Como sabéis no suelo responder consultas por mail salvo que el tema me interese especialmente. Y si debo desarrollar el tema intento siempre exponer el caso en el blog. Creo que es lo menos que debemos hacer el que plantea la consulta y yo mismo. Pues bien, con una educación exquisita me han planteado una duda, y ahora toca responderla en abierto.
Mi actual pareja tiene un piso en Madrid que compro hace poco mas de dos años con su anterior pareja, con su correspondiente hipoteca, un extranjero, que vive actualmente en su país de origen. Queríamos saber si se podría hacer un convenio de disolución de pareja de hecho, en el cual estarían las dos partes de acuerdo, y se ponga que la propiedad es solo para una de las partes, pudiendo inscribir esto en el registro y cambiar la titularidad de la vivienda. Haciendo esto no habría que hacer la disolución de condominio, con el coste que esto conlleva. Por parte del banco no hay problema, el no va a perder garantías y ambas partes son conscientes de ello.
Una vez hecho el planteamiento, y para los que vayáis perdidos, voy a desgranar el tema poco a poco.
1. Anteriormente a la legislación autonómica sobre parejas de hecho, estas dudas ni se planteaban. Lo que había ahí era un proindiviso, una copropiedad. Y para acabar con ella había dos opciones. La de aquellos que querrían pagar más impuestos (entiendo que Leire Pajín es un caso, aunque resulte increíble), y bien compraban (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales) o recibían como donación(Impuesto de Sucesiones y Donaciones) la parte que no era suya, o bien practicar la llamada disolución del condominio donde los tipos eran muy otros. De la disolución del condominio ya hemos hablado largo y tendido en este blog. Los que no os acordéis o seáis nuevos, a repasarlo.
2. Ojo, que la disolución de condominio no evita que áquel que se quede sin bien deba declarar en su IRPF el correspondiente incremento de patrimonio, ganancia patrimonial, plusvalía o como quiera denominarlo. Esto es bastante asimilable para el currito de a pie en los supuestos de disolución del condominio o de compraventa, pero ojo, que también ocurre en los supuestos de donaciones: yo no recibo pasta, pero al transmitir el bien se pone de manifiesto un agnancia patrimonial, y por mucho que no reciba un duro pago por ella.
3. Y aquí es donde nuestro amigo tiene su duda. Si esta operación la realiza un matrimonio, casado en regimen económico de gananciales, a través de la figura de la liquidación de su sociedad conyugal, se generan dos beneficios chipiridendis. Esta exento de AJD, y también de IRPF. Bingo. Claro que también hay que decir que si ese matrimonio esta en régimen de separación de bienes dichos beneficios no se aplican, y pagan tanto lo uno como lo otro como campeones.
4. Pero entonces llegan las parejas o uniones de hecho. En mi modesta e iletrada opinión, la regulación de las mismas, el mero concepto de intentar normativizar las mismas como una suerte de matrimonios sin serlo me parece un despropósito (amen de un reino de taifas al ser paridos los marcos legales por las CCAA), y que genera múltiples quebraderos de cabeza. Me parece fantastico que alguien nos se quiera casar, pero entonces no se puede pretender alcanzar los mismos efectos jurídicos que con un matrimonio. Cuando el único matrimonio posible era el canónico puedo entender los dimes y diretes, cuando no se permitia el mismo a parejas del mismo sexo, otro tanto, pero hoy por hoy me parece inconcebible y un semillero de inseguridad jurídica (que quede claro que no hago valoraciones morales, solo jurídicas). Inseguridad jurídica que muchas veces acaba teñida de discriminación en contra de aquellos que se casan.
5. Lo cierto es que hay que estar al caso concreto de las CCAA. En principio, la DGT no permite la extensión de la exencion que hemos comentado en AJD a los supuestos de disoluciones de parejas de hecho. Además, como señala Bornstein en El Mundo, dada la naturaleza de este impuesto y su cesión a las CCAA, no cabe que estas puedan declarar dichas exenciones.