el precio para ayudar a generar un fondo colectivo que sirva para algo y no para alguien ¡Todo sea por el bien común!
Seguiré luchando porque mi profesión sea digna y respetada, pero para ello debe ser también respetable en sus instituciones. Por ello escribo estas líneas en lugar de guardar silencio e "ir a lo mío". No tengo otro interés que contar con una referencia de calidad, independiente de cualquier poder y responsable en mi profesión.
Ya no estás ante una carta abierta dirigida a mi CG representante pidiendo lo que es mi derecho y su obligación, simplemente porque ya ni confío en ellos, ni nada espero de ellos, ni considero que merezcan mis escritos. Ahora escribo para que todo mediador de este país sepa una parte de lo que se cuece en su órgano de máxima representación y sepa que no solo no se ha gestionado con diligencia la cosa común, que ni se sabe a ciencia cierta qué es lo que han ingresado y en qué han gastado con el dinero de todos (si se supiera ¿a qué viene el modificar presupuestos de hace tres años y no disponer de cuentas de 2013 a estas alturas del cuento?), ni qué oportunidades hemos dejado de lado por carecer de un rumbo o simple información.
Sí podemos saber que hemos pagado más de un millar de vídeos en Youtube visionados por una media inferior a 180 personas por unidad mientras en la calle apenas saben qué somos y para qué servimos los mediadores colegiados mientras otros canales nos comen terreno intoxicando o abusando del consumidor.
Sí podemos saber que en esos 50 años de historia no hay ni una sola acción judicial contra quienes abusan del consumidor de seguros y, con ello como efecto colateral, se desmantelan carteras de mediadores colegiados por parte de quienes operan con impunidad.
Sí podemos saber que a poco menos del 1% de los colegiados se le ha perdido algo en las Américas aunque dudo que el esfuerzo inversor del CG en ese campo sea coherente con dicho porcentaje. Y sabemos muchas cosas más pero no es este el foro para exponerlo ni para pedir cuentas.
Me siento engañado, burlado. Nos intentan colar unas Memorias que no son tal cosa publicadas muy lejos de los límites temporales legales. Toman decisiones con Estatutos que no han sido publicados en BOE. Han transcurrido 120 días desde que dimitiera el extesorero alegando que el CG no tenía las cuentas de 2013 y 2014 y que eso implicaba una enorme inseguridad para la Institución, pero todo sigue igual, salvo que en el camino que media nos han dado gato por liebre y, salvo las excepciones de Valladolid y Málaga, nadie ha hecho nada en el conjunto de presidentes de Colegios salvo pensar en ese "que presenten unas cuentas, las aprobamos y corramos un tupido velo".
Hay alguien llamada Conciencia que me asalta con un consejo: que apriete el botón de la Agencia Tributaria. Sin duda esta hallaría interesante que una entidad que mueve 2.3 millones de euros anuales de los cuales el 70%, aproximadamente, está sujeto al impuesto de sociedades, haya presentado liquidaciones de impuestos del 2013 y 2014 a ojo de buen cubero y que a estas alturas aún no se aclare. Más que nada por aquello de que llevar los libros contables con retraso no está bien visto pero aún queda peor poner números en una Liquidación que no se corresponden con la realidad.
¿Es un mal Consejo?
Nota: todo lo que aquí se indica cuenta con respaldo documental. No es ficción. Desgraciadamente.
MENTIRAS ACUMULADAS Y SECUENCIALMENTE CORREGIDAS CONTRAVINIENDO LA LEY DE COLEGIOS, LA DE TRANSPARENCIA Y BUEN GOBIERNO ASÍ COMO LOS ESTATUTOS DE LA ENTIDAD
https://www.dropbox.com/s/fvb0cjuepvb53ya/CONSEJO%20NO%20MIENTA.pdf?dl=0
Carlos Lluch - Mediador de Seguros colegiado nacional nº 70.332