Los juzgados de Murcia están llevando a cabo una experiencia piloto que está entusiasmando a blogeros y articulistas como si fuera a acabar con el oscurantismo de las subastas. ¡Hágase la luz! Y nacieron las subastas judiciales por internet.
Cuántos artículos habré leído sobre si es la entrada al Tercer Milenio, si atraerá a más licitadores o sobre lo mucho que va a facilitar la participación numerosa en subastas. Pero la especie que más abunda es la opinión de que las subastas por internet van a acabar con las mafias subasteras ¡Qué risa!
Quienes así opinan no han participado en ninguna subasta y por tanto nunca han estado sujetos al peligro latente, masticable de meter la pata y comprar un sapo. Sólo quienes se dedican profesional u ocasionalmente a invertir dinero real en las subastas saben lo que es jugarse los cuartos en un juzgado.
Repito de nuevo: La única manera de que desaparezca la figura de los subasteros es eliminar completamente los peligros jurídicos inherentes a toda subasta judicial.
Cuando eso ocurra se multiplicarán los licitadores y los remates alcanzarán unos precios superiores a los actuales, más parecidos a los precios alcanzados en las grandes subastas organizadas por empresas privadas. Mientras tanto, los subasteros seguiremos siendo imprescindibles para la buena digestión de los créditos impagados. Así que si el objetivo era ese: agua.
Respecto al ahorro del tiempo, al poder participar en la subasta desde la oficina, tengo que decir que la propia participación en la subasta es la menor de las molestias en esta actividad. Primero hay que haber ido al juzgado para examinar concienzudamente el expediente judicial, luego hay que haber investigado a fondo la vivienda, visitándola, hablando con los propietarios (o con los ocupantes), con los vecinos, con el presidente de la comunidad, hay que haberla tasado lo mejor posible, hablando con las inmobiliarias de la zona, consultando en idealista.com, y muchas otras gestiones que ya iré desglosando en los próximos meses.
Vaya, después de tantos esfuerzos ¿Nos vamos a ahorrar la visita al Juzgado el día de la subasta? No fastidies.
Por no mencionar la cantidad de información que se puede obtener in situ, charlando con otros postores, espiando sus miradas, poniendo el radar en dirección a las conversaciones subastero-cliente. Aprovecho para mencionar que hay muchos subasteros apalancados en los juzgados que se limitan a estudiar en profundidad los expedientes, recogiendo el resto de la información chupándola como esponjas en el mismo acto de la subasta. Y compran mucho. Y con éxito. También explicaré cómo lo hacen en algún post futuro.
Como penúltima desventaja de pujar por internet tenemos el problema de las fianzas. Si asistimos presencialmente a la subasta, basta con ingresar la fianza cinco minutos antes de la hora y, si no resultamos ser los adjudicatarios, es bastante posible que nos la devuelvan al término de la subasta.
Qué diferencia respecto a tener que hacer la transferencia desde nuestro banco, unos días antes para asegurarnos de que llega a tiempo, y recibir otra transferencia de vuelta unos días después. No importa que no sean muchos días, basta con que sean dos, teniendo en cuenta las exageradas fianzas en las subastas actuales, la desventaja de pujar por internet es evidente.
Finalmente mi último argumento en contra de pujar por internet para comprar una vivienda en subasta es que si somos capaces de recorrer kilómetros hasta el extraradio para encontrar nuestra soñada televisión un 5% más barata, o de dar la lata a varios concesionarios para comprar un coche de 15.000 euros, ¿Cómo es posible que optemos por pujar desde casa en una inversión de 200.000 euracos del ala?
Internet está muy bien, es la semilla del futuro y levanta muchas pasiones, pero también nos está volviendo un poco histéricos ¿No os parece?