¡Hola certamente! Te contaré tres cosillas, dos de ellas aprendidas en los libros y otra de experiencia de familia. si uno estudia algo de Historia halla ejemplos en muchas culturas desde la Edad del Hierro en las que existían luchas entre humanos y toros; tal vez la última referencia ámplia la hallamos en los Circos de la Roma imperial donde uno de los animales que se utiizaba en los combates de gladiador-animal ( venatores y bestiarii ) era el toro, además de osos, elefantes, leones, tigres, panteras y lo que se nos ocurra. Supongo que muchos recordaréis las luchas con toros en Creta. Todo eso pasó a la historia con la llegada de otros tiempos y otros modelos filosóficos. El hombre es capaz de apartar tradiciones milenarias, centenarias o de décadas (como los Sanfermines) si una corriente de pensamiento así lo impulsa. Eso ha pasado en España también donde las peleas de osos, perros, gallos, jabalíes... ya son anécdotas que de producirse acaban en presidio. España era tierra de castillos de foso y oso; esa expresión nos dará una idea de que había quien criaba osos para varios usos que hoy no son admisibles. el mundo entero está lleno de bovinos. Vayas adonde vayas (salvo las regiones desérticas donde no hay pastos) hallarás alguna variedad de bovinos, sea en la estepa siberiana, en la sabana africana, Sudamérica o en los campos asiáticos. Esas especies son una fuente de carne, de leche, de cuero, de hueso y de abono pero además lo son de fuerza de tiro si bien han sido sustituidas en muchos lados por tractores o camiones. El hombre convive con los bovinos y en todos lados podrás hallar anécdotas que nos cuentan que cuando el humano se ha pasado de rosca se ha jugado o se la llevado una cornada. Al fin y al cabo el animal intentará defenderse con lo que tiene. Los toros sementales que conocemos en nuestras granjas para carne no distan mucho de aquellos que se torean salvo que se a estos últimos se les llama "bravos" cuando bastaría con llamarlos "salvajes" o "asilvestrados". Cabreemos convenientemente al toro o a una simple vaca de una ganadería de carne o lechera y veamos qué pasa... mi tio Miguel Lluch murió este verano a sus 92 años. Durante muchos años fue director de cine y realizador de TV para varias cadenas españolas y extranjeras. Uno de los reportajes que hizo fue en las instalaciones de una conocida ganadería que fue seleccionada como paradigma de toros bravos. Me contaba mi tio su experiencia. Con un Land Rover conducido por el mayoral iban recorriendo la finca donde pastaban los animales, machos y hembras de todas las edades, en manada o más propiamente en rebaño. Ni un ser humano alrededor: una inmensidad para que corran, coman o se tumben a la sombra de un bellotero. Entonces vieron un animal de cierto tamaño. El mayoral paró a cierta distancia y dijo "¡bajad!" "¿Cómo dice?" dijeron mi tío, el cámara y el técnico de sonido. El mayoral les contó que esos animales son mansos como los de granja, que un día aparecen a caballo unos tipos y con varas toman a uno de ellos y lo apartan hasta que lo conducen a otro corral más pequeño donde durante unos días lo putéan, lo hacen correr cada vez que aparece el hombre y lo van lacerando con pequeñas púas en varas. Luego lo meten en un camión (a un animal que ha vivido toda su vida en libertad) y lo conducen a un espacio mínimo entre altos muros donde le clavan un arpón de unos 10 cm en el lomo que supongo lo debe poner a mil y luego se le abre una puerta por donde cree llegar a la libertad para hallarse en un matadero a fuego lento y abierto al público. Se bajaron del coche y al cabo de un rato mi tío me contaba que estaba acariciando el lomo y la cabeza de una de esas fieras. Eso sí, sin vestir de luces, sin espada y sin intención de matar. Tal vez por eso el toro solo mugió satisfecho y se fueron todos en paz, toro incluido. Si habéis visto "Apocalypse Now", de Coppola, hay una escena donde se introduce en "la fiesta" el sacrificio de un buey a machetazos. Esa escena es muy dura y nos sacude. Intenta transmitir la inmersión en la violencia de la "secta" que rodea al Coronel Kurtz. Creo que los pro-taurinos podrán comprender mejor lo que sienten quienes no apoyan la versión local de "la fiesta" con esa escena. Solo los elementos formales separan una cosa de la otra. Por último otra reflexión. De no ser animales como los otros, esos que nos comemos en la barbacoa y que el RD 54/1995 en su art 5º.c obliga a "Aturdir antes de su sacrificio, o dar muerte de forma instantánea, de conformidad con las disposiciones del anexo C." a fin de evitar la barbarie en los mataderos, tal vez sea de los que merecen una protección especial por parte de nuestra Legislación en materia de protección de la naturaleza. Siendo así creo que quedaría garantizada su protección como especie y podríamos disfrutar de la bella estampa de estos animales sin requerir su sacrificio ritual entre clarines y lentejuelas si bien no habría entonces mutilación de rabos, orejas ni cabezas decapitadas colgadas en bares y fincas. No se resentiría la raza bovina por estar protegida si bien sí lo haría el negocio y el espectáculo como se resintió el del Circo romano, el de las peleas de osos, perros o gallos que ya son Historia y no tradición. Las tradiciones, como aquella de la ablación del clítoris, la castración de niños para mantener su voz en los coros, la pena de muerte, los linchamientos, las venganzas o los duelos pueden ser sustituidas si se dan las condiciones adecuadas y no las citaré por obvias. Un abrazo,