La banca española muestra su "absoluto rechazo" al nuevo impuesto y emprenderá acciones legales.
Las patronales bancarias AEB y CECA han mostrado su "absoluto rechazo" al nuevo impuesto al sector contenido en el paquete fiscal aprobado por el Congreso, por "su impacto económico y la inseguridad jurídica que genera", y han asegurado que la tasa restará 50.000 millones de nueva financiación a familias y empresas.
En un comunicado remitido este jueves, las asociaciones reiteran su determinación de emprender acciones legales y avisan de que este impuesto "no tiene parangón" en la Unión Europea, de modo que perjudica la competitividad de las entidades españolas y del conjunto de la economía.
Además, añaden, supone la "fragmentación" del mercado interior por su diferente aplicación entre comunidades autónomas, y el señalamiento de un sector cuyo objetivo es "trabajar por el crecimiento económico y el progreso social".
Desde su punto de vista, la medida carece de justificación técnica porque la política monetaria "ha entrado en un nuevo ciclo de bajada de los tipos de interés".
AEB y CECA inciden en la inseguridad jurídica y los graves efectos económicos de un impuesto "gestado en un proceso caótico y poco transparente".
Todo "a espaldas de los ciudadanos y sin diálogo con el sector ni valoración de los órganos consultivos, que deberían incluirse en toda tramitación legislativa y particularmente en un ámbito tan sensible como la fiscalidad", subrayan.
Las asociaciones rechazan "frontalmente" la decisión de incorporar un nuevo impuesto al sector bancario por sus "graves efectos para la financiación de familias y empresas, la inversión y el conjunto de la economía, bajo un contexto de riesgos geopolíticos y con fuertes necesidades de financiación en España y en Europa".